Hace un rato que he llegado de tierras donostiarras, y la verdad es que la experiencia ha sido impresionante. Al margen de la locura que pueda parecer el que una persona recorra -en coche- 800 kilómetros para, una vez llegado al destino, recorrer 42,195 kilómetros corriendo, y después deshacer -también en coche- los 800 kilómetros iniciales de regreso a casa, os puedo asegurar que el maratón de San Sebastián es una auténtica pasada. La ciudad es espectacular, la gente muy, muy, muy distinta -a mejor, por supuesto- de la imagen que tenemos concebida aquí, por el sur, el componente gastronómico tampoco tiene nada que envidiarle a nadie.... eso y algunas cosas más hacen que olvides el sufrimiento que siempre supone correr 42.195 metros bajo un frío inmenso, con lluvia por momentos que se convertía en granizo, y un viento que en alguna ocasión amenazaba con tirarte al suelo.
Al final acabé mi segunda -y no última- maratón, que aunque no hice, ni de lejos, la marca que tenía previsto, he vuelto tremendamente satisfecho porque el esguince de tobillo que tuve el día de la Virgen del Pilar y las cuatro semanas en el dique seco que ello supuso, han sido un lastre imposible de superar. De superar, digo, para conseguir las 3 horas y 30 minutos que tenía previstas, y que finalmente se convirtieron en 3 horas 51 minutos y 25 segundos.
En cualquier caso, ya digo que estoy contentísimo porque además de acabar la prueba -hubo ocasiones en las que dudé, y con fuerza, el conseguirlo-, lo hice sin molestia alguna. Por ello, quiero agradecer a Manolo Pancorbo y a Pilar -LA FISIO, porque no es una fisio cualquiera sino LA FISIO-, el que lo hayan hecho posible.
Ya estoy pensando en mi tercera.
P.D. Esto es una breve reseña de lo ocurrido. Cuando tenga la foto de entrada en meta -muñequera incluida, como prometí en su día-, os deleitaré con la crónica completa.
Al final acabé mi segunda -y no última- maratón, que aunque no hice, ni de lejos, la marca que tenía previsto, he vuelto tremendamente satisfecho porque el esguince de tobillo que tuve el día de la Virgen del Pilar y las cuatro semanas en el dique seco que ello supuso, han sido un lastre imposible de superar. De superar, digo, para conseguir las 3 horas y 30 minutos que tenía previstas, y que finalmente se convirtieron en 3 horas 51 minutos y 25 segundos.
En cualquier caso, ya digo que estoy contentísimo porque además de acabar la prueba -hubo ocasiones en las que dudé, y con fuerza, el conseguirlo-, lo hice sin molestia alguna. Por ello, quiero agradecer a Manolo Pancorbo y a Pilar -LA FISIO, porque no es una fisio cualquiera sino LA FISIO-, el que lo hayan hecho posible.
Ya estoy pensando en mi tercera.
P.D. Esto es una breve reseña de lo ocurrido. Cuando tenga la foto de entrada en meta -muñequera incluida, como prometí en su día-, os deleitaré con la crónica completa.
2 comentarios :
suponía que alguien tan inteligente se daría cuenta en poco tiempo de que la realidad vasca es bastante distinta de la distorsión mediática teledirigida. el año que vienes tienes que repetir con nosotros, ok?
enhorabuena por tu proeza, TXAPELDUN!!!!
Enhorabuena Mendru, veo que estas hecho un campeón (como dice Javier), creo que teniendo encuenta las inclemencias del día tu tiempo es fabuloso.
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