Lo primero que se me vino a la cabeza cuando el sábado, en los informativos de televisión, conocí los pormenores de lo que representa la fotografía de la derecha, es que son totalmente erróneas las políticas que se llevan a cabo en nuestro país para potenciar la presencia y desarrollo de la mujer en el mundo laboral. Y es así de simple porque en la reunión de la derecha, en la que Zapatero congregó a los responsables de las 37 empresas (también estaba algún representante empresarial) más importantes de nuestro país sólo había una mujer (Petra Mateos-Aparicio, presidenta de Hispasat).
Hay quien pone el acento en la lucha contra el hecho de que la mujer cobre en España un 15% menos que el hombre, cuando los dos realizan el mismo trabajo; o que un empresario siempre elige al hombre cuando la otra opción para cubrir un puesto es una mujer. Yo no lo creo así. Simplemente porque los primeros no son empresarios sino explotadores, y es la Justicia la que debe actuar; y los segundos no son empresarios sino malos empresarios porque anteponen un prejuicio a la rentabilidad de su propia empresa, y ahí es, seguro, la Justicia de los Mercados la que actuará porque el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Yo soy de los que defienden que cuando Florentino Pérez o Emilio Botín tienen que contratar a alguien, no miran el sexo, sino la capacidad, preparación... de los candidatos. Son egoístas, y quieren al mejor porque será quien les consiga más beneficio.
Son los gobiernos quienes deben propiciar que las mujeres tengan la posibilidad de optar a esos puestos que pueden ofrecer empresarios como Florentino o Botín, o que sean ellas mismas las que monten y triunfen con su propia empresa. Y eso sólo se consigue habilitando las herramientas necesarias para hacer compatible la vida laboral con la familiar. Y no me refiero únicamente a que tengan más o menos días de baja maternal, sino a que cuando una mujer, por ejemplo, se queda embarazada, el empresario pueda disponer de algún tipo de ayuda que le permita formar durante un tiempo a la persona que sustituirá a su trabajadora cuando esté de baja maternal; y otra ayuda para contratarla durante la baja. Así no se lo pensará cuando -insisto, es sólo un ejemplo- valore los pros y los contras a la hora de contratar a una mujer.
Hace falta un cambio de mentalidad en la sociedad, por supuesto, pero también esas herramientas -dinero- gubernamentales que un día nos pongan en un escenario de futuro ideal: "las medidas de conciliación dejarán de ser tales y pasarán a ser medidas de retención, de lógico funcionamiento, porque la empresa que no ofrezca este tipo de organización que permita compaginar con normalidad la atención a la familia y al trabajo se quedará sin empleados cualificados y sin alto rendimiento. Supondrá el triunfo de la igualdad plena" (Diario El Mundo. Suplemento Mercados. Artículo "Cuando la mujer llega y además manda", de Tino Fernández. Págs 22 y 23. Domingo, 27 de febrero de 2011).
Mientras esto no pase, mal vamos. Tanto las mujeres como... los hombres porque, como dice mi cuñao, "si las mujeres gobernaran el mundo, nos iría a todos mejor". Cada vez estoy más de acuerdo con él.
Hay quien pone el acento en la lucha contra el hecho de que la mujer cobre en España un 15% menos que el hombre, cuando los dos realizan el mismo trabajo; o que un empresario siempre elige al hombre cuando la otra opción para cubrir un puesto es una mujer. Yo no lo creo así. Simplemente porque los primeros no son empresarios sino explotadores, y es la Justicia la que debe actuar; y los segundos no son empresarios sino malos empresarios porque anteponen un prejuicio a la rentabilidad de su propia empresa, y ahí es, seguro, la Justicia de los Mercados la que actuará porque el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Yo soy de los que defienden que cuando Florentino Pérez o Emilio Botín tienen que contratar a alguien, no miran el sexo, sino la capacidad, preparación... de los candidatos. Son egoístas, y quieren al mejor porque será quien les consiga más beneficio.
Son los gobiernos quienes deben propiciar que las mujeres tengan la posibilidad de optar a esos puestos que pueden ofrecer empresarios como Florentino o Botín, o que sean ellas mismas las que monten y triunfen con su propia empresa. Y eso sólo se consigue habilitando las herramientas necesarias para hacer compatible la vida laboral con la familiar. Y no me refiero únicamente a que tengan más o menos días de baja maternal, sino a que cuando una mujer, por ejemplo, se queda embarazada, el empresario pueda disponer de algún tipo de ayuda que le permita formar durante un tiempo a la persona que sustituirá a su trabajadora cuando esté de baja maternal; y otra ayuda para contratarla durante la baja. Así no se lo pensará cuando -insisto, es sólo un ejemplo- valore los pros y los contras a la hora de contratar a una mujer.
Hace falta un cambio de mentalidad en la sociedad, por supuesto, pero también esas herramientas -dinero- gubernamentales que un día nos pongan en un escenario de futuro ideal: "las medidas de conciliación dejarán de ser tales y pasarán a ser medidas de retención, de lógico funcionamiento, porque la empresa que no ofrezca este tipo de organización que permita compaginar con normalidad la atención a la familia y al trabajo se quedará sin empleados cualificados y sin alto rendimiento. Supondrá el triunfo de la igualdad plena" (Diario El Mundo. Suplemento Mercados. Artículo "Cuando la mujer llega y además manda", de Tino Fernández. Págs 22 y 23. Domingo, 27 de febrero de 2011).
Mientras esto no pase, mal vamos. Tanto las mujeres como... los hombres porque, como dice mi cuñao, "si las mujeres gobernaran el mundo, nos iría a todos mejor". Cada vez estoy más de acuerdo con él.
1 comentario :
Tu cuñao debe de ser un tío observador. De acuerdo con la mayor parte de lo que dices, no puedo estar de acuerdo en lo de que los mercados ponen a cada uno en su sitio. Como estamos comprobando actualmenten estos se pueden manipular y redirigir. El debate de políticas de la mujer si o no lo veran nuestros nietos como algo simpático; espero.
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