viernes, 28 de mayo de 2010

An useful book

Mma Ramotswe is a well-built woman (I love this definition). She was named in this way by a friend when he had just bought a new glasses, he went out the optician's and met her in the street some years later last time.
Mma Ramotswe is the main character in The Nº 1 Ladies' Detective Agency, a series of detectives novels written by Alexander McCall Smith. She was born in Mochudi, a town near Gaborone, Botswana, Africa. She moved to Gaborone when his father died, and there she started her own company, a detective agency. Mma Makutsi is her secretary, a very particular worker.
Morality for beautiful girls (Abacus. 2009) is the third volume of the serie; it tells the Mma Ramotswe's personal and profesional live: like a detective, and like a woman in love (¿?) to Mr J. L. B. Matekoni, a local mecanic (the propietor of Tlokweng Road Speedy Motors). Also the book tells sometimes about women's problems at current society.
It's an original but not funny story. I had read it because I was ordered by my English teacher at Jaen's Languages Official School. You must often read english reviews, newspapers, books... if you want learning English, so this is an useful book.
P.D. Do yo Know the difference between bad girls, bad women, and bad ladies?. You can find it here (pg. 201).

miércoles, 26 de mayo de 2010

Menos EScoba, y más EScuela

Lo tiene complicado el ayuntamiento de Jaén, en general, y el concejal de Mantenimiento Urbano, Eduardo Castro, en particular para conseguir la Escoba de plata. Es un galardón que se concede a las ciudades más limpias de España, que ya tuvo en alguna ocasión Jaén capital, y que ahora se intenta lograr nuevamente.
Digo que Eduardo tiene por delante una gran y difícil tarea porque la ciudad, seamos realistas, está muy sucia. Y lo está por dos razones: por el servicio de limpieza, y por la gente.
Lo del servicio es fácil de arreglarlo: pagando y poniendo más gente y recursos técnicos. ¿Que no hay dinero? ¿Que estamos en crisis? ¿Que hay otras prioridades? No seré yo quien entre en estas cuestiones, pero entiendo que la cosa es así de fácil y así de sencilla.
Lo de la gente es más complicado. Se trata de limpiar, lógicamente, pero también de ensuciar menos; y ahí son los ciudadanos quienes tienen la primera y la última palabra. Hace una hora aproximadamente (ahora son las 23:22 horas) he sido testito presencial de cómo un perro -perraco, diría mejor- ha soltado un pastelón de kilo y medio sobre una de las aceras de la renovada Carrera. La culpa no es suya sino de los dos jóvenes -un chico y una chica de más de veinte pero menos de treinta, calculo- que no sólo le animaban sino que incluso se partían de la risa viendo al perrito. Y es que, Eduardo, si ésta es la gente cultivada y educada del presente que regirá nuestras instituciones en un futuro muy cercano, pues apañaos vamos.
Por eso digo que antes que intentar conseguir la EScoba, entiendo que sería más interesante más EScuelas para los faltos de educación.

domingo, 23 de mayo de 2010

Primer asalto de infarto

Tengo que reconocer que no confiaba yo mucho en que el Real Jaén pasara la eliminatoria frente al Palencia, sobre todo después del 1-1 de La Victoria. Me quedé con ganas, muchas, de acompañar hoy al equipo, y finalmente me he arrepentido de no haberlo hecho porque, por lo que me ha contado alguien que ha estado allí, ha sido el mejor partido de la Historia del Real Jaén. Seguramente sea una exageración, pero por eso la fama que tenemos los andaluces. En cualquier caso, sí confieso que hacía mucho tiempo que no vibraba con un partido de fútbol, escuchándolo por la radio, como lo he hecho esta tarde.
Finalmente se salva el primero de los tres escollos que tiene el equipo para ascender a Segunda División. Y se hace dando una sensación magnífica, superándose ante la adversidad, ante los poco creyentes, ante resultados negativos continuos en contra, ante la crítica situación económica... y lo que se consigue no es únicamente que se mantengan vivas las aspiraciones de mejorar deportivamente, sino también el poder devolver a Carlos Sánchez el control de una institución que va camino de perder por la falta de dineros. Con el ascenso se salvarían, y bastante bien, los muebles hipotecados este año, y se haría con una inmejorable perspectiva de futuro. Pero con el simple hecho de lograr un par de taquillas importantes, también se podría levantar esa hipoteca que tan poco nos gusta pero, quiero creer, se ha visto abocado a ella por la falta de otros apoyos.
La plantilla ha estado impresionante; Álvaro Cervera, para quitarse el sombrero; la afición, de un par de categorías superiores. Ahora sólo falta la salvación deportiva y económica.
Creo que nos toca el Fútbol Club Barcelona B... ¡¡¡y en el Camp Nou!!!. Como diría el otro: ¿Se lo van a perder?

viernes, 21 de mayo de 2010

Obra Maestra

Siempre tuve la duda de cómo el libro de El Padrino podría ser mejor que la película. Hasta ahora siempre que he visto una película basada en un libro, el libro es infinitamente mejor; de ahí que me tuviera intrigado cómo iba a ser posible que el libro -que no había leído- fuera mejor que la Obra Maestra que es la película de El Padrino -que ya he visto unas pocas veces-.
Bueno, pues ya he despejado la incógnita. La película es una Obra Maestra, y el libro es una Obra Maestra. Ayer acabé de leerlo (Ediciones B. 2009), y mi conclusión es que libro y película no son comparables; y no lo son simplemente porque se trata de cosas diferentes. Me explico.
Mario Puzo escribió un libro genial, seguramente haga honor al subtítulo que recoge en su portada la edición que yo he manejado (La mejor novela sobre la Mafia jamás escrita). A partir de ese original el propio autor, junto con el que después sería el director de la película, Francis Ford Coppola, trabajaron conjuntamente en el guión adaptado para la película. El film mantiene íntegramente el espíritu del manuscrito, aunque desarrolla algunos elementos y ni siquiera hace referencia a otros. Es decir, dos cosas diferentes.
La experiencia fue tan positiva y dio tan buenos resultados, que Puzo y Coppola trabajaron en dos guiones más (para las partes segunda y tercera de la película) aportando cada uno aquello de lo que más sabía: la maestría en el escribir, el uno, y la maestría en la cinematografía, el otro. El resultado fueron dos secuelas que, si bien la última queda un poquito baja de nivel, la primera compite en calidad con la película inicial.
Aconsejo encarecidamente el visionado de las películas, pero con la misma intensidad recomiendo la lectura de una obra que no llega a las 500 páginas, que se lee de manera devoradora, y que yo he tardado casi tres meses porque he priorizado el regusto de la ingesta placentera al ansia trituradora del hambriento.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Aquí... ¡¡¡un sindicalista!!!

Me parece increíble que un día como éste pudiera llegar, pero sí, desde hoy soy sindicalista. Hoy ha habido elecciones sindicales en Onda Jaén RTV, y la lista en la que yo estaba integrada ha conseguido varios delegados sindicales, entre ellos yo.
Nunca he creído en los sindicatos, y a día de hoy sigo sin creer. Entiendo que el sindicalismo sí es algo positivo desde un punto de vista teórico, e incluso quizá (seguramente) en sus orígenes no sólo resultó una gran idea sino algo muy importante para la defensa del trabajador; sin embargo, hoy día la sensación que dan los sindicatos es la de sumisión total al Poder con el único objetivo de satisfacer intereses propios -tanto de siglas como personales-. Así lo he vivido y sentido hasta ahora allá donde he trabajado, y por eso lo digo.
Y este mismo sentir (¡¡¡qué paradoja!!!) es el que me ha llevado a mi puesto de hoy de sindicalista electo. El hartazgo y cabreo ante el movimiento sindical de Onda Jaén, en un momento donde se está jugando mucho, tanto laboral como empresarialmente; la sensación de que se ha trabajado por salvar o intentar salvar culos concretos y no por plena convicción de acción sindico-laboral; la constatación de que se usan las siglas sindicales para beneficio propio en lugar de para defensa de los derechos de los trabajadores; todo esto y mucho más no ha hecho más que crear un clima de crispación generalizada entre los trabajadores. Crispación e impotencia porque ante tantos y tales desmanes nada se podía hacer.... bueno, nada no porque alguien, en el café de la mañana, me espetó un día ..... Pues si tanto criticas, por qué no te metes tú y lo haces mejor. No fue un reto; ni siquiera sonó a eso. Pero tenía toda la razón del mundo. El juego es el que es, y sus reglas están claras. Y para participar no existe otro camino que el de tomar partida.
He aquí mi credencial. Llego con las cosas claras; tanto las que quiero como las que no. No sé con qué me encontraré, si el aire estará tan viciado que resulte irrespirable, pero de lo que sí estoy seguro es que antes que comulgar con ruedas de molino, tiro por la calle de enmedio (no sería la primera vez, ni la segunda).
A ver cómo resulta esto, y gracias para los 19.

martes, 11 de mayo de 2010

El ciudadano y su sentido común

La casa de mi abuela en mi pueblo, en la que pasé los últimos años de mi niñez y donde aún vuelvo habitualmente, están en la calle La Huerta. Siempre se llamó así, al menos que yo recuerde, excepto durante unos años en los que alguien decidió cambiarle el nombre. La bautizaron con calle Carrero Blanco. Yo no tenía ni idea de quien sería aquel tipo, pero sí me gustó que unos años más tarde le volvieran a cambiar la denominación; ahora se llamaba calle Juan Carlos I. Ese nombre sí que me hizo ilusión porque sí conocía al protagonista, y sentía cierto orgullo de vivir en una calle con el nombre del Rey de mi país.
Todo esto sucedió durante varias décadas, y a mí, como comprenderéis, me la repampinflaba. En ningún momento me preocupó tanto cambio de denominación, aunque sí que me llamaba la atención, y mucho, el que a pesar de que la calle iba cambiando de nombre cada cierto tiempo, todo el mundo se refería a ella como la calle La Huerta. Y no sólo lo decíamos quienes vivíamos allí y el resto de vecinos del pueblo, sino que hasta muchas cartas llegaban con esa dirección.
Digo todo esto porque estoy viendo un proceso similar, hoy día, en Jaén capital. Alguien ha decidido eliminar del callejero una serie de nombres para sustituirlos por otros. Ellos sabrán las razones, pero yo creo que se trata de algo innecesario. Y no sólo eso sino que además puede ser contraproducente para los ciudadanos pues estamos viviendo cierto desconcierto ya que, quizá sea todavía demasiado reciente, no acabamos de asimilar si la estación de autobuses está en la plaza Jaén por la Paz; o la de trenes en la plaza de La Libertad; o la de aviones en el parque de La Concordia. Es más, en alguna ocasión he sido testigo de que alguien de fuera ha preguntado a un lugareño por alguno de estos lugares, y éste le ha contestado.... ese nombre no existe.
Al final de todo este tipo de cosas el ciudadano, al igual que ocurre siempre con el cliente, es quien tiene la razón, y será él quien decida si este parque se llama de esta o de aquella manera. Por mucho que se empeñen los políticos, quizá demasiado atareados en chorradas y bastante menos en lo realmente importante,.... digo que serán los ciudadanos y su sentido común quienes llamen a las cosas por su nombre.
Por cierto, ¿sabéis cómo se llama actual y oficialmente la calle de mi pueblo en la que está la casa de mi abuela?: calle La Huerta. Pues eso.

sábado, 8 de mayo de 2010

Noche de transistores

Mi memoria guarda imborrables recuerdos de momentos pasados con la radio como protagonista. Jamás olvidaré la noche del golpe de Estado de Tejero -yo tenía nueve años-; en la cama, con mi madre, informándonos a través de la radio pero con el volumen bajito para que nadie se enterara.
Qué decir de aquellas tardes de verano, jugando en los soportales de la casa, mientras mi madre y mi abuela cosían a la vez que escuchaban a la Mula Francis.
Ahora hay mucha televisión para ver el fútbol, pero en mi infancia sólo era posible seguir los partidos por la radio. Yo hacía una especie de cabaña -con cuatro sillas y una manta- en la primera planta de la casa; con todo a oscuras, encendía la radio y escuchaba los partidos a la vez que me comía un buen puñado de lacasitos.
En mi época de estudiante universitario, y cuando todo el mundo era seguidor nocturno de José María García, yo me decanté por un tal José Ramón de la Morena. ¿A quién dices que escuchas?, me preguntaban los compañeros de clase. Finalmente también lo dejé porque se convirtió en lo mismo que criticaba, pero aquellas noches de radio-deporte-fútbol son imborrables.
Otro recuerdo que permanece fijo en mi mente es el de esas mañanas de aceituna que, con la lluvia como protagonista, no había que levantarse para ir al tajo. La secuencia era siempre la misma: encender la radio y escuchar la cadena SER. Al igual que hacía el domingo en el que la lluvia nos pillaba en el tajo. Estaba deseando llegar a casa para escuchar Carrusel Deportivo mientras me duchaba.
Hoy ha vuelto a ser una noche de transistores. Por mucho que la tele nos ofreciera un partido de fútbol y fuera indicando los marcadores en el resto de campos, la riqueza y viveza de la radio le ha ganado por goleada. No ha habido color.
Algún compañero de trabajo me contaba hace unas semanas que él no veía el fútbol en la tele. Aunque retransmitieran cualquier partido, él siempre prefiere la radio. Así lo he hecho siempre, y así sigo haciéndolo, me decía.
Qué razón tienes, Manolo. Momentos como el de hoy devuelven a la radio todo su valor y grandeza. O más que devolvérselo, hace que nosotros nos demos cuenta de ello.

martes, 4 de mayo de 2010

Los verdaderos héroes de la Historia


Se llama Francisco Gallego. No se si en el futuro llegará a ser una figura en esto del judo, el deporte que practica. Pero a día de hoy sí puedo asegurar que se ha convertido en un referente. Sí, sí, en una persona cuyo ejemplo merece la pena seguir, y eso que tan sólo tiene 13 ó 14 años.
Digo todo esto porque Francisco, a quien no conozco de nada, consiguió el pasado fin de semana la medalla de bronce en el Campeonato de España Infantil de Judo en la categoría de menos de 60 kgs. Un auténtico exitazo alcanzado desde el más absoluto de los anonimatos, y sin más apoyos que el de su trabajo diario y la pasión por un deporte minoritario, casi invisible para la mayoría de los ciudadanos -aquí pita el fútbol y poco más-, que incluso le exige continuos sacrificios diarios, pequeños, quizá insignificantes, pero sacrificios al fin y al cabo y que, pese a todo, asume con gusto.
Hoy Francisco se ha convertido en un héroe, en el Robin Hood de todos aquellos que practican disciplinas deportivas poco seguidas pero que sin embargo son, como los millones de héroes anónimos que han existido a lo largo de la Historia, quienes hacen posible que esa misma Historia pueda escribirse.
No sé si habré sabido transmitiros con estas letras el sentimiento que pretendo manifestar. Seguramente lo consiga más fácilmente con el peazo foto que ha llegado a mis manos. Es el héroe anónimo Francisco en el momento de ganar su medalla de bronce. No hablamos de millones de euros, ni de un piso, ni de un deportivo... no, simplemente una medalla, la última de cuantas se pueden conseguir. Nada más... y nada menos.
Enhorabuena.

sábado, 1 de mayo de 2010

Señor Rodríguez: día 4

Hoy es sábado. Por eso, y para que no se me enfade la Milagros, he hecho el sábado. Bueno, más bien ha sido sabadete porque no he limpiado el polvo, barrido, fregado... en todo el piso; sólo en aquellos lugares donde era necesario todo o alguna de esas tareas. Más de uno/una se ha dado con un canto en los dientes porque, por ejemplo, alguien llamó por teléfono esta tarde para ver cómo le había ido a mi esposa. Fui yo quien cogió el teléfono, y nada más decirle que acabábamos de entrar por la puerta, me dijo que llamaría después. Le contesté que no hacía falta, que mi esposa estaba allí mismo, a mi lado, y no tenía ningún problema en ponerse. Sin embargo me reconoció, casi se le escapó, que llamaría más tarde porque lo que quería que le contara, más que el viaje, era -cito textualmente- Cómo se ha encontrado el tema. Y digo que ha pinchado en hueso porque el tema no sólo ha sido aprobado, sino salvado con nota.
Con respecto a la comunión, todo ha salido muy bien. Lucía iba muy guapa, al igual que Guillermo. Sí he vivido los momentos más tensos de todas las vacaciones en los preparativos. Ahora entiendo por qué mi esposa me recrimina siempre que no le ayude con los niños cuando vamos a algún sitio. Hoy lo he vivido en mis carnes. Y eso que empecé a ducharlos a las diez de la mañana (la comunión era a las doce). En teoría da tiempo, pero siempre y cuando hablemos de personas con cierto nivel de responsabilidad; si tratamos con niños de 5 y 8 años la cosa cambia, cualquier situación es propicia para el juego y, por lo tanto, para perder el tiempo. Casi llegamos tarde.
Y el colmo llegó cuando Guillermo se dormía durante la misa. Claro, es que se levantó a las siete y media de la mañana después de una noche complicada porque, tal y como les prometí, en la noche del viernes al sábado dormiríamos los tres en mi cama. ¡Vaya nochecita!. No sabía que estos niños se movían tanto. No volverá a repetirse.
Bueno. Alicia ya está en casa. Ahora le toca a ella contar sus batallitas. Y nosotros estamos deseosos de escucharlas... pero también de contarle las nuestras. O mejor... que lea El Catite.

Señor Rodríguez: día 3

Lucía está siendo todo un descubrimiento en estas vacaciones. Si ya el primer día me regañó cuando cogí del armario la ropa equivocada que ella debía ponerse, hoy ha vuelto a corregirme... ¡y menos mal!. Al coger la ropa preparada para ella, me doy cuenta de que es una camiseta con una falta cortita. ¡¡¡Una falda!!!. Y qué le pongo debajo?. ¿Medias?. ¿Leotardos?. ¿Nada porque hace mucho calor?. Pero, ya digo, que ella estaba al quite y rápidamente me dijo que esa camiseta (la de la letra A) no iba con la falda sino con los pantalones negros que estaban en la percha de al lado. Tengo que reconocer que sentí un gran alivio. Pantalones y nos quitamos de problemas.
Por cierto, mañana sábado vamos de comunión. Espero que todos salgamos airosos, sobre todo yo porque ya he rechazado la ayuda que me han ofrecido variAs para arreglar a la niña. No os preocupéis, que yo me encargo. Cruzaré los dedos.
Éste es sólo uno de los muchos detalles que me están sorprendiendo de Lucía, con tan sólo 5 años, pero que controla temas, como digo, que me están sorprendiendo. Seguramente le pasará lo mismo a todos los niños y niñas de su edad, pero ¡qué queréis que os diga!, yo no estoy acostumbrado a verlo tan claramente, y me llama la atención.
No se trata de competir con nadie, pero al menos hay una cosa en la que estoy acertando de lleno. Les encantan los bocadillos que les hago como merienda para ir al cole. Incluso me han pedido que le diga la receta a mamá. Lógicamente no se la voy a decir porque... ningún gran cocinero revela tan alegremente sus secretos, ¿verdad?.
En la comida no me he complicado demasiado la vida. He puesto sobre la mesa los restos que teníamos de días anteriores. Todo buenísimo.
La cena también ha sido fácil: una pizza del Mercadona mientras veíamos en DVD Iron Man. El lunes quizá vayamos a ver la segunda parte, que ya está en el cine, y así recordamos el origen. Aunque la verdad es que tampoco hacía tanta falta porque Lucía se ha dormido en el sillón a los cinco minutos (¿a quién habrá salido?), y Guillermo se la sabe como si la hubiese visto el día anterior.
Otro día atrás. Sólo queda el último, mañana sábado, el del regreso de mamá y el de ¡¡¡la comunión!!!.