Querido José Luis:
El otro día se lo decía yo a un colega. Sigo creyendo firmemente que si hubiera que elegir a los dos mejores concejales que ha tenido en toda su historia el Ayuntamiento de Jaén, tú serías, sin lugar a dudas, uno de ellos. Así lo he pensado desde que te conozco laboralmente -en lo personal no hemos tenido la suerte, o desgracia, quién sabe, de coincidir-, así lo he dicho desde entonces tanto en público como en privado, y así sigo pensando y manteniéndolo, a pesar de todo, a día de hoy.
Durante varios años he sido testigo, en primera persona, de unas espléndidas intervenciones parlamentarias donde un tipo, a pesar de saber que iba a perder, no decaía en el ánimo. Contrincante durísimo, más que preparado, de fina ironía pero directo cuando hacía falta. En más de una ocasión estuvo a punto de perder la paciencia -y mira que eso es difícil- al verse arrollado por una particular manera de entender el poder, cuando además no hacía falta porque sólo sumaba 2 de 27.
Tu número sigue siendo el 2, aunque ha ganado en musculatura. Y es que si no fuera por él, el Gobierno habría perdido por KO más de uno de los muchos asaltos disputados a lo largo de estos dos años. En ocasiones da vergüenza ajena la manera que tienen algunos de esconderse detrás de tu figura; apuestan a valor seguro, un nivel que ellos no alcanzarían ni aunque se les presentara el Genio de la lámpara maravillosa.
Entiendo que el pacto es difícil. También entiendo que resulta complicado lidiar con los mismos tuyos en un partido tan peculiar como Izquierda Unida. Sin embargo, te reconozco poco en el affaire del No a la tala.
No comprendo que un partido cuyo apellido es Los Verdes, permita lo que está permitiendo; y mucho menos que lo haga siendo su representante un tipo de férreos principios llamado José Luis. Estoy convencido de que si has tomado esa decisión es porque no había otra salida, pero permíteme que te exprese mi desconcierto.
Considero injustos los muchos chistes que escucho contra ti estos días, y por eso me gustaría conocer los motivos que te han llevado a adoptar esa postura.
En espera de tus noticias, recibe los Saludos Cordiales de un administrado de tu Gobierno que no hace más que expresar su deseo por conocer (aunque creo que también algo más).
El otro día se lo decía yo a un colega. Sigo creyendo firmemente que si hubiera que elegir a los dos mejores concejales que ha tenido en toda su historia el Ayuntamiento de Jaén, tú serías, sin lugar a dudas, uno de ellos. Así lo he pensado desde que te conozco laboralmente -en lo personal no hemos tenido la suerte, o desgracia, quién sabe, de coincidir-, así lo he dicho desde entonces tanto en público como en privado, y así sigo pensando y manteniéndolo, a pesar de todo, a día de hoy.
Durante varios años he sido testigo, en primera persona, de unas espléndidas intervenciones parlamentarias donde un tipo, a pesar de saber que iba a perder, no decaía en el ánimo. Contrincante durísimo, más que preparado, de fina ironía pero directo cuando hacía falta. En más de una ocasión estuvo a punto de perder la paciencia -y mira que eso es difícil- al verse arrollado por una particular manera de entender el poder, cuando además no hacía falta porque sólo sumaba 2 de 27.
Tu número sigue siendo el 2, aunque ha ganado en musculatura. Y es que si no fuera por él, el Gobierno habría perdido por KO más de uno de los muchos asaltos disputados a lo largo de estos dos años. En ocasiones da vergüenza ajena la manera que tienen algunos de esconderse detrás de tu figura; apuestan a valor seguro, un nivel que ellos no alcanzarían ni aunque se les presentara el Genio de la lámpara maravillosa.
Entiendo que el pacto es difícil. También entiendo que resulta complicado lidiar con los mismos tuyos en un partido tan peculiar como Izquierda Unida. Sin embargo, te reconozco poco en el affaire del No a la tala.
No comprendo que un partido cuyo apellido es Los Verdes, permita lo que está permitiendo; y mucho menos que lo haga siendo su representante un tipo de férreos principios llamado José Luis. Estoy convencido de que si has tomado esa decisión es porque no había otra salida, pero permíteme que te exprese mi desconcierto.
Considero injustos los muchos chistes que escucho contra ti estos días, y por eso me gustaría conocer los motivos que te han llevado a adoptar esa postura.
En espera de tus noticias, recibe los Saludos Cordiales de un administrado de tu Gobierno que no hace más que expresar su deseo por conocer (aunque creo que también algo más).
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