Me parece una pasada cualquiera de las tres películas que conforman la (por ahora) trilogía. Y precisamente por eso, porque van tres partes y aún van a llegar (por ahora) otras dos... decía que corremos el peligro de acostumbrarnos a Pandora y a quienes la habitan y a quienes quieren conquistarla... Y que ese "tenerlo tan cerca y tan a mano" nos lleve a acostumbrarnos a la historia, y de ahí a la normalización de algo extraordinario hay sólo un paso.
Estos días he ido a ver Avatar: Fuego y Ceniza, y he salido de la sala como esperaba: encantado.
No seré yo quien niegue que este este Avatar 3 es más de lo que ya vimos en Avatar 2 (Avatar: El sentido del agua) y en Avatar, y sin embargo James Cameron te mantiene activado las más de tres horas de cinta.
- Volvemos a ver a los buenos contra los malos, aunque en esta ocasión hay más malos de lo previsto.
- Volvemos a sufrir con las tensiones familiares, aunque ahora son mayores porque son mayores los protagonistas
- No puede faltar el ansia de poder y de dinero, aunque ahora Cameron se ha inventado un tesoro que resulta deslumbrante
- Vuelve a ser básico el eterno debate entre lo bueno y lo malo, que en esta ocasión toca más de lleno que nunca a nuestros protagonistas
- Avatar siempre nos apunta algún secreto por descubrir. Ahora nos desvela alguno pero sólo un poquito; todavía queda mucho oculto
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