jueves, 26 de junio de 2008

El ombligo de Montané

He llegado a la conclusión de que Montané es un crack. Se trata del único concejal de la capital que garantiza el espectáculo en sus comparecencias. La última –ayer, presentación del Festival de Jazz- fue un ejemplo. Inevitable hablar de Dylan, ese tocador de jazz de toda la vida, que viene presuntamente a promocionar el aceite de oliva de Jaén, a Jaén. Ahí es nada. Así se ha dicho por pasiva y por activa, y así lo repitió Montané hasta la saciedad, alabando continuamente las bondades oleícolas de la provincia. Algo que entre la concurrencia sonaba más a gracias a los olivareros que pagan los 600.000 euros de bellón que costará el concierto.

Sin embargo, Montané, al más puro estilo quijotesco y sin importar lo grande del molino de viento que tenga enfrente, hace de su capa un sayo y defiende con todas las armas (dialécticas) a su alcance su posicionamiento. Ahí se encuadra su convencimiento de que a partir del 5 de julio –fecha del concierto- Dylan llevará siempre en su caravana una botella de aceite de Jaén para darle un tiento todos los días, porque es extraordinario para la salud. Esa fue su respuesta, junto a hemos hecho un cartel, ante la pregunta de qué se iba a hacer en el concierto para promocionar el aceite de Jaén.

Como la periodista no se quedó conforme (normal), insistió. Eso está muy bien, pero qué se va a hacer durante el concierto para promocionar el aceite de Jaén. La nueva respuesta no tuvo desperdicio: pues no lo sé. A lo mejor sale al escenario y se come un hoyo.

La verdad es que sería un puntazo que Dylan apareciera sustituyendo su habitual sombrero por un pañuelo con nudos en los cuatro picos, y cuando las fuerzas le fallaran un poquito, receso al canto y una bonita señorita le acerca un mendrugo de pan y aceite de oliva virgen extra. Un hoyo perfecto para deleite de la concurrencia, y si hay alguien que lo pague, incluso le podía echar azúcar y Cola-Cao, que me hacía mi madre por las tardes para merendar. (Siempre queda la variedad del bacalao).

No es la primera vez que hablo aquí de Montané, ni creo que será la última. Seguiremos cuando aparezcan nuevas perlas al estilo de sus conversaciones con la luna, o del Festival del Moño. Lo que sí empiezo a plantearme, visto lo visto, es... ¿será Montané extraterrestre? Cuestión de mirarle la barriga para ver si tiene ombligo.

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