Carlos Sánchez ha vuelto a la senda de la cordura tras la reprochable salida de tono que tuvo hace unos días, en una infausta rueda de prensa en la que disparó contra prácticamente todo lo que se meneaba.
Un error de bulto a los que no nos tenía acostumbrados, y que como todo en esta vida es perdonable porque, como él mismo ha dicho, es el primero en siete años (los mismos que lleva como presidente del Real Jaén).
He visto por ahí cómo hay quien califica como valiente lo que hizo el presidente en aquella comparecencia pública, sin embargo no comparto esa opinión. Creo sinceramente que cuando ha demostrado todo su valor y toda su valía fue precisamente el pasado lunes cuando, en Onda Jaén Televisión (en el programa Minuto 90, con Manolo García), pidió perdón por lo dicho en un alarde de humildad y saber estar que no están al alcance de cualquiera. Creo que precisamente ese sería el titular (y el resumen) de lo ocurrido, y que él mismo tuvo la lucidez de detectar: si el otro día estuve valiente, hoy creo que lo estoy más todavía, dijo en la televisión pública.
Ese día volvió a engrandecerse la figura de un gran hombre que, con acciones como esa y porque la necesidad aprieta, me recuerdan los principios de fuerza y honor de Máximo, aquel aclamado general romano que acabó siendo Gladiator (y El Hispano, por su origen) para la plebe que le adoraba.
Un error de bulto a los que no nos tenía acostumbrados, y que como todo en esta vida es perdonable porque, como él mismo ha dicho, es el primero en siete años (los mismos que lleva como presidente del Real Jaén).
He visto por ahí cómo hay quien califica como valiente lo que hizo el presidente en aquella comparecencia pública, sin embargo no comparto esa opinión. Creo sinceramente que cuando ha demostrado todo su valor y toda su valía fue precisamente el pasado lunes cuando, en Onda Jaén Televisión (en el programa Minuto 90, con Manolo García), pidió perdón por lo dicho en un alarde de humildad y saber estar que no están al alcance de cualquiera. Creo que precisamente ese sería el titular (y el resumen) de lo ocurrido, y que él mismo tuvo la lucidez de detectar: si el otro día estuve valiente, hoy creo que lo estoy más todavía, dijo en la televisión pública.
Ese día volvió a engrandecerse la figura de un gran hombre que, con acciones como esa y porque la necesidad aprieta, me recuerdan los principios de fuerza y honor de Máximo, aquel aclamado general romano que acabó siendo Gladiator (y El Hispano, por su origen) para la plebe que le adoraba.
1 comentario :
Creo que ni tú ni otras personas habéis comprendido que no llamé "valiente" a Carlos por su salida de tono, sino por salir solo, a pecho descubierto y con las frases concisas a hablar de la situación económica crítica del club. En cuanto a lo del programa, mejor, ni hablar, aunque sí que me parece bien que rectificara sobre sus comentarios en torno a las tres personas que criticó. Un saludo.
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