Hace unos días os hablaba de la nueva locura en la que me he embarcado: participar en los 101 kilómetros de Ronda.
El pasado 4 de enero hice efectiva mi inscripción, y a los pocos días pagué los 58 euros que supone la cuota para poder participar. ¿Que os parece caro? Pues, os lo digo con sinceridad, es más que barato.
En fin. A lo que iba. Que ya tengo dorsal. Y la verdad es que me ha hecho mucha ilusión el número que me han asignado: 1922.
Es cierto que eso de correr a pie 101 kilómetros es una locura, aunque la organización permita cubrir la distancia en 24 horas, y pese a que muchos lo hacen andando. Mi intención es realizar la prueba corriendo, y la verdad es que estoy bastante ilusionado con ello. Me atrae el hecho no solo de realizar los 101 kilómetros en ese ya marcado en rojo 10-11 de mayo de 2014, sino también la preparación que me exigirá recorrer por caminos y montes distancias ciertamente importantes con el objetivo de ir preparando el cuerpo para el test final.
Siento por el cuerpo un gusanillo que, seguro, al término de toda esta historia estará más que machacado, pero por ahora me encanta su disfrute.
¿Os dice algo el 1922?. A mí, sí. Muchas cosas. Es un número bonico, con algún significado especial.
Parece que el Universo conspira para que participe en la carrera. Jejejeje!!!.
Espero no estar interpretando las señales de manera errónea.
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