martes, 12 de marzo de 2019

El "Dragón 3" se atraganta un poquito

Hay un viejo dicho cinéfilo, después aplicado a multitud de ámbitos, que pone en duda el que las segundas parte sean buenas. Hoy hablamos de Como entrenar a tu dragón 3.
Vi la primera parte, y me resultó atractiva. Un muchacho vikingo (Hipo) inicia una amistad con un dragón cachorro (Desdentao); dos especies enfrentadas a muerte que acaban siendo una sola, concluyendo así la cruenta guerra que libraban desde hace años.
La segunda parte también me gustó. Disfrutamos de una aventura donde vikingos y dragones viven/luchan/ríen/lloran... juntos. Sus intereses son comunes, y tanto esa acción como la aparición de algún personaje inesperado hacen que el interés se mantenga.
En esta tercera entrega veo demasiada similitud con la segunda en el sentido de que volvemos a tener aventuras de vikingos y dragones contra enemigos comunes. Ya digo, fórmula repetida que resulta pesada por momentos. Lo distinto y quizá más interesante sea la aparición de un elemento distorsionante que cuestiona la fortaleza de la amistad entre Hipo y Desdentao. Como suele ocurrir en este tipo de películas, a los dibujitos, las batallas, los sketchs... se une algo más; en este caso la necesidad de definir qué es lo verdaderamente importante en la vida, y si somos capaces de alcanzar nuestras metas por nuestros propios medios, o necesitamos forzosamente el apoyo de alguien. Algo recurrente en las películas de animación que siempre he dudado de que llegue a ser entendido por su público infantil.
En resumen, cinta entretenida pero que llega a cansar por momentos.


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