No me gusta la Semana Santa por lo mucho que tiene de teatro y lo poco de sentir religioso. Me refiero, lógicamente, a la Semana Santa como una manifestación religiosa, porque a nadie le discuto su grandísima vertiente de manifestación cultural. De hecho, soy el primero en ir a admirar las procesiones.
Por mi trabajo -aunque también por mi propia experiencia personal- siempre he estado muy cerca de los pasos procesionales, y he visto una excesiva parafernalia más propia de una representación teatral. Eso no quiere decir que no haya emotividad; la hay y mucha... y en tanta cantidad que en ocasiones te contagia.
Este año ha sido diferente. He vuelto a sentir lo teatral, como esperaba, pero también he detectado lo otro en mayor medida que en ocasiones anteriores. Gente que en lugar de buscar el protagonismo ante las cámaras, opta por el anonimato, por hacer su estación de penitencia sin que nadie tenga que saberlo porque a nadie le interesa. Personas -muchas- que se quedan un paso detrás de los focos porque están allí para otra cosa.
Me apunto a esta Semana Santa.
Por mi trabajo -aunque también por mi propia experiencia personal- siempre he estado muy cerca de los pasos procesionales, y he visto una excesiva parafernalia más propia de una representación teatral. Eso no quiere decir que no haya emotividad; la hay y mucha... y en tanta cantidad que en ocasiones te contagia.
Este año ha sido diferente. He vuelto a sentir lo teatral, como esperaba, pero también he detectado lo otro en mayor medida que en ocasiones anteriores. Gente que en lugar de buscar el protagonismo ante las cámaras, opta por el anonimato, por hacer su estación de penitencia sin que nadie tenga que saberlo porque a nadie le interesa. Personas -muchas- que se quedan un paso detrás de los focos porque están allí para otra cosa.
Me apunto a esta Semana Santa.
6 comentarios :
Esa es la semana santa que hay que potenciar. Un puro espectáculo teatral, que a los que nos odian les encanta resaltar, es lo que más daño le hace a esta manifestación de fe, a sus hermandades y al pueblo cristiano en general.
Nadie puede negar el potente cultural que conlleva, pero eso no debe centrar para nada la labor penitencial, de oración, de recogimiento y fe que guía a una hermandad en la calle. Y cuya labor catequética conlleva el transmitir la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Luego como siempre, de todo hay en la viña del Señor. Desde figurantes a figurones.
Me alegra que haya sabido apreciar algo tan inapreciable como resulta el anonimato de penitencia de un hermano que sin duda es modelo a seguir para el cristiano cofrade.
Si se busca el recogimiento y el anonimato, la vivencia de la fe íntima. ¿Porqué no se quedan en sus iglesias orando, sin necesidad de esas salidas masivas que inundan las calles?
Hombre, estoy con usted, lo principal suele ser siempre lo que no se ve. Aunque también le puedo decir que a lo largo de la Estación de penitencia de una hermandad hay muy poca gente que no guarda el anonimato, y los que lo hacen es por auténtica necesidad.
Los niños pequeños por motivos obvios, los acólitos porque sus trajes son esos, los capataces porque el trabajo que hacen con caperuz provoca problemas y el grupo de costaleros que sigue tras el paso porque realizan una actitud de hermandad hacia sus hermanos que van bajo el paso y se hace siempre necesario que un grupo siga detrás del paso para poder llevar agua, cañas, escaleras...etc.
No sé si se refiere a ellos en su artículo, espero que mi explicación le sirva.
Si su referencia iba por las mantillas... en fin, es un largo debate que lleva muchos años presente en las hermandades de Jaén. La tradición o los estatutos. Es tema distinto al que yo me refiero.
Un saludo
Sr Armenteros;
Las cofradías al salir a la calle y hacer estación de penitencia se hace una profesión PÚBLICA de fe.
El recogimiento se tiene todo el año, todos los días de la vida. La penitencia pública sólo un día al año. ¿En serio le parece tan mal?
Lo que me parece, señor cofrade, es que algunos penitentes, no digo usted, sólo hacen profesión de fe ese día de Semana Santa, el resto del año, ni pisan una iglesia, ni viven acordes con su doctrina, que como habrá notado no es la mía.
Ningún cristiano tiene la obligación de ser perfecto, sino la de seguir el camino de ser cada día mejor.
Si ese cofrade, cada año, es capaz de darse cuenta de algo más, me conformo.
De todos modos siempre hay de todo en la viña del Señor. De todos modos, yo no le pido que siga mis creencias ni que siga las procesiones, sólo pido que se respete una tradición con una fuerza cultural y religiosa que es capaz de arrastrar a más gente que ninguna otra. Si una ciudad es capaz de sacrificar su tráfico para una Fiesta de la Primavera, unas Campanadas, un Carnaval, una Cabalgata musical...etc; no creo que deba ser un problema los cortejos procesionales.
Las calles de las ciudades deben ser foros sociales de convivencia, y por ello veo magnífico cualquier actividad que sea capaz de reunir a toda una ciudad en torno a una misma situación. (visión social de la semana santa)
Un saludo.
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