viernes, 30 de abril de 2010

Señor Rodríguez: día 2

Ya ha acabado el jueves, segundo día de estas vacaciones especiales, y la cosa ha sido un poquito más complicada. Sí, porque Guillermo tiene examen mañana viernes, y hemos pasado prácticamente toda la tarde estudiando y repasando. Tenía varias cosas previstas para hacer con él y con Lucía, pero no ha podido ser.
Al margen de esto, todo bien. Aunque hay un cosilla que me ha fastidiado bastante. Me he tirado buena parte de la mañana preparando la comida (huevos rellenos), y cuando estamos comiendo lo único que se les ocurre decir a los niños es que los huevos blancos (los de mahonesa) están más malos que los que hace mamá. ¡Será posible!
Lo peor de todo es que me he dado cuenta que no se valora suficientemente el trabajo realizado -preparar la comida-, y en el que se ha invertido bastante tiempo. No lo digo por hoy, sino por el resto del año cuando la comida la prepara Alicia. Nos limitamos a cuestionar si ha estado acertada, o no, a la hora de guisar; acabamos en veinte minutos con lo que hay encima de la mesa; y punto pelota. Ni un simple Ha estado muy bueno, o un agradecido ¡Qué rico!. Nada de nada. Hoy lo he sentido yo, e imagino que también lo sentirá ella cuando todos estamos en el papel que han jugado hoy los niños. Habrá que cambiar esto.
Uno de los momentos más espectaculares del día ha sido, precisamente, el de preparar la comida. Me ha recordado a mis tiempos de estudiante universitario. De hecho, la situación ha sido prácticamente la misma. Colocado mi delantal de El Padrino, enchufada la radio escuchando a Manoli y Pedro en Onda Jaén, y ¡a cocinar! una de mis especialidades: huevos rellenos. ¡Qué tiempos aquellos!. Y me ha pasado como entonces, es decir, que mientras cocino voy probando lo cocinado... Si me descuido, me lo como todo.
A ver cómo se da el viernes.

jueves, 29 de abril de 2010

Señor Rodríguez: día 1

Éstos son para mí unos días especiales. Mi esposa está fuera y yo me encargo de la casa; de la casa y de los niños. He pedido libre en el trabajo desde hoy miércoles hasta pasado mañana, aunque mi papel de Señor Rodríguez no acabará hasta el sábado.
Siempre he dicho -quien me conoce lo sabe- que no me importaría ejercer de amo de casa si mi esposa encuentra un trabajo que nos resulte más rentable que el mío. Ahora, estos días, tengo la posibilidad de demostrar que soy capaz de ello, aunque tampoco creo que se puedan sacar demasiadas conclusiones porque son únicamente cuatro días y todo está controlado: la comida pensada, la ropa de los niños elegida (la de Lucía era la que más me preocupaba), el lavar- fregar- planchar... tampoco es problema porque no pienso ni tocarlos...
Llevo unos días pensando en todo esto, y la verdad es que la primera jornada la he solventando con holgura (eso creo). Lo que más me preocupaba de todo, quizá os provoque risas pero es así, lo que más intranquilo me tenía era peinar a Lucía. A Guillermo lo tengo controlado, pero a la niña... ni idea. He optado por las felpas, y la verdad es que no quedan mal. Las coletitas, cola de caballo, pincitas de colores, etcétera me resulta todavía imposible, de ahí que lo deje para otra ocasión.
Para el almuerzo he tirado de plancha -soy el experto en las romerías- para hacer filetes de pavo, y he quedado mejor que Arguiñano. La cena no ha sido problema pues hemos ido al burguer.
Lo dicho, primer día de Rodríguez que no ha estado mal. Además, he estrenado el delantal de El Padrino que compré en Florencia en noviembre y que no había tocado desde que lo colgué en la alcayata de la cocina. Por tanto, y por ahora, todo están siendo ventajas.

domingo, 25 de abril de 2010

Luces y sombras del Cabezo

Una ducha de agua calentita, estando mucho rato bajo el chorro del agua, para después sentarse en el sillón sin nada que hacer y con los pies descalzos en alto. Estas son dos de las cosas que más se echan de menos en la romería de la Virgen de la Cabeza, y ha sido de lo primero que he hecho en cuanto hemos bajado del Cerro.
Cierto que siempre da pereza subir al Cabezo, pero cuando estás allí te alegras porque se trata de algo diferente, una historia que sólo se vive una vez al año, y desde hace unos años es todo mucho más llevadero pues la cofradía ya cuenta con casa en el Santuario, y las fatigas de la tienda de campaña han quedado casi olvidadas. Lo mejor no es que te proteges por mucho que llueva, o que duermes bajo techado, o que incluso te puedes dar una ducha rápida... lo más interesante, desde mi punto de vista, es la posibilidad de ir al cuarto de baño con toda la tranquilidad del mundo.
No sé si estaré en lo cierto, pero este año me ha dado la sensación que ha habido menos gente que en romerías anteriores, de ahí que no sepa muy bien de dónde salen esos datos oficiales de unos 700.000 romeros; yo más bien apostaría por 100.000, aunque estaré atento estos días para ver de dónde salen esas abultadas cifras.
Tampoco sé a ciencia cierta si la Cruz Roja o el 061 han trabajado más, menos o igual que otros años, pero casi a todas horas había un equipo atendiendo a alguien; incluso en mi entorno cercano tuvimos que hacer uso de sus servicios, y la verdad es que con el solo hecho de poder disponer de ellos hace que te sientas tremendamente seguro y tranquilo; sensación que se incrementa cuando por la llegada de algún problema inesperado, como nos ha ocurrido este año, debes acudir a ellos. Chapó por esta gente. Por cierto, se decía por el Cerro que esta romería han estado especialmente atareados por los comas etílicos y por una nueva sustancia que ha arrasado entre los jóvenes.
Me ha vuelto a llamar la atención, como todos los años, la muchísima emoción que genera la imagen de la Virgen. No hace falta casi nada para que las lágrimas aparezcan en los ojos de los romeros cuando están en su presencia. Algo que no entiendo demasiado bien, pero ante lo que empiezo a pensar que no hay que buscar demasiadas explicaciones. Es así, y punto.
Lo que tampoco tiene demasiada explicación es lo de los costaleros. Imagino que todos tienen mucha fe, pero las escenas que se viven -desde fuera, siempre desde fuera- me parecen espectaculares por el altísimo nivel de desorganización que se vive durante la procesión. Lo que pasa es que no sé muy bien si eso se podría organizar.
En definitiva, un año más estuvimos en el Cabezo... y confío en que no sea el último.
Por cierto, dicen los entendidos que los iberos hacían allí una peregrinación al año porque el lugar tiene algo especial. Y eso era mucho antes de esto de la Virgen de la Cabeza.

jueves, 22 de abril de 2010

El pisito

Pepe Viyuela y Teté Delgado pondrán en escena, mañana en el Infanta Leonor, El Pisito. Pero a los jienenses no hace falta que vengan de fuera a hablarnos de estos asuntos pues nosotros somos casi catedráticos. Otra cosa es que lo digamos. Porque, por cierto, ¿qué importante responsable público/político venido a más en los últimos tiempos ha hecho que la institución que conduce se gaste un pastón en un pisito para su persona?

domingo, 18 de abril de 2010

Opto por el egoísmo frente al dolor de corazón

No sé qué es, pero estoy convencido de que en torno al Real Jaén está pasando últimamente algo extraño. Ya me ocurrió el domingo pasado, en mi vuelta al estado tras tres meses de ausencia aceitunera, y me ha vuelto a suceder hoy. Me refiero al hecho objetivo de que el equipo esté no sólo arriba sino a falta de tan sólo un punto para meterse matemáticamente en liguilla de ascenso, y sin embargo la comunión entre equipo y afición no es la que debería.
Yo me siento un poco en fuera de juego porque no acabo de entender el por qué de esta historia. Y lo detecto en el mucho, muchísimo en algunos casos, malestar que existe entre algunos aficionados -no caeré en el error de generalizar- con la actitud de algunos miembros del bloque deportivo del club. No cabe duda de que la afición -generalizando- está con el equipo -también generalizando-, de ahí las muchas ovaciones que se llevan los jugadores cuando son sustituidos, y la plantilla al completo al empezar y acabar los partidos.
Sin embargo, esa unión público-equipo tiene importantes matices cuando hablamos de determinadas personas que conforman la parte deportiva del club. Y, como digo, no acabo de entenderlo. Cierto que tanto el entrenador como algunos jugadores se podían haber ahorrado algunas cosas que han dicho últimamente porque sirven para poco -positivo-, pero de ahí a sentirse tan molesto como para pedir casi que rueden cabezas me parece que va un abismo.
Yo reconozco está perplejo ante tal situación. Quizá en estas cuestiones del fútbol y los sentimientos-amores a unos colores no se pueda ser demasiado materialista y sí más romántico, pero dados los muchos chascos que nos hemos llevado desde hace años, tengo claro que el objetivo principal y prioritario es ganar y sumar puntos. El buen juego ya llegará, y si no, no pasa nada mientras no nos falten los puntos. Por ello creo firmemente que si a Álvaro Cervera hubiera que hacerle algo en Jaén, eso debería ser un monumento como la copa de un pino. No entiendo que sean justas las actitudes que se están tomando tanto con él como con sus jugadores pues nadie daba un duro por ellos aquel nefasto día en el que Terrazas se marchó -CAGÁNDOLA-; el sentimiento generalizado era que un año más se escapaba no ya el ascenso sino la liguilla, y que ojalá no descendamos. Pues bien, unos meses después no sólo no se desciende sino que la liguilla está casi asegurada, el primer puesto tampoco está descartado, y el juego del equipo es bastante solvente.
¿De verdad que estamos tan dolidos como para decir lo que se está diciendo a pesar de los números de este equipo? Quizá sea porque yo soy, en este asunto, tremendamente egoísta, pero me la traen floja los dimes y diretes mientras los resultados sean estos.
Lo decía antes con Terrazas, y lo digo ahora con Cervera.

martes, 13 de abril de 2010

Sentimiento "uva morada"

Ayer experimenté directamente el sentimiento uva morada. Sí, sí, el de aquella a la que su prima, la uva verde, le dice "respira, respira, respira...".
Todo sucedió cuando tras más de tres meses sin practicar atletismo de manera regular estaba empezando a coger un poquito la forma, seguir con cierta periodicidad la rutina de rodar cuatro días a la semana e ir dos días al gimnasio... lo dicho, lo habitual para participar en las carreras que se van organizando en esos pueblos de Dios, y que concluiría con la asistencia a un maratón en el último trimestre del año (aún no me he decidido por ninguno. Tengo varios en cartera, y las zapatillas compradas).
Decía que cuando estaba acomodándome a esto del correr tras el largo descanso que ha significado una eterna campaña de recogida de aceituna, voy y me tuerzo el tobillo. Y no fue ni entrenando, ni haciendo series, ni en una carrera, ni jugando al fútbol... nada de eso. Ocurrió el sábado mientras paseaba por el campo. Lo peor no es lo del esguince, sino que al día siguiente tenía previsto participar en la media maratón de Castro del Río (Córdoba). Lo que más me dolió en el momento del traspies no fue el crujido que sentí sino el saber que todo volvería a ralentizarse, y, sobre todo, el no poder correr al día siguiente.
Como soy un tipo previsor, y dado que en los últimos días había sentido las piernas muy cargadas, ya había reservado cita, para el lunes, con LA FISIO para un masaje de descarga. Tras lo del esguince, mantuve la consulta y pensé que sería ella quien decidiría si me hacía el masaje o finalmente me trataría el tobillo. Yo, lo reconozco, tenía la esperanza de que optara por el masaje ya que el esguince parecía leve pues podía andar sin problemas, con alguna molestia, pero sin cojear ni nada, y un pequeñísimo dolor más que llevadero.
Pero rápidamente mi gozo quedó en un pozo. En cuanto se lo dije, y sin dudarlo ni por un momento, me dijo que "eso hay que tratarlo" ya que no era tan leve como yo pensaba sino, otra vez, un grado dos pues así lo indicaba el derrame que ya se había hecho presente por ambas partes del tobillo, y una inflamación que hacía que el propio tobillo se perdiera a la vista. Tengo que reconocer que en cuanto me lo dijo se me puso el cuerpo malo, y con razón porque después llegó lo que me imaginaba.
Más que un parto, o un potro de tortura china me sentía como Águila Roja cuando lo detuvo el comisario y le torturaba a latigazo limpio para sacarle una confesión. Seguramente alguien pensará que estoy exagerando, pero no es más que la pura realidad. ¡Qué jodido es esto de recuperar un esguince!. Aunque Pili no hacía más que darme conversación para que tuviera la mente ocupada y no me acordara del dolor, en ocasiones era tan insoportable que hasta se me olvidaba respirar.... como a la uva morada.
Al final el sufrimiento, como en tantos otros contextos, volvió a merecer la pena, la inflamación casi desapareció, del derrame no quedó más que un pequeño rastro... y en unos días volveré a estar corriendo.

viernes, 9 de abril de 2010

Halagos raros, aunque merecidos, para Onda Jaén

Resulta tremendamente interesante el sentimiento de amor/odio que parece generar la radio televisión municipal, Onda Jaén, en algunas personas. Digo esto porque los mismos que llevan años cuestionando su propia existencia, y de manera más intensa ahora que no sólo tocan poder sino que además son quienes la conducen, digo que esos mismos que despotrican de ella históricamente no han dudado en ponerse la medalla de lo que representa uno de los mayores éxitos que cada año consigue Onda Jaén: las retransmisiones de la Semana Santa.
¡Que fuerte que no nos sonrojemos poniendo una vela a Dios y otra al diablo, y además públicamente!.
Aunque no queda ahí la cosa. No contentos con apropiarse, como digo, la medalla del éxito, se opta además por airearlo -ese éxito- a los cuatro vientos con la puesta en marcha de su aparato propagandístico que, lógicamente, ha entrado sin contemplaciones a apoyar a sus jefes. Aunque se hace de manera muy cuidadosa, esto es, publicando artículos donde se pone por las nubes estas retransmisiones de la Semana Santa pero sin decir que se han realizado a través de Onda Jaén. ¿Que os parece raro? A mí también, pero así mismito ha sido.
Son halagos raros porque llegan de quienes siempre han machacado duramente a la radio televisión municipal, pero imagino que para no dar el cante demasiado, le dicen que lo ha hecho muy bien pero sin decir que ha sido ella. Es un poco rizar el rizo, aunque un elemento totalmente clarificador de lo que es hoy día la realidad de los políticos y de los medios de comunicación en la provincia de Jaén.
Con estas retransmisiones de Semana Santa Onda Jaén ha demostrado, una año más -porque ya son bastantes en los que se ha hecho lo mismo que este año, aunque no se diga- qué es el servicio público que, lógicamente, debe tener un coste que asuma lo público porque, de no ser así, nadie lo haría. ¿Que el coste es elevado? A día de hoy, sin lugar a dudas. Lo que pasa es que quienes en estos momentos tienen la responsabilidad de gobernar la radio y la televisión municipal no sólo no hacen nada para conseguir una gestión ordenada sino que su objetivo parece ser pisarle el cuello para que no levante cabeza y que con ejemplos de grandísimo trabajo como el de la Semana Santa la gente pueda pensar que su existencia no sólo es deseable sino necesaria.


lunes, 5 de abril de 2010

Semanas Santas muy diferentes

Leía yo el otro día cómo alguien definía las tres formas en las que es posible acercarse a la Semana Santa.
1.- Hay quien lo hace desde la fe, como creyente, manifestando públicamente su creencia.
2.- También hay quien la vive desde la duda. Y eso no tiene por qué ser malo. Es más, en ocasiones es positivo y enriquecedor por cuanto la reflexión sobre algún tema nos lleva a reafirmarnos en algún planteamiento -y eso es bueno- o a desecharlo definitivamente y tranquilizar nuestro espíritu -y eso también es bueno-.
3.- Hay personas que viven tanta procesión y acto religioso desde la más absoluta de las incredulidades pero disfrutando, y mucho, de un auténtico espectáculo de plasticidad y riqueza cultural difícil de igualar; y que además tiene como efecto colateral la llegada de divisas.

Creo que todos podemos integrarnos en alguno de esos tres montones que vendría a representar la realidad de la Semana Santa actual. En unos lugares -como en la cofradía de Nuestro Padre Jesús, en Jaén capital- cuentan con más de 700 promitentes (costaleros) para que los cuatro pasos puedan realizar la estación de penitencia (algunos pueblos de la provincia tienen menos habitantes), y en otros sitios hay santos y vírgenes que se quedan sin salir de la iglesia por falta de costaleros.
Unos lo suspenden todo para ser fiel a su cita con su Virgen o Cristo, mientras otros aprovechan las vacaciones para marchar a la playa, a la sierra, o a esta y aquella ciudad.
Es lo que hay. Y punto. El objetivo común debe ser la huida de radicalismos en cualquiera de las direcciones que puedan plantearse. Que cada uno actúe según su conciencia. Sin imponer pero sí siendo respetado. Esa es la madre del cordero, y ahí ¡parece mentira! MI iglesia -yo soy católico y practicante activo- necesita algún paso hacia delante. O quizá más de uno.

jueves, 1 de abril de 2010

Se agradece

Quienes contamos nuestras idas al cine por estrenos de películas infantiles agradecemos que llegue algo como Cómo entrenar a tu dragón. Cierto que el inicio es más que previsible, al igual que el final (éste incluso pasteloso), pero al menos pasas un rato entretenido pues la película no sólo te ofrece una historia que seguir sino también numerosos mensajes internos sobre la amistad, el honor e incluso las relaciones entre padre e hijo que, se presentan de manera tan clara pensando lógicamente en el público asistente, que te calan casi sin quererlo.
Si a todo ellos unimos el plus de animación e interés que supone el últimamente tan de moda 3D, mejor que mejor.
Lo peor, los 8,5 euros que hubo que pagar de entrada; teniendo en cuenta que éramos cuatro, los 34 euros resultantes escuecen un poquito porque casi nos dan para sacar un carnet de socio del Real Jaén para el próximo año. Y es que aunque se enfade Rafa Rus, esto del cine resulta caro.