Earl Stone, encarnado por Eastwood, es un ex combatiente estadounidense que tras muchos años dedicándose a su pasión, cultivar flores, se ve arruinado, peleado con su familia, y con un futuro más que incierto pues ronda los 80 años.
Por casualidad se ve conduciendo su camioneta como transportista de droga (mula) para un cártel mexicano. Lo hace tan bien que se convierte en el mejor correo de la empresa, y eso le permite no sólo sanear ampliamente su economía sino también ser muy bien considerado entre los traficantes.
Esta es la trama de Mula, la última película de Clint Eastwood que lleva unos días en la cartelera. Eastwood asume otra vez los papeles de director y protagonista, y la verdad es que los borda. Encontramos a un octogenario totalmente conseguido tanto en su complicada situación económica, como en la difícil relación que mantiene con su familia de la que se alejó hace años.
Earl presenta dos caras: la exitosa ante los amigos, y la desastrosa como esposo, padre y abuelo. Aunque es precisamente el amor de/hacia su nieta lo que le hace reflexionar y dar un giro en su vida haciendo bueno aquel dicho de que más vale tarde que nunca.
La historia se complica cuando la DEA persigue los pasos de la mejor mula del cártel, y Earl se ve atrapado en una serie de frentes en los que nunca pensó haberse visto implicado.
Mula es una nueva película donde encontramos a Eastwood en el más puro estilo Eastwood; partiendo de un tema muy de actualidad (el tráfico de droga), lo sentimentaliza cuando los narcotraficantes se aprovechan de la situación de debilidad de un anciano. Si a ello le unimos esa trama de dificultad familiar que lleva al anciano a enfrentarse a los miedos de toda su vida que siempre dio de lado... encontramos una gran película.
Muy aconsejable ver con un final a lo Eastwood, es decir, no se sabe muy bien si es feliz o infeliz. Vedla y decididlo vosotros mismos.
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