Nunca me gustaron los musicales. Recuerdo perfectamente lo aburridas que me resultaban las "películas de cantar y bailar" que veía de pequeño, casi todas en blanco y negro.
Empecé a ver la cosa de manera diferente tras disfrutar en el cine de tantas películas de dibujitos donde la música es un elemento imprescindible. Incluso me animé a ir al Teatro Infanta Leonor, de la ciudad de Jaén, a ver el musical de Mamma Mia. ¡¡Impresionante!!
No sé la razón, pero de un tiempo a esta parte no sólo no me desagradan, sino que me gustan los musicales. Salí encantado de La llamada, y estos días también he disfrutado de El Gran Showman.
Acudí al cine atraído por la idea de conocer la historia del hombre que inventó el circo, y una vez allí confirmé que había sido una buena elección. Mientras veía la película me fui enterando de que la cinta se basaba en la historia real de P. T. Barnum, el inventor del circo, y eso me gustó aún más porque no sólo me estaba entreteniendo sino que además me aproximaba al origen del denominado mayor espectáculo del mundo; algo que desconocía completamente.
Supongo que los guionistas se habrán tomado alguna licencia, y seguro que no todo es histórico sino que existen elementos ficticios. En cualquier caso, estamos ante la historia del sueño americano, de Cenicienta... es decir, de la creencia -o, mejor- de la confirmación de que es posible alcanzar el éxito aunque para ello hay que trabajar, y mucho.
El protagonista está interpretado por un irreconocible Lobezno (Hugh Jackman) quien nos ofrece un rol tan distinto al que le ha llevado al éxito, que a veces cuesta trabajo saber que es él realmente. No obstante, entiendo que se trata de un reto para el actor, y por lo que he investigado tras ver la película, parece que ha disfrutado de lo lindo haciéndola.
En la trama encontramos amor, desamor, amistad, familia, ambición, lealtad, convicción, pero también reivindicación de lo que se es, pese a que no esté de moda o no guste a la mayoría.
Pero ante todo destaca... LA MÚSICA. Increíbles canciones y coreografías que hacen de la película un auténtico espectáculo.
Acudí al cine atraído por la idea de conocer la historia del hombre que inventó el circo, y una vez allí confirmé que había sido una buena elección. Mientras veía la película me fui enterando de que la cinta se basaba en la historia real de P. T. Barnum, el inventor del circo, y eso me gustó aún más porque no sólo me estaba entreteniendo sino que además me aproximaba al origen del denominado mayor espectáculo del mundo; algo que desconocía completamente.
Supongo que los guionistas se habrán tomado alguna licencia, y seguro que no todo es histórico sino que existen elementos ficticios. En cualquier caso, estamos ante la historia del sueño americano, de Cenicienta... es decir, de la creencia -o, mejor- de la confirmación de que es posible alcanzar el éxito aunque para ello hay que trabajar, y mucho.
El protagonista está interpretado por un irreconocible Lobezno (Hugh Jackman) quien nos ofrece un rol tan distinto al que le ha llevado al éxito, que a veces cuesta trabajo saber que es él realmente. No obstante, entiendo que se trata de un reto para el actor, y por lo que he investigado tras ver la película, parece que ha disfrutado de lo lindo haciéndola.
En la trama encontramos amor, desamor, amistad, familia, ambición, lealtad, convicción, pero también reivindicación de lo que se es, pese a que no esté de moda o no guste a la mayoría.
Pero ante todo destaca... LA MÚSICA. Increíbles canciones y coreografías que hacen de la película un auténtico espectáculo.
No hay comentarios :
Publicar un comentario