Me he enterado por el amigo Poveda que la provincia de Jaén ha celebrado un bautismo civil. Aunque no lo dice en su artículo, deduzco que ha sido en Bailén, por la sacerdotisa oficiante, algo que no nos debe extrañar ni siquiera en Jaén porque, si no recuerdo mal, Torreperogil también acogió un acto de este tipo no hace demasiado tiempo.
Estos padres, que imagino no se casaron por la Iglesia, han hecho gala del sistema de libertades que rige nuestro país, y me parece bien. Lo que ocurre es que deben tener en cuenta que aunque al bautizo civil de su hija le hayan puesto el nombrajo de Acto de Bienvenida a la comunidad democrática, éste no hace falta simplemente porque -y como bien dice Poveda- ya existe en el momento en el que los recién nacidos son inscritos por sus padres en el Registro Civil. Es más, si una familia católica bautizara a su hijo pero no lo apuntara en el Registro Civil, no serviría de nada; por eso, el Acto de Bienvenida a la comunidad democrática se viene celebrando desde siempre en nuestro país. Yo creo que lo que los padres han hecho más bien ha sido la Comilona de bienvenida a la comunidad democrática, y en mi opinión está bien hecho, aunque para este tipo de historias (y ahí coincido con Poveda) no hace falta tanto artificio. Es más, cada vez que yo acabo una carrera (de atletismo), independientemente del mayor o menor éxito alcanzado, celebro la Comilona fin de carrera; pero lo hago en la intimidad, sin llamar a ningún concejal para que de fe del acto.
Este tipo de cosas... los bautizos civiles, me refiero... digo que este tipo de actos me parecen, cuanto menos, hipócritas. Sí, hipócritas porque estamos viendo cómo se vapulea sistemáticamente a una Asociación -permítanme el término- como la Iglesia, y después sin embargo imitamos en nuestra vida laica las mismas cosas que hacen los católicos pero con su sentido religioso. La verdad es que no lo acabo de entender.
Por cierto, y simplemente por lógica coherencia de ideas y principios, imagino que estos padres que no se casaron por la Iglesia, y que ahora bautizan por lo civil a su hija, después pedirán para ella la primera comunión civil y, llegado el momento, que llegará irremediablemente pero ojalá Dios lo retrase lo máximo posible, a la hora de afrontar la muerte de algún miembro de la familia se habrá cursado la petición pertinente para que al cuerpo del fallecido no le sea dada cristiana sepultura mediante un funeral en la iglesia, sino que será despedido en el ayuntamiento -por poner un sitio- y oficiando el acto el acalde o concejal de turno.... Porque todo esto (bautizo, primera comunión, matrimonio, sepultura, etcétera) son actos religiosos.
Lo dicho, una auténtica locura en la que nos estamos embarcando.
Estos padres, que imagino no se casaron por la Iglesia, han hecho gala del sistema de libertades que rige nuestro país, y me parece bien. Lo que ocurre es que deben tener en cuenta que aunque al bautizo civil de su hija le hayan puesto el nombrajo de Acto de Bienvenida a la comunidad democrática, éste no hace falta simplemente porque -y como bien dice Poveda- ya existe en el momento en el que los recién nacidos son inscritos por sus padres en el Registro Civil. Es más, si una familia católica bautizara a su hijo pero no lo apuntara en el Registro Civil, no serviría de nada; por eso, el Acto de Bienvenida a la comunidad democrática se viene celebrando desde siempre en nuestro país. Yo creo que lo que los padres han hecho más bien ha sido la Comilona de bienvenida a la comunidad democrática, y en mi opinión está bien hecho, aunque para este tipo de historias (y ahí coincido con Poveda) no hace falta tanto artificio. Es más, cada vez que yo acabo una carrera (de atletismo), independientemente del mayor o menor éxito alcanzado, celebro la Comilona fin de carrera; pero lo hago en la intimidad, sin llamar a ningún concejal para que de fe del acto.
Este tipo de cosas... los bautizos civiles, me refiero... digo que este tipo de actos me parecen, cuanto menos, hipócritas. Sí, hipócritas porque estamos viendo cómo se vapulea sistemáticamente a una Asociación -permítanme el término- como la Iglesia, y después sin embargo imitamos en nuestra vida laica las mismas cosas que hacen los católicos pero con su sentido religioso. La verdad es que no lo acabo de entender.
Por cierto, y simplemente por lógica coherencia de ideas y principios, imagino que estos padres que no se casaron por la Iglesia, y que ahora bautizan por lo civil a su hija, después pedirán para ella la primera comunión civil y, llegado el momento, que llegará irremediablemente pero ojalá Dios lo retrase lo máximo posible, a la hora de afrontar la muerte de algún miembro de la familia se habrá cursado la petición pertinente para que al cuerpo del fallecido no le sea dada cristiana sepultura mediante un funeral en la iglesia, sino que será despedido en el ayuntamiento -por poner un sitio- y oficiando el acto el acalde o concejal de turno.... Porque todo esto (bautizo, primera comunión, matrimonio, sepultura, etcétera) son actos religiosos.
Lo dicho, una auténtica locura en la que nos estamos embarcando.
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