En el cine se suele decir que segundas partes nunca fueron buenas. Se trata de una máxima que parece cumplirse casi siempre; y digo casi porque encontramos algunas gloriosas excepciones como The Godfather, Star Wars, y alguna más. Pero ya digo que es poco habitual pues lo normal es lo contrario, esto es, que la segunda parte de una película no sólo no supere a la primera, sino que incluso su nivel deje mucho que desear.
Pues si una segunda parte es mala, qué decir de una película que es la segunda parte de la tercera película de una trilogía... es decir, que realmente se trata de la quinta parte de una serie. Pues eso, que no sólo es mala sino más bien malísima.
Me estoy refiriendo a Amanecer 2. Sí, esa de vampiros, hombres lobos, y entre medias una muchacha que parece menos de este mundo que los otros raros protagonistas porque da a entender que está más pallá que pacá.
Reconozco que me he visto las cinco películas, y pagando. Únicamente ha merecido la pena para comprobar directamente la poca valía de la serie pese a que haya batido muchos records de taquilla. Esta quinta parte es quizá la peor de todas porque resulta empalagosa, lenta (lentísima), no pasa prácticamente nada, casi plana pues sólo sorprende el elemento final; y con las interpretaciones de algunos de actores que más podrían dedicarse a otra cosa, o retomar sus estudios de arte dramático.
Sólo salvo a Alice... ¡¡¡me encanta esa chavala!!!.
Esta última aventura ha sido tan desastrosa para mí, que hasta el público me ha decepcionado. Digo esto porque en películas anteriores, sobre todo en la segunda, valía la pena pagar la entrada por el simple hecho de vivir la reacción de un sin fin de chavalitas adolestences cuando salía por vez primera el vampiro pajizo. Su suspiro, al unísimo, lo invadía todo. Lo dicho, impagable vivirlo. Pero esta vez apenas si había fans al uso. Y no sólo eso, sino que creo que los jubilados superaban a las adolescentes.
Esto ya no es lo que era. Si lo sé, no voy.
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