En los bailes de salón el rol de cada uno de los miembros de la pareja está más que claro: el hombre se encarga de llevar a la mujer, y ésta –aunque le cueste lo suyo- no tiene más que hacer lo que le dicen.
En el gran baile que puede representar la Andalucía política actual tenemos una pareja-referente clara, muy clara, aunque resulta mucho más complicado saber quien es el que ordena, y quien el que baila al son que le tocan. Y eso (la duda) se mantiene e incluso aumenta con el paso del tiempo a pesar de que el rol del hombre se aplica con total seguridad al más alto, y el de la mujer al otro.
No sé muy bien qué es lo que pasará en otros lugares, pero en Jaén más que asistir a un baile de salón parece que estemos ante una partida de ajedrez donde alguien –por supuesto, porque puede-, y miembro de esa pareja, mueve las fichas a su antojo, haciendo y deshaciendo incluso por encima de las propias reglas del juego. Por algo es suyo –el juego, digo-.
En los últimos días estamos asistiendo a continuas idas y venidas (como si a algún Rey Mago se le hubiera olvidado dejar el regalo a alguien en su día, y lo hace ahora para mantener vivo el espíritu navideño, aunque sea algo tarde) de las que unas son interesantes, pero donde otras vuelven a ser ejemplo de la aplicación de la denominada Teoría Manda-Güevos que apuesta poner a cualquiera en cualquier sitio, por inútil que sea pues, pasados los primeros días, ya nadie se acordará.
Ahora entiendo el terremoto que supuso un comentario que hace unos meses y durante algún tiempo pululaba por los mentideros políticos andaluces y de más allá. Ya digo que era un simple rumor sobre el ascenso de alguien muy gordo, y que, sin embargo, y pese a ser simplemente rumorología, tenía a más de uno (bastante más) viviendo sin vivir en él porque le movían sus cimientos.
A fecha de hoy ya hay unos pocos más que se suben al carro de la Teoría. Y lo malo no es eso, sino lo que te rondaré, morena.
Al final, y pese a que nos pese, no tenemos más que lo que nos merecemos.
1 comentario :
Mendru, últimamente te excedes con lose hermetismos; tú que siempre fuiste tan claro... Queremos nombre y apellidos.
Publicar un comentario