jueves, 25 de febrero de 2010

Otra de Alianza de Civilizaciones

Hoy me ha llegado este vídeo que os adjunto. Es bastante fuerte y desagradable, para nosotros, para nuestra cultura, porque en otros lugares resulta habitual la lapidación de una mujer; de hecho, y como se puede apreciar en las imágenes, la gente participa con gusto y con saña en otra de las señas de identidad de una civilización... ¿con la que de verdad nos queremos aliar?

domingo, 21 de febrero de 2010

Vergüenza de dirigentes

Estos últimos días me ha dado vergüenza que José Luis Rodríguez Zapatero sea el Presidente de mi país. No lo digo porque sea de izquierdas, ni porque sus políticas hayan sido o sean más o menos acertadas; pienso esto simplemente porque no tiene ni idea de inglés. Pero es que el mismo sentimiento es el que tengo hacia Mariano Rajoy, a día de hoy el que más posibilidades tiene de ocupar el sillón que pudiera dejar vacante Zapatero.
Menuda imagen la que dio José Luis hace poco cuando, en la cumbre internacional de Davos para hablar de economía, el inicio de ésta tuvo que ser retrasado diez minutos porque a mi Presidente se le estropeó el pinganillo por el que entendería en español las preguntas que le hicieran en inglés. ¿Qué pensarían de él algunos de los allí presentes para preguntar, entre lo que se encontraba un tal Bill Gates?.
No se trata de izquierdas o derechas, porque a Mariano le hubiera pasado lo mismo. Se trata simplemente de formación, de que los dirigentes de un país como España deben estar a la altura de las circunstancias. Y a día de hoy no lo están, ni de lejos.
¡¡Lo mismo fue lo de Zapatero que lo del Rey, el otro día, hablando de tú a tú a Obama -otro que la pinta igual que José Luis o Mariano pues no tiene ni idea de español, el segundo idioma más hablado en su país-, sin necesidad de intérprete!!¡¡¿Lo mismo es la imagen que proyecta Zapatero, o proyectaría Rajoy, que la que han dejado en cargos de altísima responsabilidad mundial tipos como Javier Solana o Rodrigo Rato!!
¿Cómo es posible que esto pase con el máximo dirigente de un Gobierno que, para trabajar en escalafones muy pero que muy inferiores a ese, es imprescindible dominar el inglés hablado y escrito?
Alguien dijo hace algunos años que para ser presidente del Gobierno de España no debería bastar con ser español y mayor de edad. Pues eso.

domingo, 14 de febrero de 2010

Chapó por Onda Jaén

En un día como hoy quisiera dar la enhorabuena a Onda Jaén RTV por la grandísima labor que viene realizando desde su creación, y que mantiene viva actualmente mediante la retransmisión de eventos y acontecimientos de los que nadie más se hace eco, quizá porque no son rentables y las empresas privadas tienen como único objetivo ganar dinero. Es en ese punto donde deben aparecer los medios públicos pues, al ser financiados con dinero público, tienen como obligación la apuesta por el servicio público que, tal y como indica la propia Constitución española (art. 20.3), se define como (...) garantizar el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad (...).
Seguramente a la mayoría de los jienenses no les interese el Real Jaén, y quizá haya sido una minoría la que ha seguido esta mañana en Onda Jaén el partido de su equipo en Melilla.
Seguramente a la mayoría de los jienenses no les interese la Semana Santa, y quizá sea una minoría la que siga cada año la retransmisión en directo de todas las procesiones a través de Onda Jaén.
Seguramente a la mayoría de los jienenses no les interese el Adenta Jaén Fútbol Sala ni el Jaén Clima Fútbol Sala, y quizá sea una minoría la que siga, a partir de ahora, cada miércoles por la noche en diferido el partido que cada semana se juegue en el pabellón de La Salobreja.
Seguramente a la mayoría de los jienenses no les interese los plenos del Ayuntamiento, y quizá sea una minoría la que siga cada mes, o cuando se celebran, la retransmisión en directo del parlamento local.
Seguramente a la mayoría de los jienenses no les interese la Carrera Urbana Noche de San Antón, y quizá sea una minoría la que sigue, cada año en directo, la retransmisión de la prueba.
Seguramente a la mayoría de los jienenses no les interese el carnaval, y quizá sea una minoría la que sigue cada año la retransmisión de las finales desde el Darymelia.
Seguramente a la mayoría de los jienenses no les interese las cabalgatas de Reyes, San Lucas, Carnaval..., y quizá sea una minoría la que sigue en cada ocasión las retransmisiones que realiza Onda Jaén.
Seguramente a la mayoría de los jienenses no les interese la Feria de San Lucas, y quizá sea una minoría la que sigue cada año los programas especiales que emite Onda Jaén.
Nada de esto se puede encontrar en otro lugar que no sea Onda Jaén, y aunque quizá sólo estemos hablando de minorías, si las sumamos todas ellas... ¿no estaríamos hablando de la mayoría de los jienenses? ¿O es que hay alguien que no se apunte a algunas de las fiestas que hemos citado?
Pues todo esto, y más cosas, es a lo que llamamos servicio público. Hoy día lo podemos encontrar en Onda Jaén. Esperemos que podamos seguir haciéndolo durante muchos años, y que no llegue el momento en el que lo valoremos en toda su dimensión porque ya lo hemos perdido, como dice el siempre sabio refranero español.
Lo dicho, ¡¡¡FELICIDADES!!!

viernes, 12 de febrero de 2010

Cuestión de confianza

Una de las reglas de oro de cualquier periodista es guardar la confidencialidad de sus fuentes. No se trata más que de una cuestión de confianza entre alguien que tiene algo que decir y no puede hacerlo públicamente por las repercusiones negativas que podría tener para su persona, pero que sí resulta interesante su conocimiento por parte del resto de la ciudadanía, y por ello se acude a alguien que puede sacarlo a la luz pública sin necesidad de dar el nombre de donde ha partido todo.
La Historia ha demostrado, con la existencia de importantísimos casos de este tipo, el gran valor que tiene ese secreto profesional del periodista. En tan alta estima se le tiene que hasta las leyes le protegen, en el caso español, como uno de los derechos fundamentales (art. 20.1. d).
En ocasiones se dicen cosas para que se cuenten, y en otras para que no se cuenten pero sí con el objetivo de que se tengan como base del entendimiento de otro asunto más relevante.
Lo fundamental en toda esta historia es la confianza mutua que existe entre confidente y periodista. Algo que por estas tierras no todo el mundo parece entender pues no sólo se tiene la duda (de esa confianza) sino que incluso se hace pública. Al final quien no queda demasiado bien es el dubitativo pues ha faltado a una honestidad que exige pero de la que no da ejemplo. Al menos en el caso en el que he sido (creo) testigo.

martes, 9 de febrero de 2010

¿De verdad queremos la Alianza de Civilizaciones?

En esta época de jornadas aceituneras he conocido a un chaval de origen africano, residente en España desde hace nueve años -está a un paso de conseguir la nacionalidad-, practicante de la religión islámica, y con unos sentimientos y convicciones profundamente arraigados en su país de origen.
En alguna de las muchas conversaciones que hemos tenido le he intenado alentar para que actúe por cambiar la cultura arcaica y completamente desfasada en la que vive aún sumido su pueblo; él es joven (tiene 19 años), por lo que cuenta con las fuerzas y ganas necesarias para cambiar una situación marcada por la marginalidad de la mujer -en todos los sentidos-. Sin embargo, y aunque la edad física sí es propicia para trabajar por ese cambio, la voluntad es bien distinta. Y es que este chico se escandaliza porque los españoles matamos a nuestras mujeres (violencia doméstica); él reconoce que el pegarle a la mujer es práctica normal y habitual en su tierra, pero ¡matarla! ¡qué barbaridad!. Si a eso le unimos que la mujer casada no sólo no puede tocar a ningún hombre que no sea su marido, y por supuesto nadie puede entrar en casa cuando ella está sola y él trabajando o simplemente fuera (así evitan tener que matarla, porque, según dice convencido, los españoles que matan a sus mujeres es porque ellas se han acostado con otro aprovechando que el marido estaba fuera, de ahí que cuando él se entera... la mata, lógicamente porque él haría lo mismo), se nos va vislumbrando un panorama completamente oscuro donde la mujer viene a ser algo así como una propiedad más del hombre.
Podríamos hablar de bastantes cosas más en esta misma línea, aunque entiendo que baste este ejemplo para que nos planteemos seriamente si queremos realmente la Alianza de Civilizaciones que tanto se está potenciando y proclamando desde determinados ámbitos.

domingo, 7 de febrero de 2010

IM-PRESIONANTE

Recuerdo que en una ocasión, y dentro de la rueda de prensa en la que se presentaba la próxima llegada a Jaén del musical Hoy no me puedo levantar, le pregunté a Montané si él creía que merecía la pena gastarse el jornal de un día de aceituna -unos 50 euros era el precio de la entrada- para ver algo así. Yo buscaba tocar en la fibra sensible del concejal para conseguir una de las sabrosas frases con las que nos deleita de vez en cuando, pero se ve que ese día se levantó con el pie derecho, y se fue por los cerros de Úbeda hablando de los inmigrantes que aquellos días -estaban recién empezada la recogida- pululaban por la provincia y por la capital en busca de un albergue en el que cobijarse y un trabajo con el que ganarse el sustento.
El otro día, el viernes para más señas, comprobé por mi mismo que el precio no sólo no es descabellado sino que incluso me parece barato. Y es que ese viernes asistí a otro musical, Mamma Mía; aunque pagué algo menos por disfrutarlo -40 euros-, desde el primer momento en el que una chica salió al escenario y empezó a interpretar y a cantar tuve el convencimiento de que el desembolso había merecido la pena.
Esta mezcla de teatro y música -siempre, hasta el otro día, he odiado los musicales- me dejó alucinado. Durante las casi dos horas y media de función no encontraba las palabras adecuadas para expresar mi estado de felicidad por ver algo que me trasmitía emoción, nervios, sonrisas, alguna lágrima, admiración...
Lo dicho, uno de los mayores y mejores espectáculos que he visto en mi vida, y que voy a intentar resumir en dos palabras: IM-PRESIONANTE.
Qué error el no haber asistido al otro. Lo positivo es que el siguiente no se me escapa. ¡Seguro!

miércoles, 3 de febrero de 2010

La Naturaleza en estado puro

Impresionante el vídeo que me llegó el otro día. Es la Naturaleza en su estado más puro, llena de contradicciones pero también de ¿sabiduría?.
No hace falta explicación alguna pero, por si acaso, tiene audio en inglés y subtítulos en portugués (creo).

martes, 2 de febrero de 2010

Se lo ha currao

Las muchas ganas por empezar a leer El símbolo perdido (Círculo de Lectores. 2009) hace que pronto quede totalmente desilusionado porque Dan Brown repite, por tercera vez, los mismos elementos usados en Ángeles y demonios y en El código Da Vinci: Robert Langdon obligado a resolver un enigma que se complica a medida que avanza la historia; un muerto, o casi; un viejo tesoro -entre la leyenda y la realidad- por encontrar; la compañía inesperada de una mujer; una sociedad secreta; la ayuda de un entendido en dicha sociedad; continuas y complejas pistas que descubrir y seguir; algún personaje que finalmente es lo que no parece... lo dicho, el método Brown llevado a su máxima expresión.
Sin embargo, la historia engancha desde el principio, y engancha más todavía conforme pasan las páginas llegando a un punto en el que es difícil dejar de leer. Aunque, como he dicho antes, los códigos vienen a ser los mismos que los usados en las dos novelas anteriores, también es justo reconocer que Brown se lo ha currao porque no sólo maneja con maestría esos elementos que son la clave de su éxito, sino que en esta ocasión llega a un nivel de complejidad en la trama que no queda más remedio que quitarse el sombrero y aplaudir. Tal es la maestría del autor que se permite incluso el lujo de jugar con el lector.
El final, como no podía ser de otra manera, resulta sorprendente. Sin embargo, hay algo que no cuadra demasiado con la línea seguida tanto a lo largo de este libro como en los tres anteriores. ¿Habrá querido Brown ir un poquito más allá?. Me da la impresión que sí.