Afrontaba el Maratón de Murcia con la intención de hacer ni mejor marca aproximándome a 3h y 25 minutos, y sin embargo he hecho la segunda peor: 3h 54 minutos y pico... y gracias.
¿Sabéis de qué me he ido acordando gran parte de la carrera?. De eso que tanto digo de que "hay muchos que cogen muchos kilos de aceituna, por las noches, en la barra del bar. Pero cuando van al día siguiente al tajo, la cosa cambia". Eso es precisamente lo que me ha pasado a mí.
Tras un largo meditar y llegar la conclusión de que me sería imposible acercarme ni siquiera a las 3h 15' deseadas, opté por seguir el globo de las 3h30', pero vaya suerte la mía que, pese a estar anunciado por la normativa, fue el único que no ha habido. Nada, me pongo a mi ritmo rondando los 4'55" por kilómetro, y seguro que lo consigo.
Empiezo bien y saliendo adelante porque si apenas hay 1.900 participantes. Me siento bien, muy bien, y tengo incluso que esforzarme para no ir más rápido de lo previsto. Todo según lo previsto, paso la media maratón en 1h44' y unos segundos. La idea era hacer precisamente eso para, llegado ese momento, decidir si aceleraba el ritmo en función de cómo me encontraba. Decido seguir así hasta llegar al km 30, pero en el 28 la cosa se pone fea. Voy bien de sensaciones, físicamente no me siento deshidratado -como en ocasiones anteriores- gracias a los geles y a los bidones de sales minerales, pero las piernas no marchan. Lo intento, pero es como si no respondieran a las órdenes que les manda el cerebro. ¿Qué pasa?. A los pocos minutos siento un flato espectacular que ya me acompaña hasta el final. Está claro, ha habido falta de entrenamiento pese a las 17 semanas de preparación y los casi 900 kilómetros recorridos en este tiempo.
Seguí el plan de entreno pero sin añadir tiradas largas de 30 kms, y eso lo he pagado. También -creo- no cumplir los ritmos de entrenamiento. También miraré el GPS que uso porque hoy, al final de la carrera, me ha dado un error de 970 metros; demasiado.
Sigo. Del km 28 hasta el final ha sido un desastre. Empecé sin poder bajar de los 5'/km, seguí x los 6'/km, los 7'/km, e incluso los 8'/km. Incluso en los kilómetros finales tuve que apretar porque corría el riesgo de irme, al final, por encima de las cuatro horas. En ese fatídico km 28, cuando ya sabía que no conseguiría el objetivo marcado ni aproximadamente, me deje llevar; eso, unido a que las piernas no respondían, y tal vez a la desconexión mental desencadenaron la tragedia.
Mi decepción ha sido tal que en estos momentos casi dejaría el atletismo, y pienso en anular las próximas citas en las que estoy inscrito para ver qué hago una vez reflexione sobre el tema.
No obstante, alguien me dijo una vez que las primeras decisiones que tomamos tras una situación... digamos... difícil, nunca es la acertada. Ya veremos qué hago finalmente.
Ha sido mi décimo maratón. Mal aniversario este gatillazo supremo.
1 comentario :
Animo Amador!! Esto es un calenton y veras cuando lleves 2 o 3 dias sin correr,te apetece. Es cuestion de que te propongas mas retos ambicíosos. Y que disfrutes corriendo.
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