Esta mañana escuchaba en un programa de radio, en la sección de cine, algo así como que "hay películas que no aportan nada trascendental para la humanidad, pero... hay que ir al cine". Algo así es Villaviciosa de al Lado. Quien espere un mensaje profundo, no lo va a encontrar. Pero también es importante pasar un buen rato, divertirse, evadirse de los problemas que nos genera el día a día. Eso sí que lo tenemos, y por tanto se trata de una poderosa razón para ir a verla.
Villaviciosa de al Lado es un pueblo ejemplo de la España profunda en la que toca el primer premio de la lotería de Navidad. El problema es que el Gordo lo ha vendido el club de alterne de la localidad, es decir, quien tiene alguna participación es porque ha usado los servicios que ofrece la empresa, y eso no está bien visto. Los poseedores de las papeletas (todos hombres) buscan algún plan para ir a cobrar su premio, pero las mujeres montan guardia en la puerta del Club para comprobar que sus maridos no les han sido infieles.
Esa es la trama básica de la película que tiende a enredarse con situaciones inesperadas donde lo que se busca es hacer pasar un buen rato al espectador, pero que también ofrece una crítica ácida de nuestra España actual marcada por la doble moral, por la corrupción, por el guardar las apariencias... Nombres como Carmen Machi, Leo Harlem o Arturo Valls forman parte de una panda de protagonistas de esta película tremendamente española.
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