sábado, 26 de septiembre de 2015

Una visita más que inoportuna

Me volvió a fallar el olfato.
Ha habido muchas veces en las que he ido al cine sabiendo que lo que iba a ver sería malo, pero en esta ocasión me equivoqué. La Visita tenía muy buena pinta, y ha resultado ser bastante mala.
Debo reconocer que me enganchó el trailer, y me esperaba algo así como Sexto Sentido: ¡¡ni de lejos!!
Una mujer se marchó de su casa hace 25 años fugándose con un hombre mayor y con la desaprobación de sus padres. Después de tantos años sin hablarse con sus progenitores, son ellos quienes se ponen en contacto con ella para pedirle que les deje ver a sus nietos, un niño y una niña que jamás tuvieron contacto con sus abuelos.
Y esa es la historia. La visita de una semana que hacen estos nietos a sus abuelos desconocidos. Unos abuelos que parece que tienen algún problema mental que poco a poco se va acrecentando. Los niños lo van padeciendo con la duda de si es algo grave, o simplemente normal dentro de personas de edad tan avanzada.
La película te marea un poquito desde el momento en el que todo gira en torno al documental que la nieta realiza de la visita a sus abuelos: todo lo vemos a través del objetivo de la cámara de la niña.
Ya digo que lo que parecía una buena historia acaba siendo algo bastante malo que concluye como tú te has imaginado desde un primer momento, pero que no quieres creer que será así porque, de serlo -finalmente lo es-, resultaría decepcionante por la simpleza del mismo.
Aconsejable no verla.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Para mayores que encanta a los niños

¿Qué creéis que es más importante en el desarrollo de cualquier persona: ira, asco, alegría, miedo o tristeza? Pues esos cinco elementos son los que protagonizan Del revés (Inside Out), una película de dibujos muy divertidos, que encanta a los niños pero que es para mayores.
La trama nos presenta a esos cinco elementos como conductores de la mente de cualquier individuo, y que a la postre marca su personalidad. Nos ofrece el proceso de maduración desde que una niña nace hasta que va creciendo tanto física como mentalmente.
El planteamiento es una especie de pelea -o quizá sea más adecuado decir intercambio de opiniones, en ocasiones tremendamente encontradas- entre esos cinco elementos para conducir la vida de la pequeña Riley. Se suceden una serie de aventuras donde cada elemento trata de imponerse a los demás, y según destaque uno u otro Riley está triste, alegre, enfadada, con miedo...
Seguramente ninguno de los niños que acude a una sala de cine para ver esta película se aproxima ni de lejos a este asunto, sino que queda en el simple disfrute de unos dibujitos que enganchan desde el principio. 
Eso hace que sea una película para ellos, los peques, y también para los papás porque en la disyuntiva de saber cuál es -de los cinco- el más importante (todos apostamos por uno, seguro), acabamos llevándonos una sorpresa.
Aconsejable verla.

martes, 1 de septiembre de 2015

Aprender de "la Dama del candil"

Hace ya un tiempo que vengo leyendo un libro sobre personajes históricos. Son muchos a los que me he aproximado ya, prácticamente de todos los colores, pero el de hoy es el que más me ha llamado la atención. Se trata de Florence Nightingale, conocida como "la Dama del candil".
Nacida en una familia británica aristocrática en 1820, desde muy joven decidió ser enfermera; pero lo tuvo difícil tanto por su posición social -estaba mal visto- como por el hecho de ser mujer -qué os voy a contar-.
Sin embargo, lo consiguió finalmente, y su primer destino fue un hospital del ejército británico en Turquía durante la guerra de Crimea. "Las condiciones que encontró eran infernales: cloacas rebosantes, montones de ratas e insectos en las salas, y muchos más soldados fallecidos a causa de enfermedades que por las heridas en el campo de batalla. Suministrando agua corriente y comida fresca a los heridos, y manteniendo la limpieza del hospital, Nightingale consiguió realizar unas mejoras espectaculares. Cuando llegó al hospital la tasa de mortalidad ascendía al 60% de los pacientes. Cuando se marchó era del 2%".
Gran ejemplo el de la apodada "la Dama del candil" -os animo a buscar la razón- en lo que a perseverancia y pelea por una idea se refiere, pero también por conseguir grandes logros a partir de cosas tremendamente simples. 
En un momento como este, recién llegados de las vacaciones y con los ánimos por las nubes configurando objetivos para el próximo curso, se nos va la olla. El querer hacer cosas no solo no es malo sino que es tremendamente positivo, pero de ahí a las agendas que nos montamos va un mundo. De hecho, en este exceso de planificación podemos encontrar el causante de que al final no consigamos lo que buscamos.
En lugar de tanta ambición tanto en la meta como en los medios a utilizar, si seguimos el ejemplo de Nightingale, su apuesta por lo sencillo, igual nos va mejor.
Yo lo voy a intentar. ¡¡Uff!!