jueves, 23 de octubre de 2008

Se busca emisora para escuchar

Dicen que los oyentes de la radio son los más fieles que hay, más que en cualquier otro medio de comunicación, pero cuando alguien toma la decisión de cambiar el dial, la vuelta atrás es misión casi imposible.
Se trata de algo que me dijeron hace muchos años, y que yo estoy viviendo ahora en mis propias carnes. Hace tiempo que me resisto a cambiar de dial: el de la Cadena SER. La escucho desde siempre con alguna incursión foránea en magníficos programas como los que iniciaron en su día Julio César Iglesias y Antonio San José (Los desayunos de RNE), que por cierto después les han robado.
Empecé a seguir la SER cuando los más escuchados eran otros, y ahora, tras años de continua superioridad, empiezo a sentir la necesidad del cambio. Todo empezó con la marcha de Iñaki Gabilondo pues su sustituto es, siento decirlo, uno más. Quizá sea porque lo comparo con quien considero el mejor periodista de España, y eso no me deja ser objetivo, pero es que Fancino no me transmite ningún tipo de credibilidad. No encuentro el matiz diferenciador que me contagie emoción, veracidad... liderazgo, al fin y al cabo.
Para ser exactos, empecé a cambiar el dial esporádicamente cuando Gabilondo cogió la bandera de la radicalidad, que no dejó hasta su cambio a la televisión. Desde entonces, como digo, me resisto al cambio definitivo por eso de la fidelidad del oyente de radio a a la que me refería antes. Y también porque no encuentro alguien adecuado con quien levantarme y con quien acostarme.
Lo he intentado con muchos, pero ninguno acaba de convencerme. Voy pululando por el dial, y hasta ahora no encuentro más que retazos de aquí y de allá que me convierten en un nómana de las ondas.
Más fácil lo tengo si hablamos de programación local: NINGUNA. Simplemente porque ninguna emisora apuesta actualmente por lo más cercano. Algún apunte informativo, unos con más gracia que otros, y las desconexiones de la tarde, con más publicidad que otra cosa, tampoco dan para casi nada.
Hubo una época en la que una emisora de Jaén sí tenía clara su vocación jaenera, de ahí que ofreciera 100 horas a la semana de producción propia (de siete de la mañana hasta -algún día- la una de la madrugada. Y los fines de semana, casi lo mismo). Hoy día se mantiene en pie por pura inercia, por la insistencia de algunos y algunas que con más trabas que gloria mantienen en rojo el pilotito pese a que desde arriba no sólo no les quitan el pie de encima sino que cada vez aprietan más para ver si muere por pura inanición. Una lástima.
¿Alguien tiene algo para este pedigüeño?. Se aceptan sugerencias.

3 comentarios :

Anónimo dijo...

QUE RAZON LLEVAS AMADOR, LA VERDAD QUE ANTES LA RADIO Y TV MUNICIPAL SE DEJO EL LISTON BASTANTE ALTO CON UNA PROGRAMACION DIGNA PARA ESTA CIUDAD POR EJEMPLO LA VERTICAL,LAS CANCIONES DEDICADAS DE LOS MIERCOLES POR LA NOCHE,LOS SABADOS CON CECILIA PARA LA COMUNIDAD LATINA EN NUESTRA CIUDAD LOS CUENTOS DIARIOS.ENTONCES SI ERA UN MEDIO PUBLICO A EXCEPCION DE LOS INFORMATIVOS QUE ERAN DEL PP Y AHORA DEL PSOE

Anónimo dijo...

el agua derramada no se puede recoger. Alternativas hay muchas, menos la resignación

Anónimo dijo...

El mejor programa de todos los tiempos en Onda Jaén Radio se llamó La Vida es una Gondola.

¿Es qué no se va a recuperar nunca?