La delgada línea entre terror y humor

No me gusta la películas de terror, y procuro evitarlas. Sin embargo, me convencieron para ir a ver Weapons avalada por las muchas y muy buenas críticas que había recibo tanto antes de su estreno como una vez disponible en las salas de cine.

Parte de la buena pinta de la película se basaba en su director Zach Cregger y el mucho ruido que hizo con su anterior trabajo Barbarian.

La verdad es que comprobé la gran expectación que había levantado con salas de cine abarrotadas desde el principio, y con dificultades para conseguir tres entradas juntas, que era las personas que íbamos a ir a verla.

Imagino que sabéis que la historia comienza cuando 17 niños desaparecen de manera misteriosa de sus casas. Se han levantado todos de madrugada, a la misma hora, y han salido corriendo en direccion desconocida. Los padres pudieron ver a algunos de ellos gracias a las cámaras de seguridad instaladas en las viviendas.

Las investigaciones se centran en la profesora y en el único niño de la clase que no desapareció.

Tengo que reconocer que la historia engancha, y que me parece muy original la manera en la que nos van presentando a los diferentes personajes de tal manera que cada uno de ellos nos cuenta esos momentos iniciales de la trama desde su punto de vista. Es decir, la misma historia vista por la experiencia de cada uno de sus protagonistas.

El desarrollo te va intrigando, tú mismo vas teniendo tus propios sospechosos y las teorías de lo ocurrido, y de manera progresiva te metes de lleno en una película que, pese a su largo metraje (128 minutos), se te hace corta.

Todo va bien, con algún sobresalto que otro obligado en las películas de miedo, hasta que llega el desenlace final. Ahí se te viene todo abajo, y lo que venía siendo una gran historia se convierte en un chiste. 

Id a verla y me contáis qué os ha parecido.

Os dejo el trailer: