Dice mi cuñao el granaíno -creo que ya os lo he comentado en alguna ocasión- que si de él dependiera, todos los países del mundo estarían gobernados por mujeres. Seguro que nos iría mejor, asegura con total convicción. La verdad es que razón no le falta si echamos un vistazo y comprobamos que en un mundo gobernado por hombres las cosas no han ido demasiado bien.
No sé si en caso de darse esa situación, la deseada por mi cuñado, viviríamos en el paraíso, o no; pero lo cierto es que me surgen ciertos matices a dicha aseveración.
Supongo que si el mundo estuviera gobernado por mujeres, unas cosas irían bien, y otras no tanto. Y no digo esto porque entienda yo que las mujeres estén peor preparadas para afrontar determinados asuntos, sino porque en su gobierno habría luces y sombras, como en los gobiernos de los hombres. Y eso se debe, simplemente, a que no en todos los casos gobernarían las más preparadas, igual que ocurre, ha ocurrido y seguirá ocurriendo con los hombres.
El mejor ejemplo de esto que digo lo encontramos en lo que sucede en estos tiempos. De unos años a esta parte tiende a imponerse la promoción de la mujer para que acceda a todos aquellos ámbitos en los que históricamente ha estado vetada y marginada. Es algo con lo que me declarado completamente a favor, pero lo que no entiendo es que en determinados casos se opte por esta o aquella mujer, no porque esté más capacitada que un hombre, sino por el simple hecho de cubrir una cuota políticamente correcta pero racionalmente reprochable.
Esto está provocando que mujeres claramente incapaces ocupen cargos en los que no sólo lo hacen mal, sino que además son un mal ejemplo para que otras puedan llegar lejos porque así debería ser dada su alta preparación.
En este asunto creo que es el propio sexo femenino el que debería estar especialmente vigilante porque lo que está haciendo es tirarse piedras sobre su propio tejado.
Por eso mi filosofía es: Las mujeres al poder, pero sólo las capacitadas. Igual que debe ser con los hombres.
No sé si en caso de darse esa situación, la deseada por mi cuñado, viviríamos en el paraíso, o no; pero lo cierto es que me surgen ciertos matices a dicha aseveración.
Supongo que si el mundo estuviera gobernado por mujeres, unas cosas irían bien, y otras no tanto. Y no digo esto porque entienda yo que las mujeres estén peor preparadas para afrontar determinados asuntos, sino porque en su gobierno habría luces y sombras, como en los gobiernos de los hombres. Y eso se debe, simplemente, a que no en todos los casos gobernarían las más preparadas, igual que ocurre, ha ocurrido y seguirá ocurriendo con los hombres.
El mejor ejemplo de esto que digo lo encontramos en lo que sucede en estos tiempos. De unos años a esta parte tiende a imponerse la promoción de la mujer para que acceda a todos aquellos ámbitos en los que históricamente ha estado vetada y marginada. Es algo con lo que me declarado completamente a favor, pero lo que no entiendo es que en determinados casos se opte por esta o aquella mujer, no porque esté más capacitada que un hombre, sino por el simple hecho de cubrir una cuota políticamente correcta pero racionalmente reprochable.
Esto está provocando que mujeres claramente incapaces ocupen cargos en los que no sólo lo hacen mal, sino que además son un mal ejemplo para que otras puedan llegar lejos porque así debería ser dada su alta preparación.
En este asunto creo que es el propio sexo femenino el que debería estar especialmente vigilante porque lo que está haciendo es tirarse piedras sobre su propio tejado.
Por eso mi filosofía es: Las mujeres al poder, pero sólo las capacitadas. Igual que debe ser con los hombres.
4 comentarios :
El tema tiene toneladas de discusión. El victimismo siempre está presente. Las mujeres han sido discriminadas (por no decir vejadas, violadas, robadas, ninguneadas...) durante miles de años. Si ahora (y solo en ciertos paises democráticos) se les favorece en determinados aspectos laborales y sociales, aunque con el riesgo de cometer algunos errores, queda justificado.
Espinoso tema en el que tengo demasiadas dudas. Lo único que tengo medio claro es que la capacidad y la inteligencia no está ligada a ningún sexo.
No estoy en absoluto de acuerdo con el comentario que se hace tras el artículo. Nunca está justificado hacer mal las cosas y menos cuando lo que se quiere es favorecer o compensar errores pasados.
Lo que hay que favorecer es la recreación sobre lo bien hecho por personas válidas.
Punto y final de la reflexión: lo peor es que quien ha elegido a la "persona válida" puede no serlo a su vez y, bien no ha sabido elegirla, bien no sabe tratarla, bien no sabe cuidarla, bien no sabe apoyarla..., se va al traste todo.
José Antonio - Nerja
Respeto la primera parte de tu comentario, Jose A. de Nerja, luego, perdona que te lo diga, entras en un sin sentido. El que elige a una persona válida, no puede haberse equivocado en la elección aunque el a su vez no sea válido. La decisión en sí ha sido buena. En fin, que sigo pensando que se debe dar una ayudita a la mujer, tanto en su promoción profesional como en la vida familiar (niños) para que realmente haya igualdad y mientras no cambie nuestra mentalidad. Eso si, siempre con sentido común.
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