jueves, 9 de septiembre de 2021

¡Qué gusto volver al cine... aunque no sea con el mejor "Lobezno"!

Ha sido rara la sensación de volver a una sala de cine tras más de un año de no poder hacerlo a causa del maldito covid.

Tenía ganas de sentir nuevamente el cosquilleo y la adrenalina previos a cada película, de saber si va a cumplir las expectativas puesta en ella, de si estará a la altura el actor o actriz buscada, o de simplemente pasar un buen rato, o rato horrible al buscar el miedo... Tenía ganas de volver al cine.

La última vez que pisé una sala fue el pasado 10 de julio de 2020 para ver El hombre invisible. He regresado con Reminiscencia. Fue la semana pasada, y la elección se produjo por descarte (una de las peores razones), es decir, porque no veía nada mejor... y porque en el cartel de la película destacaba sobre manera Lobezno... Jejejejeje. Lo siento pero mi mente siempre se va a ese personaje independientemente de que Hugh Jackman interprete el papel o no.

En esa ocasión la historia transcurre en un futuro donde la sociedad ha ido a peor, a mucho peor, y salvo las grandes fortunas que, como siempre, pueden hacer lo que les da la gana, el resto de la población no encuentra consuelo más que en el pasado, en sus recuerdos, dado que el futuro es casi inexistente. Jackman posee una máquina en la que cada cual puede recrear los mejores momentos de su vida pasada, y así se gana la vida.

Su monótona vida cambia cuando una mujer, Mae (Rebecca Ferguson), aparece para usar la máquina. Jackman se enamora de ella, recupera a su lado el sentido a la vida, la felicidad... pero todo cambia cuando ella desaparece repentinamente y sin dar explicaciones.

Reminiscencia se centra en la búsqueda que Jackman realiza de su amor huido. La historia amorosa se va complicando con elementos de corrupción, infidelidades, tráfico de drogas, traiciones... y un largo etcétera cuyo resultado no acaba de convencerme.

¿Encontrará Jackman a Mae? ¿Descubrirá por qué se fue? ¿Vivirán felices y comerán perdices?

Se trata de una trama que parece más compleja de lo que va resultando, y donde encuentro un encaje forzado de la historia de amor -la principal- con las demás. Como digo, no acaba de convencerme aunque está entretenida para pasar un buen rato en el cine.

Jackman está muy bien, como siempre, pese a que sale de su rol de héroe, o de antihéroe del mundo de la farándula (por cierto, ahí me gustó más que en Lobezno). Su presencia en cualquier proyecto garantiza, cuanto menos, el empate.

Como siempre, os dejo el trailer por si queréis echarle un vistazo antes de ir a verla, porque deberíais.... al menos, ir al cine.


lunes, 9 de agosto de 2021

Política, las cloacas y periodismo

Siempre suelo tomar notas a medida que leo un libro, pero en esta ocasión no ha habido tiempo; en apenas unos días he acabado con El Candidato (Abad, Nacho. La Esfera de los Libros. Madrid. 2020). Ha sido empezar y casi acabar; de hecho, tuve que dosificarme al final para que lectura durase un poquito más.

Queda claro no sólo que me ha gustado sino que me ha tenido casi absorto durante el tiempo que el libro ha estado entre mis manos. Incluso el resto del día andaba haciendo cábalas intentando averiguar quién era el culpable, las causas de esto o aquello, o qué había detrás de todo.

Lázaro es un empresario de éxito que decide entrar en política para optar a ser presidente del Gobierno de España. Cuando todo apunta a que su partido (de ideología verde) entrará con fuerza en el Congreso de los Diputados, Lázaro es acusado de una violación ocurrida hace diez años; y además, la mujer presuntamente violada es asesinada tras desvelar el escándalo.

Una policía, Esther, y una periodista, Silvia, son quienes nos guían por esta turbulenta historia que el autor define como thriller político, pero donde se mezcla la política, la mala política, con las cloacas que tanto protagonismo han tenido en nuestro país en los últimos años, y con el periodismo... 

Reconozco que en un primer momento me atrajo El Candidato por su autor, un periodista conocido cuyas opiniones y actuaciones no han pasado desapercibidas. Pero finalmente opté por adquirirlo porque hablaba de periodismo. De hecho, es la parte que más me ha gustado de la historia porque enfrenta el buen periodismo, el que a todos nos gusta, el ideal, el que ha mantiene a raya al resto de poderes, especialmente al político... con el periodismo que se vende al mejor postor, el que sólo busca ganar dinero a toda costa independientemente del propio periodismo. Hablamos de la veracidad, de la investigación, del rigor, de la profesionalidad... frente al clientelismo, la tergiversación, la manipulación, la mentira... ese que tanto daño ha hecho y hace a la profesión más bonita del mundo.

Si hiciéramos una encuesta estoy seguro de que todos nos situaríamos en el bando del buen periodismo, pero la realidad va por otro camino. Así es porque el periodismo bueno no siempre paga la hipoteca, las facturas de la luz y el agua, o la cuenta del supermercado. Y llegado ese momento, cuando hay que elegir entre principios y comer, ahí la decisión es mucho más difícil.

Nacho Abad, no podía ser de otra forma, se decanta a favor del buen periodismo en El Candidato, aunque más que una conclusión es un punto de partida para un debate de mucho más calado y que daría, especialmente en la actualidad, no para un libro sino para una enciclopedia de aquellas que usábamos quienes llevamos 25 años enrolados en la profesión.

viernes, 9 de julio de 2021

Oclocracia

Hoy os traigo la palabra oclocracia para que amplíe el particular diccionario que estoy elaborando con aquellos términos que encuentro aquí y allá, en mis lecturas diarias, conversaciones propias y ajenas, programas de televisión, etc. 

Descubrí la oclocracia leyendo El regreso del Catón. Fue Ottavia quien, tras perder -como casi siempre- una de esas votaciones a las que somete Farag al grupo cuando se ve en una encrucijada, soltó la palabreja. 

Yo no sabía que existía ni el término ni lógicamente su significado, pero me resultó interesante a qué nos estamos refiriendo cuando lo usamos. 

Ottavia no sólo usó la palabra sino que la acompañó con la siguiente frase: gobierno de la plebe ignorante por injusta mayoría. Los griegos ya lo tenían claro hace siglos.

¡¡Ostras!! ¿¿¡¡De verdad que existe eso!!??

Para comprobarlo, recurrimos como siempre al RAE y esto es lo que encontramos: 

OCLOCRACIA: 1. f. Gobierno de la muchedumbre o de la plebe.

Vaya. ¿Versión libre la que hace Ottavia en su definición del término? Si os digo la verdad, no me quedo muy convencido de que el "matiz" que Ottavia le aplica al término sea cosecha propia. Por ello, investigo un poco más y encuentro que es el RAE quien ha sido políticamente correcto en su definición porque cuando usamos el término "oclocracia" lo hacemos ciertamente en el sentido en el que lo hizo Ottavia. 

Lo he confirmado en varios autores, y os indico aquí lo que dice Wikipedia de oclocracia:

"Oclocracia o gobierno de la muchedumbre (del griego ὀχλοκρατία ojlokratía ‘poder de la turba’) es una de las formas de degeneración de la democracia, del mismo modo que la monarquía puede degenerar en tiranía o la aristocracia en oligarquía".

"El término fue acuñado por Polibio, historiador griego, en su obra Historias, escrita en torno al año 200 a. C. Polibio desarrolló su propia teoría de la anaciclosis, basándose en las tres formas de gobierno aristotélicas y sus correspondientes formas impuras, sustituyendo la demagogia, como forma degenerada de la democracia, por el nuevo concepto de oclocracia".

"Mientras que, etimológicamente, la democracia es el "gobierno del pueblo" que con la voluntad general legitima al poder estatal, la oclocracia es el "gobierno de la muchedumbre", es decir, "la muchedumbre, masa o gentío es un agente de producción biopolítica que, a la hora de abordar asuntos políticos, presenta una voluntad viciada, evicciosa, confusa, injuriosa o irracional, por lo que carece de capacidad de autogobierno y, por ende, no conserva los requisitos necesarios para ser considerada como pueblo".

Ahí es nada. El matiz está en la definición de muchedumbre o plebe. Que no es cosa menor.

Por cierto, el de la foto es Polibio.

miércoles, 16 de junio de 2021

Regresando a leer

 ¡Qué alegría volver a leer!

Ese fue mi primer pensamiento tras pasar las páginas iniciales de El regreso del Catón (Asensi, Matilde. Editorial Planeta. Colección Booknet. Barcelona. 2017).

Venía de dos experiencias (una con Bertrand Russell y otra con Julio Llamazares) nada positivas, y el reencuentro con Ottavia, Farag y Kaspar ha sido... ES-PEC-TA-CU-LAR. Más que leer, he devorado las casi 600 páginas de esta segunda parte de El último Catón. Durante toda la obra he estado enganchadísimo, y nunca he leído el tiempo que tenía previsto sino bastante más porque me resultaba imposible parar. Tanto que en más de una ocasión me he obligado a dejarlo porque tenía un millón de cosas que hacer, y cuando tenía el libro en mis manos me metía tanto en la historia que lo demás no importaba. 

Ottavia, Farag y Kaspar se embarcan en una nueva aventura en la que deberán descubrir si Jesucristo murió realmente y no resucitó. ¿Será cierto que sus restos y los de toda su familia están ocultos en algún lugar del mundo? 

La obra es apasionante. La continua aparición de elementos históricos, o no; las dudas que surgen, directamente o entre líneas, ante algunas de las cosas que suceden; las luchas internas de algunos personajes y los secretos que parecen ocultar... mantienen al lector atentísimo a todo cuanto acontece en todo momento porque un simple parpadeo puede hacer que se te despiste un detalle que puede ser fundamental. No hay momento para la tregua, y tanto la historia principal como las secundarias con las que Asensi va alternando el punto de interés están gestionadas con maestría.

Me temo que no habrá tercera entrega, pero sería una delicia.

Por cierto, he reafirmado una vez más aquella teoría del doctor José María Sillero que decía: hay tanto por leer y tan poco tiempo en esta vida que cuando no disfrutas con un libro, hay que dejarlo y pasar a otro. La lectura de El regreso del Catón ha sido increíble de principio a fin, un disfrute continuo, por lo que debo intentar (reconozco que me cuesta aparcar un libro empezado) aplicar la teoría de Sillero en lugar de dar excesivas oportunidades que no llevan a ningún sitio. 

lunes, 19 de abril de 2021

Antier


No, no fue antier sino el pasado miércoles. Me quedé de piedra cuando escuché que Pepa Fernández iba a tratar, en la sección Palabras Moribundas, el término Antier.

Se trata de una sección del programa Las Mañanas de RNE con Pepa Fernández (De Pe a Pa) que llega de la mano de Pilar García Moutón.

Mi primera reacción fue de sonrisa porque no es que "antier" sea una palabra moribunda, es decir, que se usa tan poco que va camino de morir... es simplemente que "antier" no existe, es una versión libre que el uso popular ha acomodado tomando de origen "antes de ayer": es más corto, más fácil y más rápido de decir. Pero incorrecto.

No obstante, a mi sonrisa inicial siguió una alta preocupación. Llevo toda mi vida corrigiendo a quien utiliza ese término para intentar que se haga un uso correcto del lenguaje, y sin embargo.... si Pepa y Pilar abordan hoy esa palabra... ¡¡¡¡NO ME DIGAS QUE ES CORRECTA!!!!

Pue sí. 

Esto recoge el RAE cuando introduces, para su búsqueda, "antier":

ANTIER: 1. adv. dem. anteayer. U.m. en Am.

¡¡Vaya tela!! 

No sé cuál fue la conclusión del estudio, es decir, si han determinado en el programa que antier es palabra moribunda, o no. Yo diría que sí porque siempre se la he escuchado a personas mayores, y por eso les perdonaba su error y no insistía en corregirles. Normalmente personas de edad avanzada que se vieron obligadas a dedicar toda su vida a trabajar, y la educación fue algo imposible de abordar. 

"Usan antier por falta de educación básica, pero se lo podemos perdonar", pensaba yo cada vez que oía utilizar el término. Pues no, no eran incultos, el inculto era yo. 

Olé.

lunes, 5 de abril de 2021

Me resulta imposible Bertrand Russell

Me ha vuelto a pasar. Lo siento pero me resulta imposible dejar la lectura de un libro cuando se me atraganta. ¡¡Mira que he dicho veces que iba a aplicar la filosofía de José María Sillero ("hay tanto que leer y tan poco tiempo en esta vida")!! Pero... nada.

Mi desencuentro ha sido en esta ocasión con Por qué no soy Cristiano (Russell, Bertrand. Edhasa. Barcelona. 2001).

El libro llegó a mis manos el verano pasado junto con otros nueve títulos. Provenían de la biblioteca de mi vecino el filósofo, con quien tantos e intensos debates mantengo dentro del juego mutuo de cuestionárnoslo todo intentando hacer ver la luz al otro. Ya se ha convertido en un clásico que, derivada de nuestras charlas estivales, se presente en mi casa con un buen tocho de libros, algunos pedidos por mí, y otros de su propia cosecha.

Por qué no soy Cristiano era del segundo bloque, y al verlo me resultó tremendamente atractivo por lo que de reto suponía. Yo soy católico practicante, y ahí choco frontalmente con el filósofo. Por eso, encontrar este título entre sus recomendaciones me parecía divertido porque suponía continuar uno de nuestros debates pero de otra manera.

No he podido pasar de la página 167

Ante de empezar el libro me empapé de su autor, y me resultó bastante interesante. Lo que leí de él acrecentó mi interés por el libro. Me apetecía someter mis creencias religiosas a una revisión de alto nivel. "A ver qué sale", pensé.

Desde el primer momento detecté que la obra iba a ser difícil, pero mi interés por ello se acrecentaba cuando leía cosas como que el libro se escribió ante los peligros que suponía el que la religión "entre" o "controle" ámbitos que no debería. No me parecía mala la reflexión, e incluso podría estar de acuerdo con ella, pero lo que me chirriaba era que, para demostrar la maldad de la religión, utilice ejemplos derivados de la lectura al pie de la letra de textos sagrados.

Quizá el problema de Russell esté en que habla de una religión "teórica" que no conozco. No digo que no existiera, que hiciera mucho mal en épocas pasadas, pero me parece inadecuado y erróneo mirar el pasado con los ojos del presente (y no me refiero únicamente en este tema sino en cualquier ámbito de la vida. Cristóbal Colón podría ser un ejemplo tremendamente clarificador).

Los textos que conforman Por qué no soy Cristiano se escribieron a principios del siglo XX, por lo que creo que está desfasado o mejor dicho, presenta una religión que no es la actual o, al menos, la que yo entiendo. Por tanto, las conclusiones que podamos sacar de ahí estarán siempre viciadas. Además, para cuestionar la religión (que Russell considera radical) el autor se sitúa en una posición totalmente opuesta, es decir, también radical. Y eso nunca es bueno.

Empecé a leer el libro el pasado octubre, y tras vencer mil y una tentaciones de dejarlo, me veo obligado a hacerlo. En seis meses he leído, mal leído más bien, 167 páginas. Me parece innecesario continuar porque, además del tiempo perdido, estoy perdiendo el interés por leer.

No es mi intención cuestionar ni la obra ni las ideas de Russell. Simplemente expreso mi impotencia para aproximarme a sus posicionamientos. Seguramente el problema no sea él sino mi limitación intelectual para entenderle; pero ante eso, al menos por ahora, poco puedo hacer.

lunes, 22 de febrero de 2021

En el Día de la Radio seguía mudo el 106.0 de la FM


Me encanta la radio. Me apasiona.

Fue realizando un trabajo de investigación (para un asunto que no viene al caso) cuando me di cuenta de que mi vida había estado siempre ligada a la radio. Los recuerdos que conforman mi pasado, mi historia tienen un constante vínculo de unión a la radio. Y yo sin saberlo.

  • Recuerdo como si fuera ayer esas tardes de mi infancia, en el patio de la casa del pueblo, jugando a cualquier cosa mientras mi madre y mi abuela cosían, o hacían lana o ganchillo. Tardes soleadas de tareas domésticas en las que nunca, nunca faltaba, de fondo, el sonido de Elena Francis dando consejos.
  • En unos días se cumplirá el 40 aniversario del fallido golpe de estado de Tejero. Inolvidable aquella noche de insomnio de un niño de 9 años. Los habituales silencio y tranquilidad de lo nocturno fueron interrumpidos por los cuchicheos de los mayores, quizá temerosos, ante lo que sucedía en Madrid y no se sabía bien dónde más. Recuerdo que, pese a lo intempestivo de la hora, me interesé por lo que pasaba, pero me mandaron callar y a la cama. El único destello de certidumbre provenía del sonido de la radio que estuvo toda la noche encendida; yo afinaba el oído pero, pese a escuchar, no entendía nada.
  • Qué memorables aquellas tardes de domingo de fútbol. En la cámara (acepción número 7) de la casa había construido una tienda de campaña con una manta vieja y dos sillas. Tirado en el suelo, sobre un camastro, era el niño más feliz del mundo, linterna en mano, escuchando Carrusel Deportivo y comiendo lacasitos.
  • No entendería mi juventud sin aquellos despertares donde la alarma no era un ruido estridente sino el ON de la radio que empezaba a verter las noticias de la mañana vestidas con las ráfagas y cortinillas inolvidables de la Cadena Ser. O aquellas tardes con Sardá y el Señor Casamajor. O aquellas noches alargadas hasta la madrugada por culpa de un chavalín, llamado José Ramón De la Morena, que osaba hacerle la competencia al rey de las ondas deportivas.

Si tuviera que elegir los cuatro momentos más importantes de los 25 años de mi trayectoria profesional como periodista, dos son en la radio. UNO: imprescindible aquel partido de fútbol, en Segunda División B, en el Estadio de La Victoria entre Real Jaén y Torredonjimeno. Allí estaba yo, micro inalámbrico en mano, disfrutando como nadie a pie de campo. DOS: irrepetible aquella jornada electoral que empezamos a las ocho de la mañana y no concluyó hasta que tuvimos en directo, pasadas las doce de la noche, a quien ocuparía el sillón de la alcaldía de Jaén. ¡Qué día y qué equipo!

Día Mundial de la Radio

Por todo esto, porque amo la radio, tengo que dar las gracias a los compañeros que, un año más, unieron sus voces de diferentes emisoras para hacer un homenaje a la radio, y reivindicar su papel y su importancia.

Fu el pasado día 12 de febrero cuando la Diputación de Jaén acogió la emisión conjunta de Radio Jaén y Radio Linares (ambas de la Cadena SER), Onda Cero, Canal Sur Radio, COPE, Multimedia Jienense y Radio Nacional de España.

Todo un éxito ya que se ofreció el mismo contenido emitido por todos los diales para una audiencia de casi medio millón de oyentes. Compañeros, gracias por estar ahí y por seguir haciendo radio.

Cada vez menos radio local

No puedo acabar sin reconocer que en ese Día de la Radio tuve sentimientos de alegría, algunos de los cuales os he manifestado, pero también de tristeza. Tristeza porque...

  • ...el Día Mundial de la Radio se celebra el 13 de febrero, pero en Jaén se adelantó al día 12. ¿Sabéis por qué? Porque el 13 era sábado y en Jaén prácticamente ninguna emisora tiene programación local. Por tanto, hubo que realizar la celebración un día antes, y fijar la emisión en uno de los pocos y breves momentos del día en los que lo local prima frente a lo demás.
  • ...de las 7 emisoras presentes en el acto, no todas pudieron ofrecer el contenido por su dial. Simplemente porque prácticamente no tienen programación local; ni siquiera un día laboral.
¡Qué gran compañera de viaje la radio! ¡Y qué lástima que poco a poco la radio local vaya siendo aniquilada, esos contenidos más cercanos, más próximos... pero que cada vez tenemos más lejos... cuando los tenemos.



Ondajaén Radio sigue muda

¿Sabéis qué emisora apostó siempre en Jaén por lo local, llegando a tener hasta 24 horas al día de programación propia, de lunes a domingos? Sí, Ondajaén Radio (106.0 FM).
Jamás olvidaré aquello que me dijo el maestro Fernando Arévalo, cuando entendía que lo local estaba abocado a desaparecer, y veía las posibilidades de Ondajaén: "Chaval. Disfruta con lo que tenéis porque no sabes lo os durará".
¡Cuánta razón tenía!
Que no os cuenten milongas de que el servicio era deficitario, que no era una competencia propia de un ayuntamiento, o que había un exceso de trabajadores. Excusas y más excusas para justificar una decisión política.
Lo primero que hizo el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Jaén fue decretar el cierre de la emisora e iniciar los trámites para la disolución del servicio. Después, una vez acallada la Radio (también la televisión), inició el despido del personal a través de varios ERTE´s y ERE que aún hoy (19 meses después) se encuentra en fase judicial.
La operación política es tan evidente que desde el equipo de gobierno se llegó a reconocer públicamente que si el Ayuntamiento perdía el ERE, su intención era reubicar a los trabajadores en otros servicios municipales pero que nunca se volvería a poner en marcha la emisora.
Por tanto...
  • ...ni problemas económicos
  • ...ni cuestión de competencia
  • ...ni gaitas 
Ondajaén era una cadena incómoda para el poder político, y no ha parado hasta que ha acabado con ella.
Cierto que en Sudamérica los periodistas pierden la vida; también en África, en Oriente Medio, en los países árabes... Y no hay nada más preciado que la vida. Pero en nuestro primer mundo no todo es color de rosa; la persecución al periodista también existe. La gran diferencia es que nosotros tenemos más armas para defendernos, otra cosa es que las usemos o queramos usarlas.
¡¡VIVA LA RADIO!!

lunes, 8 de febrero de 2021

Yslamac, una ventana al futuro


Me encanta la sintonía y el eslogan del podcast: Cuatro náufragos tecnológicos y sus cosicas. Y estoy seguro de que no sería lo mismo sin el tono que le da Sixto a cada inicio de capítulo.


Me estoy refiriendo a Yslamac, un podcast que vive su quinta temporada, que sigo desde el principio, que se autodefine como Yslamac La Ysla de los Macníficos, y ahí mismo encontramos una clara declaración de intenciones de lo que son: cuatro fanáticos de la compañía de la manzanita, pero no por ello aceptan todo lo que hace sino más bien lo contrario pues se muestran tremendamente críticos con aquello que consideran una traición al legado de Steve Jobs (juraría que es la figura más cercana a Dios que contemplan en sus pensamientos). ¡¡Jejejeje!!. En casi todos los capítulos podemos oír a Damarfu uno de sus gritos de guerraTim Cook dimisión.

Por esas cosas que tiene la vida he pasado de ser oyente del podcast a convertirme en uno de los cuatro náufragos. Reconozco que muchas veces me suena a chino lo que dicen, especialmente el Almirante y sus temas complejísimos, pero ese es precisamente uno de los grandes valores de Yslamac: nos llevan de la ciencia ficción a su aplicación práctica. Los náufragos, con sus friki investigaciones, van muy por delante, tecnológicamente hablando, de donde nos encontramos el resto de mortales. Hay temas que cuesta trabajo creer que sean reales y no el guión de una película del siglo XXX, pero sí, sí que lo son. Y esos asuntos alucinantes de hoy serán mañana el desarrollo de aparátenos, maquinitas o servicios que utilizaremos en nuestro día a día.

Yslamac es una ventana abierta a lo que será nuestro futuro tecnológico, aunque en ocasiones vemos ya nuestro presente.

Yo hago lo que puedo, procuro estar a la altura, aprendo la leche con ellos, aporto mi granito de arena... y sobre todo ¡¡me lo paso genial!!

En Yslamac encuentro cada mes un punto nostálgico a algo que fue y que ojalá regrese. Yslamac es grande, muy grande, por sí misma, pero también un punto de apoyo para coger impulso, para saltar.

Gracias.

jueves, 28 de enero de 2021

Ciscar (otra vez)

Leyendo en twitter a Arturo Pérez-Reverte, me ha llamado la atención el uso de la palabra cisco. No tengo ni idea de su significado en el contexto en el que la he encontrado. En otros sí, pero aquí no. Os dejo una captura del tweet, y un enlace al original:


Pulsar AQUÍ para acceder al tweet original. 

Tras releer en varias ocasiones el texto sigo sin saber qué quiere decir cisco aunque sí tengo claro que es un verbo. Se me ocurre una cosa, pero me parece fuerte, muy fuerte. Aunque con Pérez-Reverte nunca se sabe... o sí, no sé

En fin. Como hago siempre en estos casos, recurro al RAE para salir de dudas, y mi sorpresa llega cuando caigo en que no es la primera vez que ciscar es motivo de mi curiosidad. En el año 2018 fue protagonista de otro catite.

Si queréis saber qué significa, aquí os dejo el enlace a lo que publiqué en aquella ocasión: CISCAR.

lunes, 25 de enero de 2021

El Activa Jaén o el timo del cocido sin pringá


Ayer os prometí que hoy recordaría una efeméride que ha pasado desapercibida, y aquí la tenéis. Por cierto, no se trata de un olvido nuevo ya que nunca nadie la ha recordado para destacarla y ponerse la medalla. Y eso ya indica algo, ¿no creéis?

Fue el 17 de enero del año 2006 cuando el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, visitó Jaén en un gran acto político-gastronómico para anunciar la llegada de una lluvia de millones que iban a salvar la maltrecha situación de la provincia de Jaén: el Plan Jaén Siglo XXI, conocido popularmente como Activa Jaén.

Se comprometió la llegada de 1.200 millones de euros que en los próximos años iban a permitir que Jaén redujera el evidente retraso en prácticamente todos los ámbitos que tenía en relación con el resto de territorios de España. Esos 1.200 millones de euros después fueron más de boquilla (el papel, que es muy sufrido), y su importancia radicaba en el hecho de que iban a ser 1.200 millones además de las inversiones que ya destinaban anualmente a Jaén el gobierno de España y de la Junta de Andalucía. Incluso se creó una página web en la que ir recogiendo los proyectos que se iban desarrollando.

Sin embargo, todo fue un timo. Pese a que no había administración y persona próxima a Zapatero que no proclamara a los cuatro vientos las bonanzas del Activa Jaén, el dinero nunca llegó.

Es cierto que se hicieron muchas casos bajo el nombre del Activa Jaén, pero nunca fue con la llegada de dinero extra, sino que las mismas partidas que antes llegaban del Gobierno central y de la Junta de Andalucía, ahora se reordenaban y bautizaban con el nombre de Activa Jaén.

Un cocido sin pringá no es cocido

Es como si cada día me como un simple y triste plato de garbanzos con tres patatas, y alguien me dice que ya no voy a pasar más hambre, que desde el día siguiente él se va a encargar de que el cocido tenga todos los avíos propios de la pringá: chorizo, morcilla, tocino, carne...

Pero al día siguiente, en el momento de sentarme a la mesa, y cuando abro los cinco paquetes que me ha enviado mi benefactor, descubro que en uno hay garbanzos, en los otros tres una patata en cada uno de ellos, y en el quinto el mismo trozo de pan que me comía cada día.

Zapatero anunció el Plan Jaén Siglo XXI pero consumó el Timo Jaén Siglo XXI. Tanto es así, que nunca nadie se atrevió a demostrar que, gracias al Activa Jaén, la provincia recibió más dinero del que venía llegando. Nadie lo hizo porque nunca llegaron los avíos del cocido, y los jienenses tuvimos que seguir tragando el mismo plato de garbanzos de siempre.

Hasta el 17 de enero de 2022.

domingo, 24 de enero de 2021

Marcos Gutiérrez, un principiante al lado de Julio Millán


Es difícil que a un jienense le pase desapercibido cada año el día 16 de enero, y si ese jienense es aficionado al atletismo, el olvido parece imposible. Una carrera como la San Antón, en mi opinión la segunda mejor de España, te mantiene en vilo todo el año, y cuando llega su fecha resulta toda una explosión de emoción.

Por eso mismo, porque cada 16 de enero lo tenemos los jienenses casi grabado a fuego, es por lo que tampoco olvido ese suceso que viví el 16 de enero pero del año 2003. Inolvidable.

Realizando mis labores como periodista, me dirigí junto a mi compañero operador de cámara Cristóbal Macías, a una rueda de prensa que ofrecía ese día en la sede local del PSOE de Jaén Marcos Gutiérrez Melgarejo. Era el candidato socialista a la alcaldía en las elecciones municipales previstas para unos meses después. Todo se desarrollaba con normalidad hasta que Cristóbal y yo fuimos expulsados del lugar por la responsable de prensa a quien su jefe le había ordenado que nos echara.

Al parecer, a Marcos Gutiérrez no le gustaba lo que se decía de él en Ondajaén RTV (la que era, es y será siempre mi empresa), y como buen demócrata, abogado para más inri, y en el contexto de unas elecciones municipales en las que él se presentaba como el mejor para dirigir los designios de la ciudad y sus habitantes... tuvo el bonito gesto de echar de una rueda de prensa a dos periodistas de la radiotelevisión municipal.

Cada año rememoro aquel momento con el objetivo de que no quede en el olvido, y así ayudar a que su recuerdo impida que vuelva a repetirse. En aquel entonces, y durante todos los años posteriores, me pareció una barbaridad lo sucedido, al igual que a algunos compañeros de profesión y alguna entidad profesional que condenó el acto de Melgarejo. Me sorprendió que no generara más críticas una acción tan reprobable y reprochable, aunque lo achaqué a que nos pilló a todos por sorpresa porque era algo que no solía ocurrir, y de ahí que las reacciones hubieran sido tan tibias.

Por cierto, que un señor con este borrón en su currículo fue posteriormente ascendido -tras su derrota en las elecciones municipales-, y se integró como miembro del Consejo Consultivo de Andalucía. ¡¡Increíble!!... pero cierto


Julio Millán, gran heredero de Marcos Gutiérrez

Con el paso de los años, y con cada recuerdo, acrecentaba mi creencia en que algo así no volvería a ocurrir, y si sucedía tenía la total seguridad de que la prensa y el resto de instituciones y colectivos se volcarían en masa en defensa de la libertad de expresión y en contra de un gesto tan antidemocrático como aquel.

Pero estaba tremendamente equivocado. No es que después se haya echado a algún periodista de una rueda de prensa. La cosa ha sido mucho peor porque...

  • ...se intentó impedir con un fuerte despliegue de Policía Local que los periodistas de Ondajaén asistieran a una rueda de prensa del Ayuntamiento de Jaén, y ello mientras el resto de periodistas allí presentes no dijo nada en contra.
  • ...se le ha pegado fuego a la radiotelevisión municipal Ondajaén sin que nadie exija información sobre las gestiones que se realizan para descubrir al autor.
  • ...se ha cerrado Ondajaén usando como excusa ese incendio que casi no quemó nada.
  • ...se ha suprimido el servicio de radiotelevisión en el momento en el que más falta hacía: la crisis generada por el Covid-19.
  • ...se ha despedido a 51 de los 52 trabajadores de Ondajaén a través de un ERE que aún está pendiente de sentencia judicial, y después de haberlo intentado a través de un ERTE y otro ERE que no salieron adelante por ser declarados ilegales.

El responsable de esta situación es el actual alcalde de Jaén, Julio Millán, y no ha pasado nada. Quiero decir, que un alcalde y un equipo de gobierno intentan un ERTE ilegal, después un ERE ilegal, y finalmente otro ERE (pendiente de resolución judicial)... y todo ello en el contexto de un ataque brutal al artículo 20 de la Constitución Española, y se pueden ir de rositas porque nadie le pide que rinda cuentas.

Marcos Gutiérrez me pareció un ogro en aquel 16 de enero de 2003. Sin embargo, ahora me parece un principiante al lado de Julio Millán.

Así nos fue, así nos va y así nos seguirá yendo a los periodistas mientras sigamos permitiéndolo. Yo me resisto a ello. Y por ello, entre otras cosas, seguiré recordando cada año aquel 16 de enero de 2003. Fecha a la que añado el 6 de agosto de 2019.

Habitualmente recuerdo esta efeméride cada 16 de enero. Este año he retrasado el recordatorio unos días para hacerlo coincidir hoy, 24 de enero, con el patrón de los periodistas: San Francisco de Sales. A ver si nos echa una mano, que en la situación que vivimos, toda ayuda es poca.

Por cierto, mañana os recordaré otra efeméride de estos días que también ha pasado desapercibida.