Recuerdo como si me lo estuviera contando en este mismo momento aquella embarazosa situación en la que se vio envuelto un conocido.
"No sabía dónde meterme"; es lo que me dijo con cierto apuro el día en que llegó a la recepción de su hotel un cliente allí alojado que, folleto en mano, preguntaba al empleado de turno por la forma en la que poder disfrutar del "Viaje al tiempo de los íberos". "¿Viaje a dónde?"... fue la respuesta del sorprendidísimo recepcionista.
Tras unos minutos de incertidumbre por parte de todos, el asunto llegó a mi amigo quien, gracias a su experiencia, pudo darle al turista una especie de solución a su solicitud que no tenía ni pies, ni cabeza.
Cierto que la culpa no era del confiado visitante, quien tras conocer la existencia de ese producto turístico, decidió organizar su viaje a Jaén para disfrutar de esa y de otras cosillas que había conseguido conocer indagando un poquito.
Lo malo es que la respuesta del responsable del hotel fue que aún no estaba concluido el viaje, que se podía disfrutar solo parcialmente, y que ello requeriría el transporte a cargo del visitante a cada uno de los lugares en cuestión.... en fin, intentar dar la mejor respuesta posible ante un cliente que había sido descaradamente engañado. Y digo que es lo malo porque, ¿qué pensaríais vosotros si os desplazáis hasta cientos de kilómetros de vuestra casa buscando un disfrute turístico que alguien os ha vendido, y luego resulta que no existe?. Mal, ¿verdad?.
Tranquilos que todo puede ir a peor. Sí, porque esto sucedió cuando el entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, acudió a Fitur (una de las más importantes ferias de muestras turísticas del mundo) a presentar la grandiosa oferta turística andaluza, compuesta en aquella edición de 2002, entre otras cosas, por algo de Jaén llamado "Viaje al tiempo de los íberos". La idea era aprovechar los diferentes yacimientos de esta época que hay en la provincia para que el viajero los recorriera a modo de viaje en el tiempo, disfrutando de los centros de interpretación que los conformaban, y concluyendo en la etapa estrella del tour: un gran museo íbero en la capital.
Todo estaría muy bien si no fuera porque lo único que había entonces eran los yacimientos, y en lugar de centros de interpretación lo que se podía encontrar el turista, con suerte, era una especie de casetilla de obra en la que era imposible entrar porque la chapa de su construcción propiciaba temperaturas extremas tanto por arriba como por abajo. Y el colmo era que el gran museo final no estaba ni empezado a construir.
Chaves acudió a Fitur, entre otras cosas, con los folletos que se habían elaborado para promocionar el viaje, aunque éste no existiera.
Mañana empieza Fitur 2014. ¿Sabéis cuál es uno de los dos principales productos turísticos que va a utilizar la provincia de Jaén para intentar atraer turistas?. Efectivamente, el "Viaje al tiempo de los íberos" que está más o menos como estaba en aquel cercano año 2002 con el que empezábamos esta historia.
¿Qué puede pensar y hacer un turista engañado, sobre todo cuando se ha gastado ya una pasta para disfrutar de algo que no existe?.
Pues eso.
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