viernes, 20 de febrero de 2009

Al pan, pan, y al vino, vino (y II)

No hay que ser ningún lumbreras para entender dichos del estilo Una cosa es predicar y otra muy diferente dar trigo, o también Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
Podría haber estado de acuerdo con algunos de los posicionamientos que fija Jorge Gallardo en su artículo, pero me resulta imposible una vez que analizo dos elementos: la teoría y la práctica. Y es que nosotros no somos únicamente nosotros sino también nuestras circunstancias; de ahí que sea uno mismo quien quita toda la razón a lo que proclama cuando sigue un camino diferente en sus acciones. Y la pérdida de autoridad total llega en el momento en el que se utiliza el insulto para sustentar nuestros planteamientos; sin duda porque desconocemos aquel viejo proverbio chino que dice que Quien levanta la voz lo hace para tapar la debilidad -o inexistencia- de sus argumentos.
Cierto que es en los medios públicos donde existe mayor estabilidad económica para los trabajadores -en este caso, periodistas-, y cierto que el poder siempre procura controlar el medio a su antojo, pero de ahí a decir que está perdida la batalla en defensa de la independencia periodística creo que va un trecho. La relación entre el trabajador y un directivo de un medio público es idéntica a la de uno privado; la diferencia radica en la actitud -combativa, complaciente, ética...- que el periodista esté dispuesto a adoptar. Cierto que siempre será más fácil actuar en uno u otro sentido para un periodista público por la mucha mayor defensa de su puesto de trabajo que tiene frente a un periodista privado, pero al final todo se reduce a querer complicarse la vida, o no; y os aseguro que en todos sitios se puede ser víctima de malos tratos. Por eso, mientras leía las líneas de Jorge, echaba yo la vista atrás, con cierta sonrisa, a antológicas entrevistas realizadas en su día a jienenses de nacimiento pero eternogobernantesregionales de adopción.
Por eso digo que antes de tomar una bandera y autoproclamarse como su principal adalid, en lugar de criminalizar a los otros, entiendo que resulta más prudente meter la mano en nuestro corazoncito, analizar nuestras actuaciones, nuestra empresa, su origen, su nudo, su desenlace... y después determinar si somos la persona adecuada para dar lecciones de nada.
También me río yo de las oposiciones realizadas en los medios públicos, lo mismo que las entrevistas de selección que se hacen en algunos privados -alguna persona que estuvo hasta el final en las de Localia Jaén no recuerda haber visto nunca a Jorge en ellas-. Insisto en que lo oportuno puede ser criticar las formas, a los responsables políticos que las llevan a cabo, pero meterse con los trabajadores por el proceso me suena más a envidia por no haber sido uno de los elegidos, que a otra cosa. Una vez consumada la oposición, entiendo que la profesionalidad se mide por los trabajos que se realizan y no por la vía recorrida a la hora de entrar.
No sólo no voy a permitir que se insulte a personas que trabajan en un medio y que se les ataca porque no tuvieron la oportunidad de hacer másteres, doctorados y carreras porque las circunstancias de la vida se lo impidieron, mientras otros sí tuvieron esa flor en el culo, sino que tampoco aceptaré que se maltrate a un periodista que trabaja en un gabinete de prensa tachándole como la voz de su amo o de dejar "de ser periodista a partir de las dos de la tarde". Se trata simplemente de gente que desarrolla una dignísima labor profesional en una de las vertientes que te ofrece hoy día el periodismo; el problema no es de ellos, sino de esos otros periodistas que, llevados por la apatía, la poca implicación, y las ganas de no complicarse la vida, se tragan sin más notas de prensa y comunicados, en lugar de tratarlos de manera más crítica, rigurosa, concienzuda... PRO-FE-SI-O-NAL.
También me resulta gracioso que a estas alturas de la película reduzcamos el uso del "término periodístico" sólo a quienes tienen "carrera profesional" o "teórica". Yo soy licenciado, y defenderé siempre los intereses del colectivo, pero también soy realista y defenderé siempre que un título no garantiza ser buen periodista. De hecho, todos sabemos nombres de periodistas de Jaén con título cuyo paso por la Universidad fue un chiste más que otra cosa, mientras que periodistas como la copa de un pino jamás pisaron un aula universitaria.
Recuerdo que el día en que se presentó el libro de la APJ, con un importante protagonismo del artículo de Jorge Gallardo, alguien -un periodista de gran pelaje-, al final, se acercó y me dijo en confidencia: el 80% de las cosas que dice este tío son tonterías. Hoy, tras haber leído el escrito en varias ocasiones, creo sinceramente que se quedó corto en su porcentaje.

miércoles, 18 de febrero de 2009

43 propuestas

Tengo que reconocer que cuando me enteré de la idea que tenía la Asociación de la Prensa de Jaén de publicar un libro ("Artículos del interior. 43 periodistas escriben sobre Jaén". APJ. 2009) formado por colaboraciones de los propios periodistas, me pareció una tontería. Tontería simplemente porque la historia de la profesión en la provincia había hecho imposible no sólo este tipo de iniciativas, sino algo mucho más básico como la unidad en el sector (que no uniformidad). Marcados por profundas e históricas diferencias, los periodistas -que ya de por sí somos poco corporativistas- en Jaén era llevado ese principio a su máxima expresión.
Sin embargo, por esa misma razón de llevar la contraria -a la que tan aficionado soy, qué le vamos a hacer-, de mostrar cierta rebeldía contra el conformismo generalizado en tantas y tantas cosas, no dudé en aportar mi granito de arena a la iniciativa en cuanto me fue demandado.
Hoy me alegro de aquella decisión porque los periodistas de Jaén hemos demostrado estar vivos. Todavía con un largo camino por recorrer, pero la participación masiva en el libro, así como el lleno absoluto registrado el día de su presentación en sociedad, y sobre todo el intenso debate que ha generado -y que creo sinceramente que servirá para alcanzar nuevas y positivas cosas-, demuestran que algo está cambiando.
Una vez leído el libro -todos los artículos por riguroso orden de publicación-, diría que está marcado por la variedad en cuanto a los contenidos. Unos escritos me han gustado más que otros, pero finalmente los he leído todos excepto uno que me fue imposible. Yo soy muy aficionado a mojarme, y ese es el estilo que más me gusta; de hecho, creo que una obra de este tipo debería servir para eso. No obstante, reconozco mi sorpresa y admiración ante algunos de los artículos que, no teniendo como tema de fondo más que algunos aspectos de nuestra vida normal y cotidiana, derrochan calidad.
No voy a expresar aquí mi opinión sobre los 43 artículos, pero sí quisiera manifestar las notas que me sugirieron algunos de ellos nada más acabar su lectura.
Palomo.- Un detalle incluirlo.
Ginés.- Realiza una magnífica descripción de la provincia, un paraíso donde se vive más que en ningún otro lugar, con mucho potencial natural, patrimonial, monumental y también económico. Sin embargo, seguimos siendo los últimos en casi todos los índices de desarrollo. Unos, los que gobiernan, hablan bien del futuro; otros, los de la oposición, hablan mal. El futuro, sólo Dios lo sabe. Son las paradojas del paraíso de interior.
Agudo.- Ya seguí, en su día, sus colaboraciones y duelos al sol con Armenteros. Mucha ironía, que es lo que a mí me gusta, porque no sólo hay que leer las líneas sino también entre ellas. Si tuviésemos que conformar la Orden de los Caballeros Escribientes Jaeneros, aquí tendríamos a uno de ellos; sin lugar a dudas, el Primer Maese.
Armenteros.- Ha estado acertado Fuentes al colocar juntos a Agudo y Armenteros. Sus textos tienen sentido por sí solos, peor también se complementan cuando reproducen sus enfrentamientos del Jaén 21. Una lástima que para disfrutar del placer armenterino tengamos que esperar a hechos extraordinarios como este libro, o a las colaboraciones de un periódico. Sublime lo de las albardas y las catenarias; aunque es sólo uno más. ¡¡Más madera!! por favor, Juan.
Plaza.- Una de cal y otra de arena. Bien lo del aeropuerto, pero no entiendo que se alabe tanto la cagada de las Tierras del Olivo.
Liébana.- Es uno de los mejores fotógrafos -sin cámara- que conozco. Y es que sus obras no sólo reflejan un aspecto de la realidad que enfocan, sino que destacan especialmente por traer a un primer plano lo que sólo es posible ver con los ojos de un camarógrafo experimentado.
Remedios.- Me gustan las cosas con sabor; este texto lo tiene, y mucho. Creo que debe ser la misión del periodista, informar de lo que se ve, de lo que es evidente, pero también de lo que hay detrás. Eso se llama interpretar... y mojarse.
Centeno.- Es la primera vez que leo algo suyo, y me gusta cómo lo hace. También me gusta que hable de sus cosas, de lo que le interesa.
López.- Es otro de los Maese de este libro. Es una de las plumas más irónicas y finas de ésta, nuestra provincia. Lo era en Diario Jaén, también en Ideal y en Jaén 21. El que su ventana esté ahora mismo cerrada es uno de los lujos que nos estamos permitiendo, y del que seguro nos arrepentiremos... si no se abre pronto.
Pilar.- Me sorprende. Acostumbrado a sus cuentos y composiciones extrañas y sobrenaturales, quedo boquiabierto ante un artículo de sentir general, pero seguro del que, como la capa, cada uno podrá hacer su propio sayo. Cambia su misticismo habitual por la puntería del experto francotirador.
De la Torre.- Un problema, el de la convivencia. Creo que apela demasiado a los tópicos de payos y gitanos, cuando el debate debe ser mucho más profundo y complejo.
Jorge.- Quien olvida su pasado está condenado a repetirlo.
Abolafia.- Me sorprende. Debería cultivar más este tipo de escritos.
Poveda.- El mar (tópico) de olivos que me sugería el título ha sido finalmente un mar revuelto pero siempre hacia la esperanza. Buenísimo el artículo, y es que Poveda es uno de los periodistas tapados de Jaén.
Vicente Oya.- No podía faltar. Siempre está ahí, y siempre cobrando lo mismo. Uno de los mejores villancicos que he escuchado nunca.
Ángel González.- por el título pensé que sería otro típico reportaje más del 11-M, sin embargo me sorprende y me llama la atención tanto lo original de la forma (alternando el presente con el recuerdo de lo sucedido) como del contenido (todo articulado en torno a la experiencia personal de alguien que estuvo allí).
Javier Fuentes.- Impresionante relato vivido/contado en primera persona, de ahí que sea imposible de igualar desde fuera. En algunos momentos llega a ser sobrecogedor, y al final no sé si va dirigido a quienes esperan con esperanza, a quienes esperan desesperanzados, a las familias de los enfermos, a las familias de quienes mueren y tiene sus manos el salvar muchas vidas... o a todos.
Jorge Gallardo.- Increíble que diga esto quien lo dice. Se merece un catite él solo. En unos días os lo presento.

domingo, 15 de febrero de 2009

¿Tranvía o... taxi?

El llamado oficialmente sistema tranviario de Jaén, pero conocido entre el poblacho como tranvía -a secas- no sólo está dando mucho que hablar, sino que aún lo hará mucho más.
El otro día conocíamos que 16 empresas han presentado ofertas para realizar la ejecución de las obras del tranvía, actuación que ha salido a licitación con un presupuesto de 96,5 millones de euros. La verdad es que la cantidad se las trae, y eso que no es más que empezar.
Tiempo habrá para saber si es bueno, o no, pero ha llegado a mis oídos una información/rumor/comentario que me ha causado cierto asombro porque no sé cómo reaccionar ante él: ¿es cierto que los taxistas le han ofrecido a la concejal de Tráfico servicio gratuito de taxi a los vecinos de Jaén capital durante diez años a cambio del dinero que tienen previsto gastarse en el tranvía?

miércoles, 11 de febrero de 2009

Algo está cambiando... , y creo que merece un reconocimiento

Lo he dicho ya más de una vez, tanto aquí como en otros foros, y vuelvo a repetirlo: Onda Jaén ha sido históricamente machacada simplemente por ser quien es, mientras que otros medios de comunicación hacían lo mismo sin que nadie dijera ni , haciendo uso de una patente de corso difícil de entender porque, si criticamos algo, debemos hacerlo allí donde suceda y no únicamente donde sea más fácil hacerlo. Lo peor de todo esto es que la crítica -dirigida hacia los políticos- a quien hacía realmente daño era a los trabajadores, y ese componente creo que no sólo no era tenido en cuenta sino que ni siquiera era importante para quien diseñaba las estrategias. Y es que lo que se buscaba -entiendo- era algo muy diferente a lo que realmente se decía.
Como también apunté el otro día en un acto de la Asociación de la Prensa de Jaén (APJ), es cierto que en Onda Jaén se han vivido situaciones imposibles de admitir en un medio -de comunicación- público y en el contexto de sociedad democrática en el que nos encontramos. Quizá en un medio público como éste sea el lugar donde más libertad debe tener el periodista, por eso de ser una empresa pública, y sin embargo las indicaciones dadas en determinadas ocasiones han superado clara y ampliamente lo admisible.
Sin embargo, y como también dije en el acto de la APJ, está siendo en Onda Jaén donde más actos de rebeldía se están dando en Jaén contra tanto exceso. Ya ocurrió hace unos años cuando un compañero llegó a ser despedido por hacer uso del derecho a la cláusula de conciencia (afortunada y lamentablemente fue un juez quien le devolvió a su puesto), y volvió a ocurrir hace unos meses con un episodio similar. Esos son dos de los episodios más claros, pero ayer ocurrió nuevamente. Ante la protesta organizada por la APJ contra la explotación y despidos de periodistas que se está produciendo en nuestra provincia, de manera especialmente intensa en los últimos tiempos, fue Onda Jaén el medio que volvió a destacar. Cierto que fueron muchos los compañeros que se pusieron las camisetas y las pegatinas con el lema reivindicativo, y que lo hicieron ante un acto del mismísimo Chaves y todos sus consejeros, así como en prácticamente todas las ruedas de prensa que hubo ayer en la capital.
Sin embargo, creo que en Onda Jaén se fue más allá. Y fueron sus trabajadores ante quienes hay que quitarse el sombrero. El ejemplo con más c... lo tenemos en Javi Nieto, quien tuvo el valor de presentar todo su programa -de hora y media, y en directo- no sólo para lucir una de las pegatinas, sino para entrevistar sobre el tema al presidente de la APJ. También es significativo el caso de Laura Villar, quien tampoco dudó en ponerse en un sitio visible una pegatina mientras realizaba reportajes -que después se emitirían grabados- en ese mismo programa.
Cierto que quizá sea en un medio público donde más se puedan hacer públicos este tipo de protestas, pero hay que ser capaz de hacerlo.
Escribo este catite a las seis y media de la mañana con mucha intención. En un momento en el que aún no he visto la prensa y, por tanto, no sé la repercusión que los otros medios locales le darán a la protesta de los periodistas. Me consta que algún propietario -de un medio- le dijo a un trabajador -periodista- que si se le ocurría acudir a la protesta, que no se molestara en ir a trabajar hoy. No sé si finalmente el chaval fue, pero entiendo que no lo hiciera.
Por eso creo que hay que ponerse la mano un poquito en el pecho y analizar lo que ocurre en nuestra propia empresa antes de criticar lo que se hace en otra. Eso si queremos ser honestos, porque si lo que buscamos es otra cosa... leña al mono.

domingo, 8 de febrero de 2009

Boicot al self-service gasolinero

Continúo mi particular -y quizá tonta- guerra contra las gasolineras que nos obligan a echar el combustible a los usuarios.
Todo comenzó un día que iba de boda -os podéis imaginar, hecho un pincel- y paré a llenar el depósito. Era domingo y en el surtidor al que llegué -los domingos- era self-service. No problemo. Me pongo el guante de plástico, cojo la manguera, lleno el depósito... todo con muchísimo cuidado. Acabo, voy a pagar, pago... y al salir me doy cuenta de que me he manchado el pantalón. ¡¡¿¿CÓMO???!!!. Ni idea. Lo malo no era la mancha, sino el olor -desagradable, feo, insoportable, imposible de disimular- con el que estuve todo el día, especialmente en la iglesia y en el banquete.
A partir de ese día me propuse no volver a hacer uso de estos self-services. El trabajo lo hacemos nosotros, y sin embargo el combustible tiene el mismo precio.
Desde entonces, y hace ya unos años, he cumplido. Hubo una vez, regresando de Almería, que casi me quedo sin gasoil por renunciar a llenar el depósito en dos self-services; pero a la tercera -menos mal porque la reserva llevaba ya rato encendida- pudo ser.
Si todo lo hiciéramos así conseguiríamos dos cosas: o que bajaran el precio, o que creasen empleo contratando a más personal.
He aquí una de mis luchas contra un molino de viento más. Pero, qué le voy a hacer; uno ha nacido para librar batallas perdidas de antemano... o no.

lunes, 2 de febrero de 2009

Onda Jaén es posible

Hoy me he topado con una nueva teoría de lo que puede ocurrir en Onda Jaén. Es de Liébana, y por eso me he detenido en ella, porque considero que se trata de un periodista serio, riguroso, bien informado, formado, de fina ironía en sus opiniones... en definitiva, una persona -como periodista- de la que me fío -como lector-, y que sin lugar a dudas incluiría en el top-ten de la profesión jaenera.
Lo que dice Liébana es que Onda Jaén no va a sufrir ni ERE, ni cierre -no sabe si porque no quieren o no pueden los dueños-. Entre las fórmulas que se barajan se encuentra la reubicación de parte de la plantilla en algunas concejalías, la creación de un nuevo servicio, e incluso la venta del 49% a Localia -o sus herederos- para así mantener el carácter público manteniendo el 51%, pero privatizando parcialmente el servicio. Liébana incide en este sentido al indicar que Localia y Onda Jaén ya han colaborado retransmitiendo conjuntamente la pasada cabalgata de Reyes.
Es mucho lo que se viene diciendo de Onda Jaén desde la llegada del nuevo equipo de gobierno, pero nunca se ha dicho nada en claro más allá que lo apuntado en algunas informaciones -mínimas- de los medios y, de manera más regular, por el insistente Arévalo. Al principio reconozco que tuve cierto interés, incluso inquietud, por saber lo que podía pasar, pero con el paso del tiempo, el incremento de la rumorología, y el nunca cumplimiento de lo anunciado, hizo que viera con gran pasotismo lo que se iba mascando. Era otro más. Ahora me siento igual, pero sí me apetece decir algunas cosas.
UNO.- No sé si Onda Jaén no se cierra porque no se quiere o porque no se puede. Aunque yo me decanto más por la segunda opción teniendo en cuenta que así nos lo dijo la propia alcaldesa a los trabajadores: "no os voy a echar porque si lo hago no tengo más remedio que reubicaros en el ayuntamiento". Además, me consta que el Partido Popular, ante una previsible victoria electoral en las últimas municipales, encargó a una persona que analizara concienzudamente, y con juristas expertos en el tema, algún tipo de salida a la difícil situación de la empresa, y entre las conclusiones obtenidas se encontraba que el despido era inviable.
DOS.- Lo de la reubicación de parte de la plantilla en concejalías no es nuevo pues también se apuntó en su día desde las filas del PP; y lo de la creación de un nuevo servicio podría ser la puesta en marcha de esa emisora de radio -ubicada en el Cuerpo de Bomberos- para avisar a la ciudadanía en caso de emergencias.
TRES.- Lo de Localia gana enteros, al menos en el mundo de la rumorología, por las cosas que vienen haciendo últimamente, a modo de productora, como esa Cabalgata de Reyes, o como la próxima Semana Santa, que también se empieza a rumorear. Pero todo esto tiene varios aspectos graciosos, por llamarlos de alguna manera. El primero, que resulta paradójico que un gobierno haga bandera de la buena gestión económica y de la optimización de los recursos, y sin embargo, tenga parados a los trabajadores de la radiotelevisión municipal, mientras su trabajo lo hace una empresa privada, con el coste añadido que ello tiene. No sé si es casualidad, o no, pero lo cierto es que lo hecho hasta ahora por Localia para Onda Jaén ha dependido siempre de Cultura; precisamente se dice que es Montané quien siente especial animadversión a la RTVM, y por ello la evita apostando por Localia. Es igualmente llamativo que la fórmula para reflotar a una empresa pública deficitaria como Onda Jaén pudiera ser la entrada en su gestión y accionariado de los restos de una empresa privada que cierra porque no es rentable. Si la rentabilidad de la empresa mixta que se estaría diseñando pasa por la llegada masiva de dinero -a modo de anuncios- por parte de las administraciones (dígase Junta de Andalucía, Gobierno central y Diputación provincial), para eso no hace falta que llegue empresa privada alguna, sino la simple entrada masiva de la publicidad institucional prevista. Lo que ocurre es que a lo peor con esta operación se podrían estar pagando otras cosas.
Y CUATRO.- Creo sinceramente que Onda Jaén es posible. Sólo pasa porque quien la tiene en sus manos apueste por ella tanto desde un punto de vista de los contenidos, así como de la captación de publicidad. Lógicamente es tremendamente difícil hacerla rentable en lo económico, si no imposible, pero es que un medio público debe ser lo menos costoso posible para los bolsillos de los contribuyentes, pero sí tremendamente rentable desde un punto de vista social, es decir, que en la radio y la televisión municipal tengan cobertura acontecimientos de los jienenses que, de no ser por un medio público, quedarían en el olvido. Eso es simplemente Servicio Público.
Por eso no sólo creo que Onda Jaén es posible sino también necesaria. Su cierre, por una cuestión meramente económica, me parecería un error pues esa rentabilidad social es casi imposible de cuantificar. Lo mismo opino de Canal Sur -con unas pérdidas reconocidas en el año 2008 de 19 millones de euros- y de RTVE -históricamente en quiebra-, por poner dos ejemplos similares.
Ahora sólo queda esperar... o no.