Hace algunos días me dio un vuelco el corazón al enterarme por un anuncio en televisión de que regresaba Expediente X. Serie mítica de los años 90, debo reconocer que estaba completamente hipnotizado por ella; tanto que de regreso del viaje fin de carrera, me las arreglé para que el chófer del autobús parase en un área de servicio a la hora en que emitían el capítulo de esa semana, y así poder verlo mientras cenábamos.
Era el canal Cuatro quien empezaba a emitir nuevos capítulos, y para mí fue casi como si me tocara el gordo de la lotería de navidad.
A las 22,50 horas del pasado martes estaba un servidor frente a la tele, con todo hecho, y con la única intención de disfrutar de las aventuras de Mulder y Scully. Los dos capítulos que emitieron (al parecer serán dos cada martes) fueron raros, al más puro estilo Expediente X, pero disfruté como un enano recordando viejos tiempos.
La cosa se torció antes del final del segundo episodio. Hubo un corte para la publicidad a las 23,55 horas, y no regresó la película hasta las 00,25 horas. ¡¡¡Media hora de publi... del tirón!!! Me quedé todo el rato frente al televisor porque no quería perderme el final, entendiendo que sería el último corte publicitario, y por eso duraría más. Cuando la desesperación iba adquiriendo cotas de cabreo y algún calificativo más que me voy a ahorrar, allí seguí, sin moverme y ya por cabezonería cronometrando cuánto duraría.
Pues sí, media horita de bellón.
La excitación inicial por ver nuevos capítulos de una de mis series favoritas se tornó en cabreo monumental.
Entiendo que una empresa privada como es Cuatro tiene como misión ganar dinero, y eso se hace principalmente emitiendo anuncios. Pero si esos anuncios no los ve nadie, y el anunciante deja de contratarlos porque el canal no tiene audiencia, la cosa se le complica. Pues he aquí mi nueva guerra. Desde este momento Cuatro ha perdido un cliente. Que no cuenten conmigo para ver anuncios comerciales y, entre mensaje y mensaje, capítulos de Expediente X. A partir de ahora, y con todo el dolor de mi corazón, no veré la serie en directo. La grabaré para verla al día siguiente, lógicamente pasando los cortes publicitarios.
Es lo que tienen estas cosas.
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