Hoy hemos vuelto de la playa. El regreso ha sido mucho más triste que la ida, aunque tampoco demasiado porque aún queda una semana más sin tener que ir al curro... pero, claro, da lástima que la playa quede ya tan lejana.
Nos hemos despedido, como siempre, cultivando de manera intensa la cultura gastronómica de nuestro lugar de estancia esta semana. Ha sido sólo el desayuno, pero haciendo honor al ansia del pobre, es decir, reventar antes que sobre.
Lo dicho, nos levantamos temprano, desayuno completo, y camino de regreso. A eso de las tres de la tarde estábamos ya reposando en tierras jienenses. Lo que más me ha llamado la atención es el calor. Por televisión nos informábamos de la ola de calor que sufría la provincia, pero una cosa es verlo en la distancia, y otra muy distinta el padecerlo en primera persona. ¿Madre mía qué calor!. Creo que es la primera vez en mi vida que pongo el aire acondicionado en el piso a las once y pico de la noche.
Con este ambiente se echa de menos la playa más todavía. Bueno, nos conformaremos con la piscina y alguna litrona que otra de fresquita cerveza El Alcázar. Aunque tampoco se puede abusar demasiado porque también he tenido mi primer contacto con la temida báscula tras una época de mucha glotonería. Y la verdad es que no ha ido la cosa tan mal como el año pasado. Apenas si he engordado un kilo. Mañana mismo empiezo a rebajarlo. A las seis estaré levantado para hacer una tirada larga; unos 18 kilómetros, tengo previsto. Ya veremos si el calor me deja dormir, y cuando suene el despertado me apetece salir. Al menos esta noche esa es mi intención. Aunque también sabemos que por la noche se coge mucha aceituna en los bares; la cosa cambia al día siguiente cuando el bocazas está en el tajo. Espero que a mí no me pase. Ya os contaré.
Nos hemos despedido, como siempre, cultivando de manera intensa la cultura gastronómica de nuestro lugar de estancia esta semana. Ha sido sólo el desayuno, pero haciendo honor al ansia del pobre, es decir, reventar antes que sobre.
Lo dicho, nos levantamos temprano, desayuno completo, y camino de regreso. A eso de las tres de la tarde estábamos ya reposando en tierras jienenses. Lo que más me ha llamado la atención es el calor. Por televisión nos informábamos de la ola de calor que sufría la provincia, pero una cosa es verlo en la distancia, y otra muy distinta el padecerlo en primera persona. ¿Madre mía qué calor!. Creo que es la primera vez en mi vida que pongo el aire acondicionado en el piso a las once y pico de la noche.
Con este ambiente se echa de menos la playa más todavía. Bueno, nos conformaremos con la piscina y alguna litrona que otra de fresquita cerveza El Alcázar. Aunque tampoco se puede abusar demasiado porque también he tenido mi primer contacto con la temida báscula tras una época de mucha glotonería. Y la verdad es que no ha ido la cosa tan mal como el año pasado. Apenas si he engordado un kilo. Mañana mismo empiezo a rebajarlo. A las seis estaré levantado para hacer una tirada larga; unos 18 kilómetros, tengo previsto. Ya veremos si el calor me deja dormir, y cuando suene el despertado me apetece salir. Al menos esta noche esa es mi intención. Aunque también sabemos que por la noche se coge mucha aceituna en los bares; la cosa cambia al día siguiente cuando el bocazas está en el tajo. Espero que a mí no me pase. Ya os contaré.
1 comentario :
Hasta a pies de Sierra Nevada hace calor. Nos olvidamos pronto que estamos en verano. A mi me ha ido peor en lo referente a la báscula. Tengo la suerte de aprovechar todo lo que como. Espero seguir el plan trazado para el maratón de Málaga y no arrepentirme de esas ricas tortitas mañaneras con chocolate.
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