Leí en la revistilla que hay a la entrada de la sala del cine que La Llorona venía a estar en la línea de cintas anteriores encuadradas en el denominado Expediente Warren, y alguna otra similar. Yo sólo he visto La monja, y ninguna me parece para tirar cohetes.
No soy muy asiduo al cine de terror, pero en esta ocasión, también animado por otras circunstancias, opté por ir.
La Llorona recrea una antigua leyenda mexicana en la que una mujer que en su día ahogó a sus hijos, vaga por el mundo matando a los hijos de otras en un desesperado intento por recuperar a los suyos. En esta película La Llorona busca hacerse con los hijos de otra mujer que, como os podéis imaginar, hace todo lo posible por evitarlo. Y ahí está el argumento: la lucha de ambas para lograr su objetivo.
Si buscáis una película terrorífico, no veáis La Llorona. No sólo no hay terror sino que ni siquiera encontraréis miedo. Sí hay susto, o mejor dicho, sustos, muchos sustos son los que nos dan pero más que por miedo o terror, por lo de imprevisto que nos cogen determinadas escenas. En algún momento hasta os podréis reír.
Una decepción.
Si buscáis una película terrorífico, no veáis La Llorona. No sólo no hay terror sino que ni siquiera encontraréis miedo. Sí hay susto, o mejor dicho, sustos, muchos sustos son los que nos dan pero más que por miedo o terror, por lo de imprevisto que nos cogen determinadas escenas. En algún momento hasta os podréis reír.
Una decepción.
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