miércoles, 6 de mayo de 2009

Todo un regalo

Muchas veces sólo necesitamos que alguien nos llame la atención sobre algo con lo que convivimos -y por eso mismo, por lo habituados que estamos a tratar con él, nos pasa desapercibido- para que nos demos cuenta de lo que es realmente, de su significado verdadero, de todo el potencial que tiene, de sus posibilidades... No nos están enseñando nada nuevo, simplemente nos pulsan el botón adecuado para que caigamos en la cuenta de.
El Alquimista, de Paulo Coelho, no es un libro de autoayuda que tan de moda han estado en los últimos años... No lo es, o sí. Lo cierto es que el autor nos anima a buscar nuestra Leyenda Personal, es decir, ese objetivo que toda persona tiene en la vida, aunque en ocasiones sea difícil definirlo, y que no sólo es posible conseguirlo sino que además el mundo nos da señales para que acudamos en su búsqueda; es más, Cuando quieras una cosa, todo el Universo conspirará para que lo consigas. Y otro, Realmente la vida es generosa con quien vive su Leyenda Personal.
Santiago es un pastor andaluz que tiene totalmente controlada su existencia; monótona, pero él es feliz. Un día decide hacer caso a los sueños que le incitan acudir en busca de un tesoro junto a las pirámides de Egipto. Con los sueños como espoleta, y el aliento de algunos personajes peculiares, decide viajar al continente africano y atravesar el duro desierto. El tesoro -su Leyenda Personal- está finalmente más cerca de lo que él imagina, pero el viaje que realiza para encontrarlo es también parte de ese tesoro.
Casi a modo de cuento, pero llegando a una profundidad difícil de imaginar si no se experimenta, Paulo Coelho no sólo nos hace ver la necesidad de que cada uno de nosotros busque su Leyenda Personal, sino que trasmite la idea de que ese viaje resulta imprescindible para tener finalmente una vida completa. Tesoro que hay que buscar a pesar de todo, dejando de lado, incluso, el amor -si no espera es porque no es amor verdadero-; haciendo, si es necesario, algún alto en el camino para retomar fuerzas; aprendiendo de los errores y de los aciertos..., de la experiencia, en definitiva.
Me parece una auténtica barbaridad que no haya sido hasta el año 2009 cuando YO he leído una joya como esta, tallada en el año 1988, hace 21 años.
Uno de los libros de cabecera que debe tener todo el mundo pero no sólo para leer una vez, sino para volver sobre sus páginas cada cierto tiempo con el objetivo de cargar las pilas y, sobre todo, reflexionar.
Para mí ha supuesto una auténtica revolución personal.
P.D. Creo que nunca podré agradecerle lo suficiente a quien me lo hizo llegar.

1 comentario :

Anónimo dijo...

¡Brillante crítica para un libro sensacional! Me alegro de que te haya gustado tanto. Para mí también fue un revulsivo y lo considero como una de las lecturas que más me ha aportado hasta hora. Creo que, difícilmente, otro libro pueda superar las sensaciones que éste me hizo experimentar mientras lo leía.
Más vale tarde que nunca y pese que hacía 21 años que estaba escrito quizás, dentro de tu Leyenda Personal, era el momento adecuado para que cayera en tus manos.
Gracias a ti por recibirlo de esta manera.