Hace tiempo que la clase política española deja mucho que desear. Así lo opinan al menos la mayoría de los ciudadanos que encuesta tras encuesta se dirigen a éste como uno de los colectivos menos creíbles.
Los políticos, lógicamente, se quejan, lo que ocurre es que si esa es la opinión que se tiene sobre ellos, la culpa no es más que de ellos mismos, de decir hoy una cosa y mañana otra muy diferente; de autodefinirse de esta forma en el gobierno, y de aquella otra en la oposición. En resumen, hay demasiados Diegos y Digos en el diccionario político, pese a que no son palabras sinónimas.
Un claro ejemplo lo podemos encontrar estos días en Jaén. El domingo hay elecciones al parlamento europeo, y uno de los mensajes que transmite el PSOE es su apuesta por los servicios públicos en lugar de los negocios privados. Es una clara referencia a su defensa de lo público frente a la política de privatizaciones achacable al PP.
Tiene gracia que eso lo diga un partido, para diferenciarse de los otros, de los malos, y sin embargo estos días ese mismo partido haya iniciado el proceso para privatizar una empresa pública como es Onda Jaén RTV. Y no sólo se privatizará, sino que se dejará en buenas manos, en manos de los amigos.
No sé si alguien me llamará estos días para hacerme una encuesta electoral. Pero he de reconocer que el mensaje de los socialistas me ha llegado. Hace semanas que tenía decidido mi voto, pero tras ver este cartel, han logrado cambiar mi opinión... y mi voto.
Un claro ejemplo lo podemos encontrar estos días en Jaén. El domingo hay elecciones al parlamento europeo, y uno de los mensajes que transmite el PSOE es su apuesta por los servicios públicos en lugar de los negocios privados. Es una clara referencia a su defensa de lo público frente a la política de privatizaciones achacable al PP.
Tiene gracia que eso lo diga un partido, para diferenciarse de los otros, de los malos, y sin embargo estos días ese mismo partido haya iniciado el proceso para privatizar una empresa pública como es Onda Jaén RTV. Y no sólo se privatizará, sino que se dejará en buenas manos, en manos de los amigos.
No sé si alguien me llamará estos días para hacerme una encuesta electoral. Pero he de reconocer que el mensaje de los socialistas me ha llegado. Hace semanas que tenía decidido mi voto, pero tras ver este cartel, han logrado cambiar mi opinión... y mi voto.
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