Ha vuelto a ocurrir. Una vez más es la consecuencia de aplicar la máxima del Rey de Reyes, esto es, poner a cualquiera en cualquier sitio, por muy inútil que esa, porque pasados los primeros días, ya nadie se acuerda.
Una cosa es que los periodistas disimulemos ante las meteduras de pata de nuestros responsables públicos, y otra que seamos gilipollas. Lo peor llega cuando estas personas que no la han visto más gorda se crecen con discursos infumables, faltos de sentido pero llenos de ignorancias, y en lugar de reconocer sus limitaciones se creen los reyes del mambo.
Una lástima que algunos no se apliquen aquello de no es por no ir, pero ir pa ná... Pues eso, que en boca cerrada no entran moscas, y no hay peor ciego que el que no quiere ver. Así nos va.
Por cierto, también hay que mirar un poquito hacia dentro. Vaya tela los dobles raseros y varas de medir que tienen algunos. Utilizan el embudo a su antojo. Siempre con el lado gordo para ellos, y el chico para los demás. Un poquito de por favor porque si empezamos, empezamos, y si no, pues nos esperamos... pero nunca, nunca adelantarnos (está muy feo). Eso sí, siempre usando el mismo criterio. Sobre todo porque para ser pareja de baile de Benji, y estar a la altura, claro, no sólo hay que tener clase sino además aparentarla... pero, sobre todo, tenerla.
2 comentarios :
no se de que va este articulo.
¿podrias explicarte un poco mas o un mucho mas?
Sólo dos cosas.
Una. En algunas comparecencias públicas queda patente que hay personas que han sido sentadas en ciertos sillones con calzador. Da vergüenza ajena. Podían intentar disimular un poquito.
Y Dos. Dicen que la periodística es una de las profesiones menos corporativistas que existe. En Jaén tenemos casos que confirman esa regla. Mucho exigir normas en unos casos, pero esos mismos se saltan sus exigencias a la torera cuando les interesa.Y eso está muy mal y muy feo.
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