lunes, 22 de mayo de 2017

Seguimos con las jubilaciones

Si hace unos meses jubilaba mis magníficas Saucony Cortana 3, ahora ha llegado el momento de pasar a segunda actividad a otros dos pares de zapatillas ante las que tengo una sensación de amor-odio. 
Las de la izquierda en la fotografía son unas New Balance 1210 Leadville. Están pensadas para realizar carreras de trail de ultradistancia, pero no por terrenos de exigencia técnica (como la alta montaña, por ejemplo), sino más bien para carrileo.
Iba a correr los 101 kilómetros de Ronda en el año 2014, y aunque ya había adquirido unas zapatillas de otra marca, al usarlas para hacerles el rodaje me dí cuenta de que no me iban bien. Por ello, recurrí por la vía de urgencia a las Leadville. De hecho, me las calcé por primera vez un domingo; la segunda, al día siguiente; y la tercera fue ya en Ronda. Me tuve que retirar en el kilómetro 65 porque físicamente me era imposible seguir, pero las zapatillas fueron magníficas.
Desde entonces les he dado caña de la buena utilizándolas siempre para carrileo. Y me han ido genial.
A lo largo de los dos años y diez meses que las he utilizado (del 4/05/2014 al 6/03/2017) he recorrido con ellas 739 kilómetros, casi todos de entrenamiento por terrenos complicados, y la verdad es que han respondido de manera espléndida. Recuerdo de manera especial todas las Carreras del Melón (en Higuera de Calatrava), una media maratón en Baños de la Encina, o el Trail del Diablo largo en Torredelcampo el año pasado. Zapatillas altamente recomendables pues ofrecen garantía total.
Las de la derecha en la fotografía (rojas y azules) despiertan en mí un sentimiento agridulce. Dulce porque New Balance es una de mis marcas preferidas, y éstas son las 1080 V4. He tenido todas las versiones de este modelo porque también eran para mí signo de garantía. Sin embargo, con estas V4 he sufrido bastante. No sé si es por las zapatillas o porque yo le di un mal uso, pero lo cierto es que me queda la mala experiencia de haber tenido que pasar con ellas por una fascitis plantar que me llevó por la calle de la amargura durante más de un año. 
Intenté cambiar mi pisada mientras las usaba. En lugar de talonar tanto, busqué caer más de media suela; después me han dicho que lo hice demasiado rápido porque yo lo planteé en unos meses, y al parecer, un cambio de esta índole hay que diseñarlo durante un año como mínimo. Lo cierto es que tras correr con ellas el maratón de París del año 2015, empecé una amarga lesión que yo asocio a estas zapatillas. Ya digo que no sé si fueron las causante del problema, o no, pero mi subconsciente así lo cree, y por ello se me vino abajo un mito.
A pesar de ello, seguí utilizándolas para carreras más cortitas, y finalmente tras jubilarlas había recorrido con ellas algo más de 862,5 kilómetros durante los dos años que las tuve.
Hasta estas V4 me habían ido genial los modelos anteriores, y para salir de dudas buscaré las V5 a ver qué tal son, y decidir si las abandono definitivamente o si puede seguir confiando en ellas. Ya os contaré.

jueves, 18 de mayo de 2017

Espectáculo Apache


Hace tiempo que quería asistir a un concierto del grupo "Apache", y por fin pude hacerlo el pasado sábado en las fiestas del barrio de "Expansión Norte", de Jaén capital.
¡¡IM-PRE-SIO-NAN-TE!!
Tras lo que viví esa noche me arrepiento aún más de no haberlo hecho antes porque son todo un espectáculo.
Para resumir el concierto me quedo con lo que me dijo mi esposa durante uno de los temas que cantaban: "es como si la música se metiese dentro de ti y la sintieras como tuya".
Supongo que no todo el mundo vivirá de igual forma un concierto de Apache, pero allí había desde gente jovencita, hasta madurita, con vestimentas de vaqueros y camisetas sport a trajes impolutos de chaqueta y corbata. Y es que la buena música no tiene fronteras. Y eso es lo que hace "Apache": buenísima música.
Cierto que no son temas propios sino versiones de algunos de los mejores grupos que ha dado la historia, pero eso mismo tiene su valor: atreverse con auténticos mitos, y hacerlo chapeau.
En este catite no soy objetivo, ni tampoco pretendo serlo. Sobre todo porque veo lo que hace "Apache" desde mi punto de vista. El de una persona cuya edad le hace contemporánea a las canciones que conforman el repertorio del grupo, música que me lleva a momentos tremendamente felices de mi pasado, y si no lo fueron en su día, al menos yo los recuerdo con especial añoranza y felicidad. Es música de mi época, algo que hoy día es difícil, muy difícil, de encontrar, donde lo importante no es únicamente la letra sino también el sonido; un sonido que por sí solo te transmite un algo difícil de explicar. Una música que te hace disfrutar porque también ves disfrutar a quienes te la están ofreciendo. Un cantante, un grupo sin sentimiento no es nada. "Apache" derrocha emoción en cada nota. De hecho, es esta música la que te permite hacerlo, con momentos de protagonismo para cada miembro del grupo: el bajo, la batería, la percusión, el teclado... Todos transmiten su emoción al personal haciendo lo que mejor saben hacer: música.
Ya digo que todos son de diez, aunque quisiera hacer un mención especial de Luismi, el vocalista, porque parece una persona de otro planeta dados los registros que es capaz de asumir. Y otra mención al guitarrista, Juan Carlos; me dejó perplejo la naturalidad, la humildad, la tranquilidad, lo fácil que hace lo que hace. Es digno de subir a los altares un tipo que hace arte sin alardear de ello, desde su rinconcito, casi escondido, y asumiendo un segundo, un tercer o un cuarto plano como si la cosa no fuera con él; menos mal que allí había gente que entendía de eso, y le reclamaron y le vitorearon y le aplaudieron... y él no tuvo más remedio que dirigirse a ellos en alguno de sus solos para darles las gracias. Lo hizo -el agradecimiento- simplemente tocando pero con una sonrisa en la boca dirigida hacia ellos. No sé cómo será como persona, pero como guitarrista es un artista.
Durante las dos horas y pico de concierto hay tiempo para bailar, para cantar, para emocionarse, para saltar, para reír, llorar, para abrazarse a alguien, para que te abracen... para disfrutar.
El valor de las cosas no está únicamente en hacerlas, en este caso, hacerlas bien, muy bien. Para mí es más importante todavía el intentar un reto tan bestial como hace "Apache" cada vez que sube a un escenario: atreverse con los mitos. ¡Olé!
Gracias por lo del sábado. Y no me despido porque nos veremos en más de una ocasión -seguro- por esos conciertos de dioses.
PD.- Me encantaría ver un día a "Apache" en mi pueblo, Higuera de Calatrava. No me perdería por nada del mundo el momento en el que interpretaran el "Money for nothing" de los "Dire Straits", dedicado a Willy; y éste, "Willy", en mitad de la pista y ya algo pasadito haciendo su genial imitación de Mark Knopfler. Un reto. A ver si lo conseguimos.
PD2.- Os dejo arriba el Mix de Queen que suele poner en escena Apache. Lo hizo el pasado sábado en Jaén, me encantó, y como digo arriba es un vídeo de una actuación en Roquetas de Mar hace unos años.

lunes, 1 de mayo de 2017

Sindicalistas (UGT/CCOO) metidos a (malos) políticos

Ondajaén Televisión, la empresa en la que trabajo, decidió dedicar los martes a hablar de sindicalismo. Era en la tertulia matutina que cada día se incluye en el magazine informativo que echó a andar hace unos años. El programa se emite de lunes a viernes, y como digo se optó por invitar los martes a representantes de organizaciones sindicales para que plantearan los temas que considerasen oportunos.
Mañana, 2 de mayo de 2017, regresa la emisión de "Buenos días, Jaén" (que así se llama ahora el programa) tras el parón de Semana Santa. Y por ello, por ser el día siguiente de una fecha tan señalada como el 1 de mayo, la compañera y presentadora del espacio Marta Negrillo quiso que la tertulia sindicalista tuviera -mañana- como invitados a los secretarios provinciales de las organizaciones sindicales más relevantes de Jaén. 
Espero no estar siendo indiscreto, y desvelar en estas líneas algo que se hubiese preferido que quedase en la trastienda, pero no me resisto a contar que la semana pasada presencié cómo Marta se afanaba por teléfono en convencer a alguien para que asistiera al programa de mañana. Estuvo bastante rato, utilizó numerosos argumentos para  doblegar la resistencia -deduzco- que le estaba mostrando su interlocutor; incluso por momentos creía ver en su rostro indignación, cabreo, impotencia, sorpresa... Al final no consiguió su objetivo, y fue entonces cuando me enteré de lo que había ocurrido.
El responsable de CSIF de la provincia de Jaén, Joaquín Álvarez, había confirmado que estaría en la tertulia -asiste habitualmente-, y era con los secretarios provinciales de UGT y CCOO con los que había estado parlamentando Marta pero sus esfuerzos no sirvieron para nada. Al parecer, estos últimos habían no habían confirmado su asistencia, dejando abierta la posibilidad a que acudiera algún representante del sindicato. Marta insistía en que fueran los máximos responsables "por tratarse de la fecha que era", pero tras numerosas excusas, al final reconocieron -y así se lo dijeron a Marta- la verdadera razón por la que no acudirían a Ondajaén TV: no estaban dispuestos a sentarse en la misma mesa en la que estuviera Joaquín Álvarez.
En ningún momento pidieron que se hablase de este o de aquel asunto, su única preocupación era que el representante de CSIF iba a estar, y ellos no se sentaban con él. Llegaron incluso a cuestionar el criterio periodístico de Marta por haber invitado a Joaquín Álvarez.
Al conocer el asunto me vino rápidamente a la cabeza aquellos años en los que hacíamos tertulias en Ondajaén Radio. Un día a la semana también se dedicaba a los sindicatos, y desde el primer momento UGT y CCOO se negaron a acudir por la misma razón, porque había un representante del CSIF. Yo cada día presentaba a los invitados, y explicaba a la audiencia que nunca había nadie de UGT y CCOO porque eran ellos quienes no querían estar, y por supuesto decía la razón que les llevaba a ello.
No sé cómo habrá solventado finalmente el tema Marta Negrillo, pero conociéndola como la conozco, seguro que la tertulia es de primer nivel, y los temas que se tratan están a la altura de cualquier tertulia que merezca la pena. 
Lo que no puedo creer es que todavía haya sindicalista que en lugar de aprovechar cualquier oportunidad que se les presente para explicar sus ideas, y llevar sus argumentos al mayor número de personas que sea posible, antepongan el interés personal al general con razones al estilo de "como yo la tengo más larga que tú, no puedo permitir que te sientes en mi mesa". La única explicación que tengo es que no se trata de sindicalistas, sino de malos políticos metidos a sindicalistas.
Acabo. Tremendamente significativo que una heredera de "los mártires de Chicago" intente convencer a un sindicalista para que vaya a la televisión a hablar de sindicalismo en el Día del Trabajo, y no lo consiga porque al sindicalista no le gusta el contexto. No quiero ni pensar qué habría sido de aquel 1 de mayo de 1886 si hubiera dependido de él.