miércoles, 27 de mayo de 2009

Saber o no saber

El prestigioso director de fotografía cinematográfica, Carlos Suárez, ha estado en Jaén impartiendo un curso en la Escuela Municipal de Cine sobre el arte que domina. Yo estuve en la presentación, y me llamó mucho la atención algo de lo que dijo. Aseguraba que estaba compaginando en los últimos años su carrera profesional con la docencia porque cuando era joven lo pasó tan mal, le costó tanto aprender, que ahora no quiere que a los que empiezan les ocurra lo mismo. Vino a decir algo así como que Quiero aportarles, para que lo tengan más fácil, todo lo que yo he aprendido con tanto esfuerzo.
Alguien fue más allá y le preguntó si consideraba importante la formación de los futuros profesionales. Su respuesta fue, a mi entender, magistral. Exactamente dijo así: Resulta imprescindible escribir sin faltas de ortografía. Otra cosa es que después las hagas adrede. Tienes, al menos, la opción de elegir. Y eso ya es mucho. Otros no cuentan más que con una salida, que además resulta triste, muy triste.
Ya lo dice aquel viejo proverbio chino: El saber no ocupa lugar. Y si incluso sirve para hacernos libres, mejor que mejor.
En alguna ocasión me vi en la disyuntiva de elegir entre formación sí frente a formación no. Finalmente opté por la primera, y pronto comprobé que no me había equivocado.
Existen sus excepciones, como todo en la vida, pero nadie me negará que un analfabeto funcional con un arma en la mano resulta peligrosísimo. Y quizá lo menos importante sea que pueda pegarse un tiro; lo realmente trágico es que pueda matar a alguien. Y eso, por desgracia, pasa demasiado en nuestra sociedad, y no en la lejana, sino en el entorno más próximo.


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