Ayer estuve en el fútbol. La verdad es que iba predispuesto a pasármelo bien, muy bien porque era mi vuelta tras dos meses de ausencia aceitunera. Dos meses en los que se ha vivido la mejor etapa de la temporada… que me he perdido. Últimamente la cosa estaba peor, pero el domingo era la ocasión propicia para resurgir porque jugábamos ante el colista, un colista con muchos problemas económicos, con la plantilla desmantelada y plagada de juveniles.
Me senté en mi butaca, con mis chiquillos, puse la radio y todo cambió. El locutor de siempre estaba acompañado por un comentarista de antes. Eso me hizo viajar al pasado y aunque agua pasada no mueve molino, qué queréis que os diga, me recreé en el recuerdo por simple egoísmo.
Qué tiempos aquellos. Calidad en el fútbol y también en el cine; en la música clásica y en las clases magistrales para quienes empiezan o no saben; en todos los deportes del fin de semana adornados con una pizca de música latina, noticias, y pipirrana jaenera; en las tardes en grata compañía; también en las tardes-noches más políticas; inolvidables aquellas mañanas de sesudos pensadores, jodidos pero sabrosos madrugones, y peleas de gallos (y gallas); entrañables noches marcadas por las hadas; y qué decir de las madrugadas del hado cantor.
Levanté la mirada y me encontré con la pared vacía, desnuda, triste, anoréxica… pidiendo a voces una limosna. No estaba La escuadrilla de la muerte. ¡¡¡Joder. Y eso que era roja!!!
Un consuelo: No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante.
El Jaén venció 1-0 con gol en el minuto 90. Pero eso ya no importaba.
1 comentario :
El más bello gol lo marcaste tú, sin necesitar el descuento o una jugada aviesa a modo de "caño" electoral... fuiste tú quien encumbró la radio municipal, ofreciendo la calidad propia de un "dreamteam", una alienación de "Champions", además de un sistema que funcionaba a la perfección, dentro de casa y como visitante... dando una lección de juego a los equipos de siempre, Diarios Jaén FC, Sur Canal CD o Ser Asociación Deportiva.
No olvides nunca que quien levanta los Óscars de la Academia no es siempre quien llegó de modo oportunista y filmó el gol en el último suspiro del encuentro sino quien estuvo ante la portería, día y noche, con fe, tesón y profesionalidad, esperando a que el balón besara, por fin, las mallas.
Nunca me gustó servir a nadie, ni tampoco llamar "dire" a orgulloso acorbatado alguno, pero contigo fue siempre diferente, querido director, contigo las ondas fueron reinas y quien escribe sintió, por fin, que el micrófono ofrecía la nitidez de la emoción, la de debutar en la liga de mi ámbito, sin afán de internacionalidad... sin la internacional, amigo...
Y ahora, recuerda tu era... verás mil y un goles como el del domingo. Déjame que se los cuente a tu esposa e hijos... ya sabes que yo cuento... tú cuentas...
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