viernes, 22 de febrero de 2008

Un 23-F no tan lejano

Tal día como hoy, pero de hace 27 años, el periódico Arriba publicaba una portada rara. Las dos terceras partes contenían una gran fotografía del Congreso de los Diputados, totalmente vacío. Sobre la fotografía, un texto dentro de una gran flecha dirigida al centro del hemiciclo decía: Todo dispuesto para la sesión del lunes. Ese día, 22 de febrero de 1981, era domingo. Y la referida sesión del lunes era al día siguiente. Este dato, así como otros elementos publicados por el periódico entre los que destacaban artículos golpistas firmados por el Colectivo Almendros (en determinados ámbitos se utilizaba la expresión cuando florezcan los almendros para ubicar temporalmente un posible golpe de Estado)… digo que por todo esto y muchas cosas más Arriba fue investigado por si hubiera jugado el papel de transmisor de consignas en el 23-F.
Mañana es el aniversario del día en el que unos tipos intentaron arrebatarnos la libertad. Algo que, porque parece impensable hoy día, seguramente pasará desapercibido salvo las típicas notas anecdóticas en algunos medios de comunicación. Y sin embargo los golpes de estado están más cerca de lo que nos podemos imaginar. Cuando digo cerca me refiero a nuestro entorno más cercano.
También coincidiendo con estas fechas de febrero, pero mucho más próximo en el tiempo, concretamente allá por el año 2007… sí, sí, ¡¡¡año 2007!!! Digo que en esas semanas se estaba gestando en nuestro querido Jaén (de la capital) un golpe de Estado. Aunque éste, por eso de que en Jaén somos especiales, fue a lo Fujimori, es decir, un autogolpe (yo le llamo giligolpe).
Al igual que en el de 1981, éste tuvo su origen en la disputa de dos generales por el poder. Uno lo ostentaba, y otro no quería perderlo. Por eso, quien mandaba en plaza dio un golpe de efecto para mandar también en calle. Era para acabar de una vez por todas con tanta contestación interna; así, haciendo efectivo el viejo proverbio chino de más vale una vez morado que ciento colorado, movilizó a sus tropas y conquistó el territorio objetivo. La verdad es que fue un paseo, no hubo color porque, al igual que en Perejil, los dos cabreros que guardaban el rebaño poco pudieron hacer, aunque lo intentaron, contra tanto misil pesado de última generación.
El del 81 aguantó unos días, el de 2007 unos meses. Los dos fracasaron, Gracias a Dios. Dos situaciones con algunas similitudes, pero también con varias diferencias. El 23-F un alto mando en la sombra confió la operación a un Teniente Coronel de la Guardia Civil. En el 2007 el alto mando lo dejó todo en manos de un simple Sargento Fourier, del Cuerpo de los Mamporreros, con menos papeles que la cama de una liebre, y la única virtud de moverse como pez en el agua en el arte de la conspiración y las amenazas.
Los golpistas –los modernos- vivieron en aquellas fechas momentos de gloria. Pero como al final el tiempo pone a cada uno en su sitio, y los penaltis pitados por el árbitro injustamente casi nunca entran, ahora se ríen menos. Unos están perdidos, otros agazapados, hay quien mira con incertidumbre su futuro más inmediato, y otros a punto de ser quitados del medio como se hacen las cosas en las grandes empresas, con un ascenso.
El golpe de Estado está a punto de fracasar en toda su dimensión un año después. Aunque creo que tampoco es tan seguro que así sea porque quien lo tiene todo por perder es imprevisible y muy peligroso.
¿Otro golpe de Estado? Lo veremos a partir del día 10.

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