domingo, 25 de enero de 2015

Objetivo París (II): empezamos

A pesar de lo mal, extremadamente mal, que lo pasé en el pasado Maratón de Murcia, aquí estamos otra vez preparando un nuevo reto de los 42.195 metros.
Esta semana que hoy acaba es la primera de las doce de que consta mi plan de entrenamiento que concluirá el próximo 12 de abril. Ese día se celebra el Maratón de París. 
Ya casi me da cosa hablar de objetivos porque en las últimas pruebas no solo no los he conseguido, sino que casi la espicho. Pero es que el deporte es así. Hay que entrenar duro, de una manera constante, y por supuesto adecuadamente a lo que pretendes conseguir. Si el entrenamiento es inapropiado o te saltas mucho de lo que deberías hacer, luego no puedes quejarte de que las cosas no salen como esperabas.
Tenía previsto haber realizado para París un plan de 17 semanas, pero finalmente he optado por otro de 12. Los muchos otros fregaos en los que estoy metido me impiden disponer del tiempo necesario, pero confío en aprovechar al máximo los momentos libres que tengo para realizar las cosas como deben hacerse.
Empezado pues el nuevo reto de rebajar mi mejor marca que está en 3h25'10'' (Sevilla, febrero de 2012). El ánimo está dispuesto, el destino es más que atractivo, también tiene su cosilla el tratarse de mi maratón número 11... ahora solo falta llevar a la práctica lo mucho teorizado.
Atentos a ese dorsal número 4937.

sábado, 17 de enero de 2015

Otra vez olvidado

¿Os imagináis un cumpleaños, un santo, un aniversario.... del que nadie se acuerda y por tanto nadie nos felicita?. Nos quedaríamos francamente decepcionados. Pues eso es precisamente lo que ocurre hoy porque en este sábado se celebra algo de lo que nadie se ha acordado.
Hoy es 17 de enero de 2015, y hace nueve años (el 17 de enero de 2006) que el entonces presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, llegaba a Jaén para presentar el denominado Plan Activa Jaén Siglo XXI.
En teoría Jaén iba a recibir una ingente cantidad de dinero para recuperar el gran atraso que tenía en relación a otras regiones del país. Algunos defendimos que aquello era un timo, el Timo Jaén Siglo XXI, y creo que el paso del tiempo nos ha dado la razón. El Activa Jaén no solo ha desaparecido del mapa, sino que nadie -y eso que a los políticos les gusta un rato colgarse medallas- vuelve sobre él, y ni siquiera lo recuerda. 
Da la sensación de que nadie quiere ser relacionado con algo que está mal visto. Cuanto más lejos mejor. 
Por algo será.

viernes, 16 de enero de 2015

Buena memoria

Cuando llega el 16 de enero cada año siento el estómago como si tuviera dentro mariposas. Es el efecto de la San Antón. Quizá la mejor carrera de España, que nos pone muy nerviosos a todos a quienes nos gusta eso del running.
Pero en mi caso la celebración es mayor porque también festejo otra onomástica. Se cumplen años de aquella ocasión (año 2003) en la que el candidato del PSOE de Jaén a la alcaldía de la capital me echaba de una rueda de prensa que había convocado.
Mi entonces -y todavía hoy compañero- camarógrafo Cristóbal Macías y yo nos vimos envueltos en un incidente tremendamente desagradable. Marcos Gutiérrez no quería en su rueda de prensa las cámaras y los micrófonos de Ondajaén, y  a pocos minutos del inicio de su comparecencia nos invitó a marcharnos a través de su entonces jefa de prensa.
Llamativo, ¿verdad?, que un aspirante a ser alcalde de una ciudad cercene el derecho fundamental de la libertad de expresión al medio del que aspira a ser jefe, y de los ciudadanos a los que pide el voto para gestionar sus designios locales diarios.
Cada año, en este día, es obligado un Catite sobre el asunto porque no quiero que ocurra aquello de que Quien olvida su pasado está condenado a repetirlo.
No fue, seguro, la mejor acción de Marcos Gutiérrez, del que espero actuara mejor en sus años posteriores como integrante del Consejo Asesor del presidente de la Junta de Andalucía, cargo al que llegó tras perder aquellas elecciones municipales. ¡Qué cosas tiene la vida!

domingo, 11 de enero de 2015

¡¡Vaya con Pitágoras!!


Seguramente haya poca gente a la que no le diga nada el nombre de Pitágoras. Al menos nos debería  de sonar su célebre teorema matemático -otra cosa es que lo recordemos- (el cuadrado de la hipotenusa de un triángulo rectángulo es siempre igual a la suma de los cuadrados de los catetos), y como consecuencia asociamos que era un genio de las matemáticas.
Sin embargo, estos días he descubierto algo más sobre él. ¿Sabéis que creó una religión? La religión pitagórica. Se basaba en que "el alma era indestructible, pero que las personas debían seguir ciertas normas para alcanzar la mejor reencarnación una vez acaecida la muerte física".
Lo más llamativo es que, entre las reglas adoptadas por sus seguidores, se encontraba no llevar calzado en el templo, no tener contacto con los gallos blancos, calzarse siempre primero el pie derecho, y abstenerse de comer habas.
¿Qué poco casan estas últimas supersticiones con tanta lógica matemática, verdad?. 
He dejado lo mejor para el final. Pitágoras también creía que el estudio de las matemáticas era una obligación religiosa. Eso ya me gusta más. Yo habría ido un poco más, y seguro que a muchos le hubiera venido bien, como obligación religiosa, estudiar lengua, idiomas... y sobre todo el respeto a los demás.

viernes, 9 de enero de 2015

Yo también hubiera cambiado a Brian

Creo que en el mundo del fútbol solo hay un colectivo que tenga más valor que los árbitros: los entrenadores.
El deporte nacional en nuestro país no es ni el fútbol, ni el baloncesto, ni el atletismo... ¡¡qué va!!!. Aquí todo el mundo es... ¡¡entrenador!!. Todos entendemos de eso, de ahí que cuando nuestro colega el entrenador del equipo del que somos aficionados (da igual el deporte) hace un mal cambio, se equivoca en la alineación inicial, falla en la disposición táctica, tuerce la forma de afrontar el partido... nos parece mentira que cometa tropiezos de tanto calibre porque los ve hasta el más inútil.
El domingo pasado ocurrió algo parecido en el estadio de La Victoria. El entrenador del Real Jaén, José Jesús Aybar, se equivocó claramente al quitar del terreno de juego al extremo Brian. Otra vez -van unas pocas- fue el único que no se dio cuenta de su error, y eso que la grada casi al unísono intentó hacerle ver su equivocación, pero éste miró para otro lado, y siguió adelante con su decisión.
Después llegó una queja generalizada que se trasformó en intensa música de viento hacia el míster cuando el colegiado dio el pitido final del partido.
Además de Aybar, había otros 3.000 entrenadores aproximadamente en el estadio, y la decisión la tomó el que menos sabía. 
Bueno, se ve que yo tampoco entiendo mucho porque, de haber sido Aybar, igualmente hubiera cambiado a Brian. Es cierto que el jugador fue quizá el mejor de los locales en la primera parte, pero en la segunda estuvo mucho más discreto. Vamos, Brian y prácticamente todos los demás. De ahí que yo también hubiera quitado a Brian o cualquiera del resto de sus compañeros que estaban en ese momento en el terreno de juego. Seguramente a J.J. se le pueda criticar por muchas cosas, pero entiendo sinceramente que lo del domingo fue otra historia.
El fútbol es así. Una pena.

miércoles, 7 de enero de 2015

Otra vez esa religión

Más de una conversación he tenido sobre la religión y el mucho daño que ha hecho a la Humanidad a lo largo de la Historia. Y digo esto desde mi activa militancia católica, que nunca he ocultado sino todo lo contrario, y en la que en un día como hoy ratifico.
Ante acontecimientos como los ocurridos esta mañana en Francia me acuerdo de una de mis más agresivas contendientes en esos debates de mesa camilla a la que no consigo meter por verea, y vaya si lo intento y le pongo ganas. Pero no hay forma de hacerle ver que eso de meter casi por los ojos a quienes tienes a tu alrededor lo bueno que es la religión suele tener el efecto contrario: el rechazo.
Desde hoy tengo un nuevo argumento para desechar eso que lleva hasta un extremo difícil de entender lo que llegó a nuestra sociedad para hacer el bien, o al menos intentarlo. ¿Cómo se puede tergiversar algo de esta forma como para hacer todo lo contrario del fin para el que se creó? Y lo peor es que el asunto va a más.
Ojalá la siempre sabia Providencia vierta la luz necesaria para solventar el -quizá- mayor problema que ha existido a lo largo de la Historia porque creo que ningún elemento como esa otra religión dejó tras de sí un rastro de sangre tan extenso. Apelo a la Providencia porque no sé a quién se puede recurrir para meter por cintura a una especie tan dañina como la humana.