lunes, 15 de septiembre de 2014

¡¡Feliz Año Nuevo!!

No, no me he confundido de fecha para escribir este Catite, ni tampoco me he colado con el consumo de Alcázar. Se trata simplemente de que hoy es Año Nuevo. Al menos así ocurre en mi caso y en el de muchas personas más de mi entorno; incluso me atrevería a decir incluso de bastante más allá.
El 1 de enero empieza el año, sí pero ¿en qué es diferente el 1 con respecto al 31?. Prácticamente en nada, al menos en condiciones normales. Sin embargo, hoy, 15 de septiembre, mi casa es una locura. Hemos pasado de la tranquilidad de las tardes siesteras y piscineras, con noches de cervecita incluidas, a un auténtico maremágnum.
El niño ya ha comenzado el Instituto, los entrenamientos de fútbol sala, y en la academia de inglés se estrena mañana. La niña también ha vuelto al cole, esta tarde inició el conservatorio, la catequesis llegará pronto, y en unos días... multideporte. Para los mayores, además del trabajo casi al 100% tras la cierta tranquilidad lógica de la época veraniega, la exigencia se vuelve mayor con reuniones de AMPAS e iniciativas extraescolares, estudios, y alguna iniciativa más que, lejos de dejar rentabilidad económica, no solo nos cuesta el dinero sino que además nos enrea bastante.
Lo dicho, un cambio radical tras acostarnos el domingo, 14 de septiembre, y levantarnos ya bajo estrés el lunes, día 15. Me decía hoy un colega en estas lides... "cuánto nos queda que penar hasta el 22 de junio". ¡¡Qué gran verdad, Señor!!.
Menos mal que, entre lo nuevo, también nos quedan ratitos de ocio y diversión con series como la inigualable Águila Roja. No todo va a ser malo.
Lo dicho, ¡¡¡Feliz Año Nuevo y próspero 2014/2015!!!.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Objetivo París (I): dorsal 4937

¡¡¡Sí, sí, sí... Nos vamos a París!!!
Ese fue mi primer pensamiento cuando el pasado martes, 9 de septiembre, conseguí inscribirme en el Maratón de París que tendrá lugar el próximo 12 de abril de 2015.
El plazo se abría a las ocho de la mañana, y la estrategia era -mi cuñado y yo- que cada uno, desde su casa, tener la página web abierta con tiempo suficiente como para ir refrescando y poder conseguir un dorsal ante la muchísima demanda existente. Hay que tener en cuenta que era la única opción que teníamos al margen de los tour-operadores que hacen su particular agosto organizando viajes para este tipo de eventos, con precios altísimos al incluir viajes, hoteles... pero siempre cogiendo por los nuevecillos a los interesados con la golosina de conseguir dorsal fácilmente. Un ejemplo. He pagado por mi dorsal 99 euros. Algún touroperador lo ofrecía a 180€, pero apuntando que, en cuanto se agotaran los que se ponían a disposición del público en general, ellos pondrían aún más caros los que tenían reservados.
Nosotros optamos siempre por intentarlo por nuestros propios medios, y en esta ocasión volvió a salir bien. Fueron unas tres horas de nervios, desesperanzas, incluso en algún momento lo dimos por perdido. Pero al final salió. Fue gracias a mi cuñado, el primero en entrar y conseguir dorsal, para después hacer lo mismo conmigo.
Será mi siguiente maratón internacional al que acudiré con el dorsal 4937. Ahora estamos inmersos en conseguir vuelos y hoteles.... !!!BARATOS¡¡¡, por supuesto, pero lo más difícil ya está hecho.
Muy contento en un primer momento, aunque después de pensarlo fríamente la cosa tiene tintes de locura. Hablamos de abril de 2015, es decir, hoy faltan exactamente 7 meses. Y en este 12 de septiembre de 2014 estoy inmerso en la preparación del Maratón de Murcia (próximo 2 de noviembre) para el que ya estoy inscrito, con hotel reservado, etc, y del que pronto os hablaré. Pero es que, además, tengo previsto correr el próximo 22 de febrero de 2015 el Maratón de Sevilla. En los últimos años suelo participar en dos maratones al año, pero en esta ocasión la cosa se me ha ido un poco de las manos, y en cinco meses correré tres. ¿No es un poco una locura?. Puede que sí, pero lo cierto es que no solo me encanta correr, sino que además esta afición me está permitiendo hacer turismo y conocer ciudades que, de otra manera, quizá jamás hubiera visitado.
Por eso, volvamos al principio: ¡¡¡Sí, sí, sí... Nos vamos a París!!!

jueves, 11 de septiembre de 2014

Des-educación

Los políticos son, al parecer, la razón de que los estudiantes de los países nórdicos tengan tan buenos resultados en los tests internacionales que se realizan. Y lo son porque hacen de la Educación una cuestión de Estado. Eso significa que hay prioridad a la hora de elaborar las leyes educativas, donde el consenso entre los partidos políticos es obligado. Gracias a esta forma de actuar, los sistemas educativos perduran décadas, dan estabilidad a profesores y alumnos, y los resultados son los que son.
Un modelo muy diferente al de España. Aquí parece que hay prisa por llegar al poder para aniquilar la ley educativa que haya puesto en marcha el anterior gobierno, por lo que podemos contar dichas leyes casi por legislaturas. Si a eso le unimos una interpretación diferente en cada una de las comunidades autónomas... apaga y vámonos.
Viene todo esto porque mi hija de 10 años, que ayer tuvo su primer día de clase en quinto curso de Educación Primaria, volvió a casa con los libros de texto. Esos libros que paga la Administración (nosotros), que cede a los niños, y pasan de unos a otros de año a año. En teoría, existe un control exhaustivo sobre los libros, quedando patente en la contraportada de cada uno el nombre de quien los han ido usando cada año... entiendo que con el objetivo de detectar quien los pudiera haber estropeado y, llegado el momento, pedir explicaciones (que los pague, vamos).
Los libros de mi hija no es que estén un poquito estropeados (sus manos son las terceras por las que pasan), es que dan vergüenza ajena. Páginas arrancas, algunas les faltan, pintarrajeados por todas partes con profusión de aparatos reproductores masculinos, subrayados, con anotaciones, las cuentas hechas en matemáticas... Al final, nos hemos buscado la vida, hemos conseguido otros, y esos los hemos devuelto. Al parecer, me dice mi hija que a algún niño o niña le va a venir bien porque éstos (los de mi hija) no son los que peor estaban; había otros mucho más deteriorados.
¿Estamos locos? ¿Ese es el futuro que queremos para nuestros hijos? Hemos pasado de regalar ordenadores portátiles personales en los colegios a utilizar como manuales libros más propios del tercer mundo.
¿Sabéis una cosa? Seguramente sean los políticos los responsables de estas situaciones, pero creo que somos los padres, las madres... los ciudadanos quienes, con nuestra actitud de permitir tales formas de actuar, tenemos la culpa en última instancia. 
Porque esto que aquí digo sobre la Des-Educación en nuestro país lo podemos extrapolar a otros ámbitos. ¿Verdad?. Pues eso.