Éstos son para mí unos días especiales. Mi esposa está fuera y yo me encargo de la casa; de la casa y de los niños. He pedido libre en el trabajo desde hoy miércoles hasta pasado mañana, aunque mi papel de Señor Rodríguez no acabará hasta el sábado.
Siempre he dicho -quien me conoce lo sabe- que no me importaría ejercer de amo de casa si mi esposa encuentra un trabajo que nos resulte más rentable que el mío. Ahora, estos días, tengo la posibilidad de demostrar que soy capaz de ello, aunque tampoco creo que se puedan sacar demasiadas conclusiones porque son únicamente cuatro días y todo está controlado: la comida pensada, la ropa de los niños elegida (la de Lucía era la que más me preocupaba), el lavar- fregar- planchar... tampoco es problema porque no pienso ni tocarlos...
Llevo unos días pensando en todo esto, y la verdad es que la primera jornada la he solventando con holgura (eso creo). Lo que más me preocupaba de todo, quizá os provoque risas pero es así, lo que más intranquilo me tenía era peinar a Lucía. A Guillermo lo tengo controlado, pero a la niña... ni idea. He optado por las felpas, y la verdad es que no quedan mal. Las coletitas, cola de caballo, pincitas de colores, etcétera me resulta todavía imposible, de ahí que lo deje para otra ocasión.
Para el almuerzo he tirado de plancha -soy el experto en las romerías- para hacer filetes de pavo, y he quedado mejor que Arguiñano. La cena no ha sido problema pues hemos ido al burguer.
Lo dicho, primer día de Rodríguez que no ha estado mal. Además, he estrenado el delantal de El Padrino que compré en Florencia en noviembre y que no había tocado desde que lo colgué en la alcayata de la cocina. Por tanto, y por ahora, todo están siendo ventajas.
Siempre he dicho -quien me conoce lo sabe- que no me importaría ejercer de amo de casa si mi esposa encuentra un trabajo que nos resulte más rentable que el mío. Ahora, estos días, tengo la posibilidad de demostrar que soy capaz de ello, aunque tampoco creo que se puedan sacar demasiadas conclusiones porque son únicamente cuatro días y todo está controlado: la comida pensada, la ropa de los niños elegida (la de Lucía era la que más me preocupaba), el lavar- fregar- planchar... tampoco es problema porque no pienso ni tocarlos...
Llevo unos días pensando en todo esto, y la verdad es que la primera jornada la he solventando con holgura (eso creo). Lo que más me preocupaba de todo, quizá os provoque risas pero es así, lo que más intranquilo me tenía era peinar a Lucía. A Guillermo lo tengo controlado, pero a la niña... ni idea. He optado por las felpas, y la verdad es que no quedan mal. Las coletitas, cola de caballo, pincitas de colores, etcétera me resulta todavía imposible, de ahí que lo deje para otra ocasión.
Para el almuerzo he tirado de plancha -soy el experto en las romerías- para hacer filetes de pavo, y he quedado mejor que Arguiñano. La cena no ha sido problema pues hemos ido al burguer.
Lo dicho, primer día de Rodríguez que no ha estado mal. Además, he estrenado el delantal de El Padrino que compré en Florencia en noviembre y que no había tocado desde que lo colgué en la alcayata de la cocina. Por tanto, y por ahora, todo están siendo ventajas.
2 comentarios :
si no piensas lavar, fregar, ni nada, que clase de amo de casa eres? cuando venga tu mujer va a tener que trabajar el triple.eso no se hace.
bueno que te vaya bien lo que te queda.
Pues vaya amo de casa, que no piensa hacer nada. solo cuidar a los niños y darles de comer.Cuando llegue tu esposa, se pensarà el irse otra vez, porque la pobre tendrà el trabajo atrasado de 4 dìas. NO te da pena?.
Publicar un comentario