A falta de tres semanas para la gran cita (Maratón de Valencia, 27 de noviembre) las sensaciones son buenas.... muy buenas.Tal y como indica mi plan de entrenamiento, hoy debía participar en una media maratón, y hacerlo a una alta intensidad (a muerte, digo yo). Por ello, la cita obligada era la media maratón de Granada. Cierto que no es el mejor lugar para hacer tiempo (el recorrido presenta muchos alti-bajos, y es una especie de rompepiernas), y que tampoco era el mejor momento una semana después de la media maratón de Jaén, pero finalmente decidí asumir el reto arriesgando al máximo en Granada, y corriendo despacito en Jaén (a pesar de que mi objetivo en Jaén era hacer 1h45', finalmente hice 1h40', cinco minutos menos de lo previsto, porque hay momentos en los que no te puedes controlar).
El año pasado hice la media de Granada en 1h35', y el objetivo de este año era, según el plan de entrenamiento, 1h32'... tres minutos menos.... ¡¡¡una barbaridad!!! Y finalmente lo he conseguido. Mi tiempo oficioso ha sido de 1h32'28'', como da fe la fotografía de la derecha, justo del momento de mi entrada en meta (aunque no se ven los segundos, sí recoge la hora y 32 minutos)
Reconozco que he sufrido bastante..... ¡¡¡muncho!!!, pero ha merecido la pena.
La satisfacción es grande no sólo porque consigues tu objetivo, sino también porque he probado a ir rápido, mucho más rápido de lo que son mis tiempos, y el cuerpo ha respondido.
Estoy deseando que llegue Valencia. Ya os contaré.
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