lunes, 17 de septiembre de 2018

Huso y ermita

En los últimos días se ha hablado mucho, y aún se sigue haciendo, sobre la necesidad de un cambio del huso horario, o no. Cuando vi la palabra huso en el titular de un periódico me eché las manos a la cabeza. "¿Huso con hache? ¡¡Qué barbaridad!! Vaya faltón de ortografía". Fue sinceramente lo que pensé. Pero tras seguir encontrando la palabra así escrita, con hache, en varios lugares más me empecé a mosquear. A ver si huso va a ser con hache.
Para salir de dudas acudí al diccionario de la lengua española, elaborado por la Real Academia Española, y esto es lo que encontré:

HUSO HORARIO: 1. m. Geogr. Cada una de las partes en que queda dividida la superficie terrestre por 24 meridianos igualmente espaciados y en que suele regir convencionalmente un mismo horario.

¡¡Pues vaya!! Resulta que huso horario es con hache. Vaya puntazo descubrir esto a estas alturas.
¿Sabéis qué os digo? Que huso con hache me chirría tanto a la vista como ermita sin hache.

domingo, 9 de septiembre de 2018

El arte de hacer reír

Curro es el típico liante español. A lo largo de su vida ha tenido momentos de dificultades económicas, y otros de ganar mucho dinero. Pero como lleva en su ADN la liantía, se ha pegado un batacazo de órdago en su actual trabajo de venta de robots de cocina. No sólo lo pierde todo desde un punto de vista material, sino que hasta lo deja su mujer.
La última promesa que hace a su hijo es otro lío: "Si sacas en el colegio todo 10, este verano te organizo las mejores vacaciones de tu vida".
El problema es que el niño se aplica y saca unas notazas, pero Curro no puede cumplir su promesa. ¿Que no puede? ¡¡Pues claro que sí!! Tirando de todas sus artes liantes, se lanza con su hijo a vivir la aventura prometida, sin un duro en el bolsillo; y la historia se convierte en una secuencia de situaciones inesperadas, surrealistas en algunos casos, pero tremendamente entretenidas en todo momento.
Leo Harlem, que es Curro y también participa en el guión, demuestra su habilidad en el siempre difícil arte de hacer reír. La película, como digo, te mantiene con una carcajada en la boca casi a lo largo de los 91 minutos que dura, y eso es realmente complicado de conseguir. Cierto que la historia es tonta en algunos momentos, pero os la recomiendo encarecidamente si quieres pasar un buen (o gran) rato. Quizá la clave de su éxito sea el buscar -y encontrar- el humor que a todos gusta, huyendo del mal gusto, lo rancio y lo zafio, para apostar por la crítica a situaciones/profesiones/estatussociales/... que son un auténtico filón para quien sabe gestionarlo.
Si podéis, no os la perdáis.