Esta foto forma parte de mi historia. Es a la que más cariño le tengo. La encontré hace un par de años, y casi por casualidad. Fue tomada allá por el año 1977, y en ella aparece un servidor y mi buen amigo Juan de Lola (se llama Juan, pero como su madre se llama Lola, se ahorra el mote porque todos lo llamábamos entonces, y lo seguimos haciendo ahora, Juan de Lola). Él es mayor que yo porque nació el día 8 de un mes, y yo el 27. Vivíamos en la misma calle -sólo nos separaban 3 casas- de un pueblo de 600 habitantes de la España -Andalucía- más profunda que nos podamos imaginar.
Pasamos juntos muy buenos ratos, recuerdos que se han avivado con esta instantánea tomada frente a la pared de la casa de Nati y Miguel -los dos murieron ya, y es que siempre los conocí ancianos-, y comíamos una de las riquísimas tortas de aceite de Pepe el panaero -también murió-, que en el centro tenían un puñaíllo de azúcar, que siempre dejábamos para el final porque era lo mejor de todo.Lo dicho, aquí está el tío, con su pinta incluida. Es mi memoria histórica de la que no sólo no reniego, sino que la muestro orgulloso.
No hay comentarios :
Publicar un comentario