La Asociación de la Prensa de Jaén (APJ) celebra en este año 2011 su centenario. Para conmemorar una fecha tan importante se ha decidido, entre otras cosas, realizar una publicación especial: La Hoja del Lunes.
La verdad es que me parece acertado porque estamos utilizando para el presente todo un símbolo del pasado, y también de cara al futuro. Y es que La Hoja del Lunes representa mucho más que un simple periódico.
Hace unos días que me llegó un ejemplar, y tengo que reconocer que me quedé con la boca abierta. Así fue por la sorpresa negativa que me llevé. No voy a entrar a analizar los contenidos de los artículos publicados -colaboró quien quiso, y me parece cojonudo-. Sin embargo, no entiendo que alguien haya dado el visto bueno a la publicación de algo como esta Hoja del Lunes de Jaén. Me estoy refiriendo a la maquetación.
El formato elegido es el denominado sábana; algo muy extendido sobre todo en países anglosajones, que no es ni mejor ni peor que el nuestro, es simplemente diferente. Pero el formato sábana, en prensa, tiene unas normas de diseño que no consiste en aplicar los mismos criterios que el que encontramos en los periódicos normales (permitidme el término).
El formato sábana es propio de un tiempo donde el diseño, el arte, la maquetación no es que estuviera poco desarrollado, es que ni siquiera se tenía en cuenta. Lo importante era escribir, y mucho, de ahí que cuanto más grande fuera la página, más espacio en el que meter cosas. Por eso, en cada página de periódico sábana encontramos 20, 30, 40... informaciones distribuidas de tal forma que se podían leer perfectamente al doblar el periódico varias veces para poder usarlo mejor (intentar leerlo desplegado completamente es bastante más que incómodo).
Pues bien, la APJ ha elegido un formato sábana pero diseñado con unos criterios erróneos, por lo que en lugar de una publicación conmemorativa nos encontramos con el Periódico de Gulliver: gigantesco y, como consecuencia, feo con gana. Fotos horribles de lo grandes que son; textos de extensión normal pero impresos en unas letras a cuerpo XXL -para rellenar todo el espacio- que no sólo no son atractivos, sino que te echan para atrás.
Alabo la iniciativa, pero creo que hay que poner un poquito más de cuidado porque si nosotros mismos ponemos en duda nuestra profesionalidad, nos vamos por el buen camino.
Hace unos días que me llegó un ejemplar, y tengo que reconocer que me quedé con la boca abierta. Así fue por la sorpresa negativa que me llevé. No voy a entrar a analizar los contenidos de los artículos publicados -colaboró quien quiso, y me parece cojonudo-. Sin embargo, no entiendo que alguien haya dado el visto bueno a la publicación de algo como esta Hoja del Lunes de Jaén. Me estoy refiriendo a la maquetación.
El formato elegido es el denominado sábana; algo muy extendido sobre todo en países anglosajones, que no es ni mejor ni peor que el nuestro, es simplemente diferente. Pero el formato sábana, en prensa, tiene unas normas de diseño que no consiste en aplicar los mismos criterios que el que encontramos en los periódicos normales (permitidme el término).
El formato sábana es propio de un tiempo donde el diseño, el arte, la maquetación no es que estuviera poco desarrollado, es que ni siquiera se tenía en cuenta. Lo importante era escribir, y mucho, de ahí que cuanto más grande fuera la página, más espacio en el que meter cosas. Por eso, en cada página de periódico sábana encontramos 20, 30, 40... informaciones distribuidas de tal forma que se podían leer perfectamente al doblar el periódico varias veces para poder usarlo mejor (intentar leerlo desplegado completamente es bastante más que incómodo).
Pues bien, la APJ ha elegido un formato sábana pero diseñado con unos criterios erróneos, por lo que en lugar de una publicación conmemorativa nos encontramos con el Periódico de Gulliver: gigantesco y, como consecuencia, feo con gana. Fotos horribles de lo grandes que son; textos de extensión normal pero impresos en unas letras a cuerpo XXL -para rellenar todo el espacio- que no sólo no son atractivos, sino que te echan para atrás.
Alabo la iniciativa, pero creo que hay que poner un poquito más de cuidado porque si nosotros mismos ponemos en duda nuestra profesionalidad, nos vamos por el buen camino.
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