domingo, 14 de julio de 2013

Pero acero del bueno, bueno

Tengo que reconocer que no sé si me ha gustado, o no, la enésima versión de Superman que llega al cine. Hace unos días fui a ver la película que se exhibe bajo el nombre de El hombre de acero. Y digo que no sé si me gusta o no me gusta porque hay cosas que encuentro muy interesantes, pero otras que me chirrían bastante. 
Vayamos por partes.
Me resulta atractivo que hablemos de un remake como Dios manda, es decir, cogiendo el original y mejorándolo con la evolución técnica y alguna cosilla más, pero manteniéndonos fieles a la historia inicial, entrando dentro de lo aceptable giros sobre el guión del que siempre me sentí un enamorado.
Resulta difícil competir con Christopher Reeve, no solo porque es un guaperas sino además porque fue el primero, el mítico... y eso hace mucho. Y la cosa se pone aún más difícil si citamos otros nombres como Marlon Brando (el padre biológico), Glenn Ford (el padre adoptivo) o Gene Hackman (en el papel del malísimo Lex Luthor) de aquella original del año 1978.
Pero no se trata de comparar sino de analizar el resultado de este último trabajo, y la verdad es que ninguno desmerece; Russell Crowe (como el padre biológico) y Kevin Costner (padre adoptivo) son casi una garantía de éxito, pero también me ha agradado y bastante el nuevo héroe encarnado por -para mí- un desconocido Henry Cavill que, como digo, lo hace bastante bien, y eso que le han quitado el calzoncillo rojo. ¡¡Qué tiempos!!
Las mejoras técnicas casi ni habría que citarlas, pero como en otras ocasiones han resultado casi de risa, en este caso quisiera destacar el buen trabajo realizado.
Me gusta que tengamos una especie de introducción al origen del héroe, así como que se nos contextualice su vida con continuos recuerdos a su difícil pasado de niño y de juventud. También me agrada que mantengamos al héroe anónimo, la novia-periodista...
Quizá lo que limite un poco más el desarrollo de la historia sea el hecho de que se ha querido unir en un solo largometraje las varias historias que se sucedieron en la década de los ochenta. Pero tampoco queda mal que el malo malísimo, Lex Luthor, sea sustituido por el general Zod que, proveniente de Krypton, aquí llega muy pronto, mientras en su día no adquirió protagonismo hasta la segunda parte. 
Creo que todo bastante bien, desde el principio hasta el final, pasando por el desarrollo. Solo señalar que tanta pelea entre Superman y los malos resulta un tanto hartizo, e incluso diría que irreal pese al tipo de película que es. Se dan tanta leña que este Superman está hecho de acero, pero acero del bueno, bueno.
Para intentar despejar mi duda inicial, antes de escribir este catite he decidido recordar la película de 1978, y gracias al gran Rafa Rus, anoche pude volver a verla. Las diferencias son evidentes, especialmente técnicas, pero teniendo recientes una y otra, creo que a este El hombre de acero no le queda grande una nota de notable.
Os animo a disfrutar de ella, y luego me contáis.

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