domingo, 28 de julio de 2019

Un "El Rey León" espectacular

La historia de este nuevo "El Rey León" es prácticamente igual a la peli de dibujos con la que vibramos y nos emocionamos hace unos años. La gran diferencia está en que la versión actual está realizando usando la tecnología y los personajes parecen animales de verdad. Es increíble el grado de realismo que ofrece.
A mí, como la anterior, me ha gustado. Y se ve que a bastante gente porque el día que yo fui al cine se habían agotado las entradas a todas las sesiones disponibles en Jaén.

miércoles, 24 de julio de 2019

"Casi Imposible" es "Pretty woman" pero al revés

Me encanta Charlize Theron. Por eso no dudé en ir a ver Casi Imposible, en el cine de verano de Jaén, cuando me plantearon la posibilidad.
Ella, como siempre, está espectacular. Es la Secretaria de Estado del gobierno de Estados Unidos, y próxima candidata a la Presidencia. La historia enfrenta las exigencias de todo tipo de esa clase de vida (con sus ventajas y sus inconvenientes) con (las también ventajas e inconvenientes de) una vida normal. Esta vida alternativa la representa Seth Rogen, un amigo de la infancia de Theron, que el destino vuelve a unir.
Viene a ser una comedia romántica al estilo Pretty Woman, pero donde la poderosa es ella, y él asume el papel de don nadieLos responsables de la película no sólo no ocultan ese paralelismo sino que incluso lo fomentan porque uno de los momentos más interesantes lo vivimos con la sintonía de Pretty Woman como música principal.
Es entretenida, divertida, e incluso en algún momento hace el amago de realizar un alegato a favor de grandes ideales como, por ejemplo, el medio ambiente; pero lo cierto es que todo gira en torno al enfrentamiento de la vida complicada de ella, y la mucho más simple (o no) de él. 
¿Cuál se impondrá? Id a verla, pero ya os adelanto que ante el amor no hay barrera que se resista. 

martes, 16 de julio de 2019

Baricentro

El pasado domingo, leyendo el Evangelio del día, me topé con el siguiente texto: "(...) Esta parábola, en su relato sencillo y estimulante, indica un estilo de vida, cuyo baricentro no somos nosotros mismos, sino los demás (...)".
Entiendo que con baricentro se hace alusión al punto principal, central, más importante de algún argumento, en este caso, el de una parábola. Creo que el sentido del texto lo he cogido, pero lo que no entiendo es por qué utilizar la palabra baricentro, generando las dudas que puede generar al lector sobre su significado, en lugar de utilizar esos otros términos que os he indicado anteriormente, y cuyo sentido es el mismo -creo- que el de nuestra palabra protagonista. ¿Es que tiene algún matiz en su significado que justifica su uso? 
Para salir de dudas, como siempre, acudimos al RAE.

BARICENTRO: 1. m. Fís. Centro de gravedad.
2. m. Geom. Punto de intersección de las medianas de un triángulo.

Definitivamente baricentro significa lo que hemos intuido, y creo que el autor del texto se equivoca usándola donde lo ha hecho.

lunes, 15 de julio de 2019

Objetivo Bruselas (I): empezamos

Ya tengo fecha para lo que será mi maratón número 17. Al menos lo tengo todo previsto para que así sea, salvo que algún elemento inesperado me haga cambiar de planes. El próximo 6 de octubre estaré corriendo los 42,195 kilómetros por las calles de Bruselas.
Hace ya unos meses que realicé la inscripción, contraté vuelo y reservé hotel. Pero la aventura empieza hoy. En este lunes, 15 de julio, inicio mi plan de entrenamiento de 12 semanas cuya última etapa será el 6 de octubre de 2019 a las nueve de la mañana que es cuando está previsto el pistoletazo de salida.
Estas doce semanas representan habitualmente lo peor de cualquier maratón porque supondrá madrugones, trasnochar, compaginar los entrenamientos con la vida familiar, laboral, con las otras aficiones... Y sobre todo recorrer muchos kilómetros adecuando progresivamente el ritmo a la marca objetivo, y eso se resumen en tres palabras: sufrir, sufrir y sufrir. 
¿Que qué tiempo quiero hacer? Mi prioridad será bajar de las 3h30'00'', y a ser posible mejorar mi mejor tiempo que es de 3h25'10'' (Sevilla, año 2012).
Estos son los sentimientos y las esperanzas del primer día. A ver cómo estoy el último.

sábado, 13 de julio de 2019

"El Tesoro del Cisne Negro" es oro puro

Lo inicié ayer tarde para confirmar mi primera impresión, que la pinta era buena, y ya no pude parar; en dos horas aproximadamente lo había acabado. ¿Leerte un libro en un suspiro, casi sin enterarte, y sin poder dejarlo es señal de que te ha gustado? Pues eso.
El Tesoro del Cisne Negro (Roca, Paco y Corral, Guillermo. Astiberri Ediciones. Bilbao. 2018) ha sido para mí un placer multisentido... oro puro.
Hacía años, pero bastantes, que no leía un cómic, y el reencuentro me ha supuesto algo extraordinario. Fue con el cómic con el que me inicié en esto de la lectura, y regresar al formato ha revivido en mí recuerdos y momentos difíciles de igualar. No sé si el refranero, que siempre es sabio, tiene razón cuando dice aquello de que "Todo tiempo pasado fue mejor", pero lo cierto es que este libro me ha dado un plus de no sé qué... difícil, ya no de superar, sino siquiera de igualar. Creo que a partir de ahora los cultivaré de manera más asidua.
Al margen del elemento sentimental, El Tesoro del Cisne Negro es ¡un pedazo de libro!. Sus autores conforman lo que podíamos denominar una pareja mágica. Paco Roca es dibujante y autor de cómic, mientras que Guillermo Corral es diplomático y escritor. Corral se ha encargado del guión, mientras que Roca lo ha dibujado.
La obra recrea el largo desencuentro entre la compañía cazatesoros norteamericana Odyssey, que extrajo del fondo del mar el tesoro que transportaba el navío español Nuestra Señora de Las Mercedes, hundido en el Estrecho de Gibraltar en el año 1804, y que España recuperó en enero del año 2012 tras un largo y complicado proceso judicial de cinco años.
Guillermo Corral vivió en primera persona aquella historia, y ahora nos la presenta de manera magistral junto con Roca. Ya digo que la historia es buena, y aunque supongo que se habrá permitido alguna licencia y no todo lo que cuenta sucedió, yo he quedado hipnotizado desde el principio hasta el final, ¡¡porque vaya final!! Y es que no sólo nos cuenta los entresijos de cómo sucedió todo, dándole algún palito (o palaco) a la manera de hacer las cosas que tiene la política, o la burocracia, sino que nos complementa la trama principal con una historia de amor, otra de espionaje, hay momentos detectivescos... en fin, una auténtica aventura.
Si una historia buena la completas con el arte de la imagen (o al revés), obtenemos este genial El Tesoro del Cisne Negro. Y es que he quedado maravillado con los dibujos (permítaseme el término) de Paco Roca. El libro no sólo hay que leerlo con los bocadillos sino también escrutando cada viñeta porque todas y cada una de ellas aportan su granito de arena a la historia global. Me ha parecido genial ese cambio de tono de color que tienen páginas enteras cuando cambias del relato del libro a acontecimientos pasados, a un pasaje en el fondo del mar, o cuando los personajes se encuentran en la sala de control de un aeropuerto; o cuando el ajetreo de un trabajo intenso llevado a cabo durante horas se ve reflejado en una secuencia de viñetas ágiles, sin texto, que dan la sensación de fotograbas pasados a cámara rápida... Me ha encantado el uso del dibujo a modo de infografía del mejor periódico del mundo, o ese cambio drástico en el estilo cuando alguno de los personajes bucea en sus recuerdos.
Al final acabo con la sensación de haber visto una película, pero habiendo leído un libro.
No os lo podéis perder.

viernes, 12 de julio de 2019

Javi López "El Católico"

"Nunca me gustaron los libros que son recopilaciones de artículos de opinión que han sido publicados en los medios de comunicación durante un tiempo, y que en un momento dado el autor decide publicarlos en formato de libro". De esta forma inicié hace dos años y medio el catite dedicado a El pudor del macho alfa (López, Javier. Enfoques Educativos. Jaén. 2015), y de la misma manera comienzo mi parecer sobre Soy Católico ¿Pasa algo? Manual de Autodefensa Para Creyentes Vilipendiados (López, Javier. Enfoques Educativos. Jaén. 2013).
Y sigo recordando.
"Javi López, además de colega, es un magnífico escritor y periodista; así lo demuestra cada vez que se deja ver en los medios, y en ésta -su cuarta obra- (ya, quinta) vuelve a hacerlo. Pero entiendo que el artículo de opinión -no el suyo sino el de cualquiera- pierde gran parte de su fuerza cuando está fuera del contexto en el que se publicó. Eso es lo que ocurre aquí pues la ironía, los giros, la metáfora, la comparación que caracterizan los escritos de López perduran siempre, pero quedan despojados de su chispa cuando no recordamos exactamente el hecho que dio lugar a ellos".
En este libro Javi López no sólo saca pecho de su confesión religiosa sino que arremete contra los muchos ataques que, entiende, sufre su religión desde numerosos frentes y casi a todas horas. Para ello recopila los artículos que ha ido escribiendo a lo largo del tiempo en los que se ha defendido él y a los suyos de los tiros provenientes de lo que llama "perros flacos de la fe", "los grupos laicistas de presión", "la progresía", "el laicismo"... 
Yo, que me defino a la vieja usanza (católico, apostólico, romano...), reconozco que el libro se me hace pesado por momentos porque no veo tanta conspiración judeo-masónica, y si la hubiera, me cansa tanta densidad temática. Si es que estos artículos son para leerlos poquito a poco, y no dándose un atracón (que es lo que yo he hecho) porque aunque sea del mejor manjar, acaba por dolernos la barriga. 
La segunda parte me la tomaré despacito: Soy Católico ¿algún problema? (López, Javier. Enfoques Educativos. Jaén. 2014).
Acabo con un último recuerdo de aquel catite del que os hablé al principio:
"Nunca he ocultado mi debilidad por la forma de escribir de Javi: es un artista de la pluma. Siempre tan complejo y tan sencillo a la vez; dando lija -y de la buena- pero con la sensación de que te está contando un chiste. Defensor de sus principios contra viento y marea, pese a que le puesta costar casi todo".
P.D.: tengo ganas de leerte otra novela.

jueves, 11 de julio de 2019

Toy Story 4: otra más

Toy Story 4 es la cuarta entrega de esta saga con la que han crecido muchos niños y niñas, y que se ha convertido en un fenómeno fans que sigue teniendo gran tirón.
He ido a verla por descarte (no había otra), y acabé confirmando que era buena elección haberse quedado en casa haciendo otra cosa.
La película viene a ser una historia más de los juguetes, con la llegada de un nuevo miembro a la manada, y donde los guionistas tratan de inculcar valores importantes como la lealtad, el amor, la amistad, el trabajo en equipo, el desprendimiento.... Lo que ocurre es que -pasa en las anteriores- de nada de eso se enteran los niños sino los padres. Nuevamente hay dos públicos para la película: los peques que se quedan con los chistecillos, la aventura, las risas y los colores..... y los sufridos mayores que van de acompañantes y acaban siendo bombardeados por una intencionalidad que no va con ellos.
No es recomendable salvo que seas un ferviente seguidor. ¿Ya me contaréis si aguantáis hasta el final? Me refiero al final, final? Yo sí lo hice.

miércoles, 10 de julio de 2019

Objetivo Jaén (y III): la crónica


Acabada con éxito mi participación en el II Maratón en pista "Ciudad de Jaén". Hablo lógicamente de éxito particular porque las 3 horas 49 minutos y 35 segundos que empleé en recorrer los 42,195 kilómetros (para más señas, 105 vueltas y media a la pista de atletismo de "La Salobreja") no van a ningún sitio... bueno, a ningún sitio que no sea mi propio ranking, y como para mí eso es lo que cuenta, me permito la licencia de utilizar el término éxito.
Desde que en cierta ocasión sufrí en mis carnes aquel dicho maratoniano que aconseja no perderle el respeto al maratón porque, si lo haces, te golpeará con fuerza, tenía miedo a volver a caer. Lo digo porque mi preparación para participar en esta carrera que tuvo lugar el pasado domingo, 7 de julio, no era la que hubiera deseado, pero eso no quiere decir que le hubiera perdido el respeto. Es más, venía de la mayor preparación que he realizado en mi vida para afrontar, el pasado mayo, los 101 kilómetros de Ronda; lo que ocurre es que acabé tan tocado, que el mes y medio que tenía de margen para el Maratón de Jaén no fue como lo había planificado. No obstante, decidido a iniciar la prueba con el único objetivo de acabarla (asumiendo el riesgo de que iba a ser la peor marca de mi vida en la distancia), allí estaba yo, en La Salobreja, a las seis y media de la mañana: media hora antes del momento fijado para la salida.
Me acosté temprano la noche anterior para estar desayunando a las cinco de la mañana. Aunque costó dormirse y también despertarse, casi más difícil fue desayunar a esas horas y sin ganas. Pero había que hacerlo.
En la pista el ambiente era el de las grandes ocasiones porque... ¡¡Se iba a celebrar un maratón!! La organización fue brillante, y la salida se dio a las siete de la mañana, tal y como estaba previsto. Había que evitar el error de la edición anterior en la que, por unas causas u otras, comenzamos con unos 40 minutos de retraso, y el sol abrasador de agosto nos machacó después. No se quería que volviera a ocurrir, y no ocurrió.
Yo empecé tranquilo, controlando mucho, y procurando que el ritmo de mi Garmin 310 no marcase menos de entre 5'00'' y 5'10'' por kilómetro; lógicamente, tampoco más. El GPS no va bien en la pista -al parecer se vuelve loco con tantas vueltas-, pero tengo controlado que lo que marca es unos 10 segundos más rápido de la velocidad real a la que voy. Por tanto, ese ritmo de reloj significaba ir a una velocidad real de entre 5'10'' y 5'20'' por kilómetro. Esa era la idea.



En las primeras vueltas hay un poco de desconcierto porque no sabes dónde te vas a situar, y si vas a correr junto a algún grupo. La propia carrera me unió a Juanlo, un madrileño de origen marteño que venía de correr en Tokio el último de los Seis Majors (¡¡Qué envidia!!). Hablamos de eso y de un millón de cosas más porque el ritmo era bueno para los dos, y casi sin darnos cuenta hicimos la media maratón.
Yo gestionaba bien mis geles, las sales minerales, las pastillas de sal, y sobre todo la hidratación: había que beber mucha agua. En ocasiones me apetecía apretar más porque iban a buen ritmo y hablando todo el rato. Pero sé de buena tinta que el maratón empieza en el kilómetro 30, y todavía faltaban casi 10 kilómetros. De todas formas, todo fue lo mismo de bien no ya hasta el 30 sino hasta casi el 37. Incluso unos kilómetros antes Juanlo no había aguantado el ritmo y se descolgó algo. 
Con esas buenas sensaciones y el buen tiempo que llevaba sabía que ya no pincharía porque la meta estaba a la vuelta de unas vueltas: iba a concluir mi maratón número 16 por debajo de las cuatro horas, como todos los anteriores.
Fueron esos últimos cinco kilómetros los que sí me pesaron en las piernas. La falta de tiradas largas recientes empezaba a pasar factura, y fui bajando el ritmo en algún kilómetro hasta incluso unos segundos más lento de los seis minutos. No había problema. El objetivo era acabar, y lo iba a hacer mejor de lo previsto. Juanlo me adelantó -creo- en un par de ocasiones pero dándome ánimos. ¡¡Qué gran tipo!! (Nos hemos emplazado para la Carrera del Melón en el año 2020. Este año no puede).



Como digo, al final feliz y contento porque sumo un maratón más con un tiempo decente.
No quisiera acabar sin dar la enhorabuena a dos compañeros de club, de la Asociación Deportiva Maratón Jaén. Me refiero a Leo y Juan Antonio. Eligieron Jaén para hacer su debut en maratón, con el plus de esfuerzo que requiere correr los más de 42 kilómetros en una pista de atletismo. Pero ellos son grandes y lo consiguieron. ¡¡Ese es el rumbo!!
Y por último, felicitar nuevamente a la organización en general y a Juan José Amate en particular porque ha sido un gustazo correr el maratón en la pista. Se han mejorado cosas de la edición anterior, me he sentido muy cómodo, arropado, cuidado... Me gustó tanto que el año que viene buscadme por allí que allí estaré.

lunes, 8 de julio de 2019

¿Es posible un mundo sin The Beatles?

¿Es posible un mundo sin The Beatles? Eso es lo que plantea la película Yesterday. ¿Cómo lo hace? Pues de una manera original.
El mundo sufre un apagón eléctrico durante unos segundos. En principio no ha pasado nada para nuestro protagonista, un músico que intenta sin suerte abrirse paso en lo que es su pasión. Pero pronto detecta algo raro: nadie parece conocer a The Beatles ni sus canciones; es como si nunca hubieran existido.
Una vez que confirma algo tan extraño ve en ello una  señal para que alcance su meta: puede abrirse paso en el mundo de la música cantando las canciones de los chicos de Liverpool que sólo él conoce en todo el planeta. Y ahí se lanza a la conquista del mundo, aunque no sin problemas.
La película viene a ser una nueva confirmación del sueño americano, es decir, si persigues tu sueño y trabajas duro para ello, seguro que lo consigues porque la vida te ofrecerá una oportunidad cuando menos te lo esperes. Cierto que en esta historia el golpe de suerte que recibe el protagonista es más bien un milagro, pero el mensaje está ahí. También encontramos amor, crítica a la industria musical, humor...
Igualmente creo que hay conexión con Rocketman y con Bohemian Rhapsody. En las tres películas vemos cómo alguien alcanza el éxito, la fama, dinero... y sin embargo ese camino no le lleva a la felicidad. ¿Dónde encontrarla? Quizá no haya que buscar muy lejos porque puede que siempre haya estado a nuestro lado, pero por una cosa o por otra no la hemos visto o ella no nos ha visto a nosotros.
Quien busque la historia de la vida de The Beatles, al modo de las dos películas de Queen y Elton John, que no vaya a ver Yesterday. Ciertamente se entrona la música de una de las mejores bandas de la historia de la música, pero no recrea la historia de sus miembros. 
Por acabar con el título de este catite, no soy yo quien pueda decidir si el mundo es posible sin The Beatles porque nunca los seguí de manera intensa. Entiendo que el planeta tierra no se detendría ni se destruiría, pero seguro que sería, por lo menos, de otra manera.
No obstante, y para salir de dudas, os animo a ir al cine y disfrutar de la película. Yo lo hice.

sábado, 6 de julio de 2019

Objetivo Jaén (II): alea iacta est

En apenas 17 horas estaremos tomando la salida en el II Maratón en pista "Ciudad de Jaén". Mañana me pierdo los Sanfermines porque a las siete de la mañana está previsto el pistoletazo inicial en la pista "Ángel Cortés" de La Salobreja. 
Por delante, 105 vueltas y media a la pista de 400 metros. Ahí es nada.
Ya el año pasado participé y paré el crono en poco más de 3h56', es decir, el peor tiempo de mi vida en un maratón. En esta ocasión creo que lo empeoraré porque no lo he preparado específicamente sino que opté por formar parte de esta iniciativa desde la creencia de que si los de aquí no apoyamos lo que aquí se hace, después no nos podemos quejar.
Por eso, me planteo la carrera -que es mi maratón número 16- sin objetivo de tiempo y con la única meta de acabarlo. Esto no quiere decir que no haya entrenado; sí lo he hecho, y mucho, especialmente porque en el pasado mes de mayo corrí los 101 kilómetros de Ronda, y hasta llegar ahí realicé el que quizá haya sido mejor entrenamiento de mi vida. Precisamente en eso confío, en tener la base suficiente como para acabar bien mañana. Cierto es que tras Ronda estuve dos semanas sin hacer nada, y desde entonces las salidas que he realizado han sido sin demasiada calidad en términos generales; pero con un poquito de cabeza (que me haga mantener hasta la media maratón el ritmo adecuado), más cabeza todavía (que me lleve "bien" hasta el kilómetro 30), y algo de sufrimiento en los diez últimos kilómetros, puedo coronar lo que sería mi maratón número 16. Y es que sin sufrimiento nunca hay éxito, o al menos no lo aprecias como tal.
El pasado jueves realicé las últimas series, y fueron bien. Por otra parte, tanto ayer viernes como hoy sábado han sido jornadas de descanso; esta tarde será de más descanso aún, y por la noche a la cama hay que ir tempranito porque a las cinco de la mañana del domingo hay que estar desayunando. A ver si el dorsal 48 trae suerte.
Lo dicho: alea iacta est.

martes, 2 de julio de 2019

Nacidos para correr: ¡Me estoy asustando!

La primera vez (no recuerdo dónde ni cómo) que tuve conocimiento de la existencia de Nacidos para correr (McDougall, Christopher. Editorial Debate. Barcelona. 2016. Duodécima edición) anoté su título en mi larga lista de "Libros por leer". Eso no significa que la adquisición-lectura de los componentes del listado sea inmediata, sino que será... algún día. Pero unos meses después recibí el libro a modo de regalo de Reyes. Quien me lo regaló lo hizo transmitiéndome la duda de "No sé si te va a gustar...", pero yo me quedé boquiabierto y rápidamente disipé su temor enseñándole mi lista.
¿Era un señal del Universo para que lo leyera? Para no interponerme en la posible decisión de un Ser Superior, decidí hacerlo en cuanto acabara el libro que entonces tenía entre manos; pero cuando lo busqué, no lo encontré. Se lo había dejado a varias personas, y se había perdido en el camino. Durante meses me volvió loco su búsqueda, y cuando ya había perdido la esperanza y buceaba en internet para adquirirlo nuevamente, alguien tuvo un momento de lucidez, recordó dónde lo había dejado, y lo puso en mis manos.
"Ha costado pero aquí está. Esta vez no se me escapa", pensé.
La lectura de Nacidos para correr ha sido toda una aventura. No sé si es por mi amor al atletismo y a las carreras, y eso ha hecho que estuviera predispuesto a que me gustara, pero una vez concluido debo confesar que se trata de algo más que un libro. He disfrutado de lo lindo con sus páginas; he sabido de la existencia de auténticos monstruos del ultramaratón (unos locos pioneros en su día que son ya legión); transmite lo difícil que es esta disciplina y lo mucho que hay que sufrir para disfrutarla (aunque parezca una contradicción); define claramente la diferencia entre correr por ganar y correr por placer...
McDougall es un experimentado y exitoso periodista, y también atleta amateur, que inicia el libro contando su búsqueda de los tarauramaras, una tribu del México más perdido que pueda imaginarse, que representan quizá los mejores corredores ultra del planeta. A partir de ahí no sólo nos cuenta la realidad de esta tribu, sino también las contradicciones que representó la presencia de algunos de sus miembros en varias carreras comerciales de Estados Unidos. 
El autor, desde ahí, nos lleva a hacer una especie de reflexión sobre las carreras de larga distancia, y ello utilizando siempre casos reales de pruebas, atletas consumados, promotores interesados sólo en lo económico, entrenadores, científicos que bucean en el pasado del correr con el objetivo de mejorar el presente y el futuro de los corredores...
Y nos acaba describiendo la que probablemente haya sido la mejor carrera ultra de la historia: participaron los mejores del mundo, y se hizo al margen de los focos de la notoriedad.
Nacidos para correr es un libro sobre atletismo en general, y sobre las ultracarreras en particular. Aunque también se trata de una obra en la que se analiza el correr como algo más que una simple actividad para cubrir nuestro tiempo de ocio. Científicos abordan estudios sobre casi todos los aspectos que puedan influir en correr de manera más eficiente, y sus conclusiones son geniales (al menos a mí me lo parecen).
Nacidos para correr es un libro imprescindible para cualquier amante del atletismo. Pero, cuidado, que yo tras leerlo empiezo a asustarme. Sus páginas me incitan a correr carreras de larga distancia, y eso que mi reciente malísima experiencia en los 101 kilómetros de Ronda me han hecho rechazarlas con contundencia. Pero ahora mi mente empieza a plantear la posibilidad de que igual no ha sido una experiencia tan negativa sino todo lo contrario; e incluso alguna neurona me anima a repetir en estas distancias. Menos mal que son más las que tienen claro aquello de que No es No.
Por cierto, el libro me enganchó desde el principio, y durante el tiempo que ha durado su lectura me daba pena que se fuera acabando. Ha hecho que vuelva a sentir el gusto por el leer. Es decir, que a un libro hay que darle la oportunidad que siempre se merece, pero cuando no supera esa prueba, hay que cerrarlo, dejarlo en la estantería, y pasar a otro libro. Quizá podamos recuperarlo en otro momento, más adelante, pero seguir de manera forzada no contribuye más que a odiarlo a él y a la actividad lectora.

lunes, 1 de julio de 2019

El Sherlock Holmes de los libros

En un pequeño pueblo de la bretaña francesa existe "La biblioteca de los libros rechazados". Se trata de una habitación dentro de la biblioteca de la localidad en la que el fundador del lugar decidió recoger todos aquellos manuscritos que sus autores habían enviado a alguna editorial pero fueron rechazados; por tanto, no se habían publicado nunca.
Un lugareño le cuenta la historia a su hija, y ésta (joven trabajadora de una editorial) decide echar un vistazo a esos manuales. Encuentra uno que considera genial. Es obra de Henri Pick, un cocinero de pizzas de la localidad que murió hace unos años.
La joven, tras pedir permiso a las sorprendidas esposa e hija del autor (éste, según dicen, nunca había escrito nada), publica el libro y es todo un éxito.
Un crítico literario tiene sospechas de que el verdadero autor sea Henri Pick, y decide comprobarlo, o mejor dicho, confirmar su teoría: que no lo es. En un primer momento actúa solo, pero al final se le une la hija de Pick.
La historia me parece original, tanto el inicio como su desarrollo, y mantiene siempre enganchado al público gracias a la intriga y también a diferentes perlas humorísticas que van apareciendo. 
Se trata de una especie de Sherlock Holmes de los libros que poco a poco va atando cabos hasta que descubre (o no) lo ocurrido. Un final, por cierto, algo decepcionante ya que lo esperaba más épico. No obstante, se trata de una película interesante de ver, muy diferente de lo que ofrece actualmente la cartelera.
A cualquier persona que le guste leer esta película le será de gran atracción porque gira en torno a los libros, pero también a la industria editorial que en ocasiones deja mucho que desear con su forma de actuar. Vemos la grandeza del escribir, aunque también sus miserias. Si a esto le unimos elementos como el amor, la lealtad, los sentimientos novedosos que despierta un ser querido desaparecido (y las contradicciones que generan), la amistad, y la lucha interior de elegir entre la verdad y el misterio... tenemos La biblioteca de los libros rechazados.
Id a verla.