Mi hijo de diez años estudia quinto de Primaria. Hace unos días se preparaba un examen sobre los animales. Estudiaba cosas como que hay dos tipos de animales: (seguro que lo sabéis) los vertebrados y los invertebrados.
Los primeros, esto es, lo vertebrados, se dividen a su vez en mamíferos, aves, reptiles, peces y anfibios. Cada uno con sus características correspondientes.
Hasta aquí bien. Pero lo de los segundos, los invertebrados, tiene su miga. Se dividen en... (a ver si lo digo bien) artrópodos, moluscos, anélidos o gusanos, equinodermos, poríferos o esponjas, y cnidarios. Cada uno, igualmente, con sus características. Pero, además, los artrópodos se subdividen en insectos, arácnidos, crustáceos y miriápodos.
Supongo que será importante saber que un molusco se caracteriza, entre otras cosas, por ser gasterópodos-bivalvo-cefalópodo. O que los cnidarios (está bien escrito) tienen el cuerpo en forma de saco con tentáculos. O que los anfibios son ovíparos y heterótrofos.
Todo esto un niño de diez años. ¿De verdad que es tan importante tanto nivel de detalle?
Yo, qué queréis que os diga, definir algo como molusco bivalvo me suena casi hasta a insulto. Es más fácil hablar de... (¿decía molusco bivalvo?).... pues... almeja.
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