Leo hoy en la prensa que algún responsable público se quejaba ayer, durante el debate en un consejo de administración, que los mismos suyos le ningunearon en su propio medio de comunicación cuando dejó de ser un puntal importante en la formación política a la que pertenecía y aún hoy pertenece.
No sé si lo que recogen hoy los medios locales es reproducción fiel y exacta de las palabras del lamento/crítica/tiro a matar, o hay algún error de entendimiento o interpretación, pero lo cierto es que no se corresponden al 100% con lo que sucedió en aquel momento. No obstante, entiendo las quejas de la persona en cuestión.
En cualquier caso, esas críticas forman ya parte del pasado, o al menos deben hacerlo. Digo esto porque el puteo de antaño debe ser alegría presente. Así es, o al menos debe ser, porque quien ahora se lamenta, meses antes de su caída en desgracia ofreció (no sé si porque podía, o simplemente no podía pero lo hizo para vacilar) a alguien (de los suyos; me atrevería a decir incluso alguienes, pero lo dejaré en un simple alguien) un cargo en el medio de comunicación del que estamos hablando desde un principio. Pues bien, ese alguien ocupa ahora en esa misma empresa un cargo más importante del que en su día le ofrecieron. Por eso digo que, como están los nuestros, el no salir se ha acabado y ha sido sustituido por el salir mucho, ¿verdad?.
P.D. 1.- ¿Quiénes son los nuestros?
P.D. 2.- ¿Y los de otros?
P.D. 3.- ¿Podemos aplicar aquí aquello de ¡al suelo que vienen los nuestros!?
MORALEJA: La vida... y... las chaquetas de pana.
No sé si lo que recogen hoy los medios locales es reproducción fiel y exacta de las palabras del lamento/crítica/tiro a matar, o hay algún error de entendimiento o interpretación, pero lo cierto es que no se corresponden al 100% con lo que sucedió en aquel momento. No obstante, entiendo las quejas de la persona en cuestión.
En cualquier caso, esas críticas forman ya parte del pasado, o al menos deben hacerlo. Digo esto porque el puteo de antaño debe ser alegría presente. Así es, o al menos debe ser, porque quien ahora se lamenta, meses antes de su caída en desgracia ofreció (no sé si porque podía, o simplemente no podía pero lo hizo para vacilar) a alguien (de los suyos; me atrevería a decir incluso alguienes, pero lo dejaré en un simple alguien) un cargo en el medio de comunicación del que estamos hablando desde un principio. Pues bien, ese alguien ocupa ahora en esa misma empresa un cargo más importante del que en su día le ofrecieron. Por eso digo que, como están los nuestros, el no salir se ha acabado y ha sido sustituido por el salir mucho, ¿verdad?.
P.D. 1.- ¿Quiénes son los nuestros?
P.D. 2.- ¿Y los de otros?
P.D. 3.- ¿Podemos aplicar aquí aquello de ¡al suelo que vienen los nuestros!?
MORALEJA: La vida... y... las chaquetas de pana.
4 comentarios :
Ni los nuestros, ni los suyos ni los de otros lo habrían descrito mejor... Como siempre, toda mi admiración, querido.
Esto no es cuestión de algunos, otros ni "hunos" ni otros, es cuestión de nóminas. Al abrigo de la derrota puede vivirse bien. La nómina, camino de aval de algo, la nueva chaqueta "travestida" y ante todo, la nómina.
Le repito, este partido ha perdido el norte, después de perder toda una provincia, sólo le queda... ¿a que ya sabe lo que es? Sí, amigo, las nóminas.
Pero vamos a ver, ¿quienes son los que vetan querido runner? Según dice la prensa amarilla local, hasta un humilde plumilla de deportes también vetaba a la innombrable...
Vete a tu casa a vetarte de por vida por no ser ni querida ni votada, querida vetada...
muchas nóminas abrigadas por el poder entre un par de comentarios. El segundo es sutil a la par que directo, quienes saben leer entre líneas lo entienden. Qué futurazo nos espera, ¿señores?
Publicar un comentario