Me llama tremendamente la atención lo mucho e insistentemente que se está dando por hecha la ruptura del pacto de gobierno en la capital. No sé si es por las ganas que tienen unos para entrar ellos, por los deseos que tienen otros para que se vayan algunos, por los huevos que quieren unos que demuestren los suyos ante los de al lado, o por la soberbia de mandar sin complejos, y demostrándolo mirando desde arriba, de los casi más.
Cierto que a llegar a esta conclusión ayuda, y mucho, el sin fin de ruedas de prensa que izquierdaunistas y socialistas dan un día sí y otro también para tirarse los trastes a la cabeza, y ello enriquecido con la publicación de las epístolas celestinas que se vienen cruzando. Cierto que la cosa está muy mal, peor, como reconocen en privado unos y otros, incluso las que pululan últimamente mucho por aquí tras bajar de las nubes y en espera de destino galáctico.
Pero digo que estoy sorprendido porque al final, parece mentira que caigamos en la trampa, al final todo se arreglará. Seguro. Esta situación viene a ser algo así como la pelea en un matrimonio cuyo único fin es el que luego, tras la reconciliación, nos queramos todavía más.
Creo que la gran descolocada en toda esta historia está siendo Carmen Puri porque si bien tuvo el acierto de ganarse para sí al mejor concejal que ha pisado el ayuntamiento en los últimos años, y que es precisamente quien le saca las castañas del fuego pleno tras pleno, no ha calculado bien que todo ese poderío no tiene más objetivo que mejorar lo propio. Por eso, está siendo ahora víctima de una cuidadísima estrategia ante la que no sabe qué hacer para salir del rincón y coger un poco de oxígeno. Ella juega con eso de que sin mí no eres nada, pero no entiende que hay quien prefiere la nada a un algo chamuscado. Sobre todo cuando el presuntamente amenazado sabe que cuenta con el respaldo de 3909 irreductibles que no dudan en dejar la pasta por mantener los principios, como ya ha hecho alguno.
En cualquier caso, seguro que al final oiremos un parte que dirá, más o menos, algo así como... En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. (Si quieres el original, pincha aquí). Lo que dudo es quién firmará al final.
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