lunes, 4 de agosto de 2025

Me he "bebido" la península de Uclés

Conocí a David Uclés, el autor de La península de las casas vacías (Uclés, David. Siruela Nuevos Tiempos. 2024. Madrid. 16ª edición), en la Feria del Libro de Jaén del año 2024.

Un tipo peculiar, con su inseparable gorra y un historión personal detrás. Pero no nos llamó especialmente la atención más allá de que tuvo un ramillete de lectores que acudió a que les firmara el ejemplar de su libro.

Eso ocurrió en mayo del año 2024, y en mayo de 2025 David Uclés regresó a la Feria del Libro de Jaén pero ya como pregonero. ¿Y eso? Pues porque sin saber muy bien la razón, en noviembre del año 2024 algo ocurrió, y Uclés y su península dieron el pelotazo: lleva 17 ediciones y más de 100.000 ejemplares vendidos, y a día de hoy suma 35 semanas consecutivas en las listas de los 10 libros de ficción más vendidos de nuestro país.

Era el pregonero, es decir, no iba a firmar libros, y sin embargo fue el autor que más firmó durante la Feria. El aforo de más de cien butacas fue ampliamente desbordado, y tras su intervención, estuvo casi dos horas atendiendo a sus seguidores. 

¿Qué ha pasado del año pasado a este? ¿Por qué un libro desconocido ha pasado a ser el más vendido? Cualquiera sabe.

Entro en La península de las casas vacías

Yo llevaba meses atrancado leyendo a Nietzsche, y...

  • ...ante la posibilidad de tener tan cerca al escritor de moda en España
  • ...teniendo en cuenta que era de Jaén
  • ...que el año anterior había pasado sin pena ni gloria por la Feria
  • ...que se había convertido en un fenómeno de masas
  • ...y que las críticas apuntaban a que era un magnifico ejemplo de realismo mágico (mi libro de cabecera, el que más me ha gustado de siempre, es Cien años de soledad)
Opté por aparcar a Nietzsche, adquirir la obra de Uclés y comprobar en primera persona si era un libro tan bueno como decían los números o si por el contrario se trata de artificio.

Dedicatoria que me hizo David Uclés.
Empecé a leer el libro el mismo día que lo compré: 9 de mayo de 2025. Pero el trabajo y los múltiples líos que tuve esas semanas me imposibilitaban encontrar tiempo suficiente como para dedicarle cada día un buen rato.

Así estuve, leyendo poco y cuando podía, hasta que han llegado las vacaciones. Literalmente me he bebido La península de las casas vacías. De las casi 700 páginas que tiene, me he leído algo más de 500 en cinco o seis días. ¿Quiere eso decir algo? Creo que sí.

Tengo que reconocer que empiezo a leer el libro predispuesto a que me guste porque:
  • Me sorprende lo mucho y bien que hablan de él (Iñaki Gabilondo, Joaquín Sabina, Susana Santaolalla o Ian Gibson, entre otros)
  • Me gusta que un escritor jienense haga tanto ruido 
  • Me encanta que sea una novela de realismo mágico porque, como os he dicho antes, Cien años de soledad es uno de mis libros de cabecera
  • He conocido personalmente al autor, era un escritor más, y ahora está en lo más alto de la pirámide. Me hace ilusión 

Cosas que me gustan y que no

Las expectativas con muy altas. ¿Se cumplirán?

La verdad es que la cosa empieza bien porque de lo primero que nos encontramos es el árbol genealógico de la familia protagonista, el mapa de Iberia (el país donde se desarrolla la acción), y al final también vemos un mapa de Jándula (el pueblo donde residen los protagonistas). Es decir, algo muy pero que muy parecido a Cien años de soledad.

Todo esto, unido al estilo de realismo mágico que, en ocasiones, parece surrealismo por las cosas tan..., tan..., tan... ???... inverosímiles que nos cuenta, nos recuerda al bueno de Gabo. Sin embargo, no os preocupéis que no hace falta estudiar nombres, lugares, regiones... hay que dedicarse a leer el libro y todo se entiende perfectamente. No encontramos elementos enrevesados que nos obliguen consultar los elementos gráficos que nos ofrece el lector.

David Uclés nos cuenta la historia de la familia de Odisto, con toda su crudeza y todo su realismo mágico, que se ve truncada bruscamente por la Guerra Civil española. Todo sucede de manera muy rápida porque los capítulos son muy cortos, de pocas páginas, aunque entre ellos el autor nos ofrece otro tipo de texto que, si bien no son capítulos de la historia, sí ayudan a entender el contexto. Aunque, en ocasiones, no sabría muy bien deciros qué son y para qué sirven. De hecho, me genera cierto desconcierto porque... no es que me pierda, sino que quedo descolocado ante unos textos casi surrealistas y poco entendibles.

Al empezar, no me gustaba que la temática fuese la Guerra Civil española porque es casi imposible no posicionarse, y eso me provoca rechazo. Entiendo que es muy difícil no posicionarse, y sin embargo creo que Uclés lo ha conseguido o, al menos, se ha acercado mucho. No nos habla de una guerra de ganadores y perdedores sino de un conflicto donde todos pierden incluso cuando creen que han ganado. Y no sólo pierden quienes querían la guerra sino también aquellos que se han visto envueltos en ella.

Y es que resulta imposible que nadie gane en una guerra donde los hermanos se matan entre sí sin saber la razón. Hay capítulos sublimes que ponen la piel de gallina, y que ejemplifican precisamente esto: todos pierden.

Me parece magistral la forma en la que Uclés entremezcla las historias anónimas de los personajes con los hechos históricos. Aunque las metáforas que usa en varias ocasiones me resultan incomprensibles, tanto que ya tengo una lista de preguntas que me gustaría hacerle en una hipotética entrevista que tuviera la posibilidad de realizarle. Me las reservo para mí por si consiguiera hacerla. En ese caso, tranquilos que os la haría llegar.

Me resulta impagable encontrar varias referencias a mi pueblo: Higuera de Calatrava. Sí, Higuera aparece claramente en dos ocasiones, aunque creo que también en una tercera. Se lo preguntaré.

Creo que el libro merece la pena. Es una gran historia, y no lo digo yo, lo dice mi inconsciente que ha hecho que sacrifique muchas horas de baño en la playa por la lectura a la sombra de una sombrilla. ¡¡¡Qué gozada que te enganche un libro!!!