Menudo charco en el que se ha metido el presidente del Real Jaén con eso de cambiarle el nombre al Estadio de La Victoria, y sobre todo por las razones que ha dado para ello.
Carlos Sánchez -él lo sabe- es un tipo al que aprecio, y mucho. Pero en este asunto siento discrepar con él por muchas cosas, aunque aquí las voy a resumir en tres:
Primera.- No sé si el nombre de La Victoria es por el bando de los vencedores en la guerra civil española, o por ganar un evento deportivo. Seguro que es por lo primero o, mejor dicho, seguro que era por lo primero cuando se le puso el nombre al estadio, pero hoy día -y desde hace ya bastantes años- estoy seguro de que todo el mundo lo asocia a La Victoria de los encuentros que dispute el Real Jaén. Por tanto, entiendo que ésa no es una razón válida para el cambio de nombre, al igual que nadie se plantea hoy día suprimir la paga extra que reciben los trabajadores en el mes de julio porque su origen es el mismo que el del origen del Estadio de La Victoria.
Segunda.- Me parece acertado lo del llamamiento al sector olivarero/aceitero provincial para que ponga pasta que promocione su producto estrella a través de las posibilidades que ofrece el Real Jaén. Pero de ahí a llamarle Estadio del Aceite de Oliva Virgen Extra va un trecho. Hay que currarse un poco más lo del posible nombre. Aunque el llamamiento no debe ser únicamente al sector privado; y es que desde hace un par de años la administración europea retiene a todos los olivareros cinco céntimos de euro por tonelada de aceite producido, dinero que posteriormente -y junto a otra cantidad que pone la Unión Europea- se destina a la promoción del aceite de oliva español. Si tenemos en cuenta que Jaén produce unas 400.000 toneladas al año, estamos hablando de una importante cantidad que ahora se destina a acciones promocionales de más que dudosa rentabilidad (dígase el concierto de Bob Dylan en Jaén capital, por poner un ejemplo). Por cierto, en toda España se produce un millón de toneladas de aceite de oliva aproximadamente cada año.
Tercero.- Debe recordar Carlos Sánchez que el Real Jaén es actualmente inquilino del Estadio de La Victoria, es decir, la propiedad no es suya, sino que vive de alquiler. Y esa decisión correspondería al dueño, ¿o estoy equivocado?.
En resumen, buena idea para hacer dinerillo, pero mal gestionada, al menos, por ahora.
Carlos Sánchez -él lo sabe- es un tipo al que aprecio, y mucho. Pero en este asunto siento discrepar con él por muchas cosas, aunque aquí las voy a resumir en tres:
Primera.- No sé si el nombre de La Victoria es por el bando de los vencedores en la guerra civil española, o por ganar un evento deportivo. Seguro que es por lo primero o, mejor dicho, seguro que era por lo primero cuando se le puso el nombre al estadio, pero hoy día -y desde hace ya bastantes años- estoy seguro de que todo el mundo lo asocia a La Victoria de los encuentros que dispute el Real Jaén. Por tanto, entiendo que ésa no es una razón válida para el cambio de nombre, al igual que nadie se plantea hoy día suprimir la paga extra que reciben los trabajadores en el mes de julio porque su origen es el mismo que el del origen del Estadio de La Victoria.
Segunda.- Me parece acertado lo del llamamiento al sector olivarero/aceitero provincial para que ponga pasta que promocione su producto estrella a través de las posibilidades que ofrece el Real Jaén. Pero de ahí a llamarle Estadio del Aceite de Oliva Virgen Extra va un trecho. Hay que currarse un poco más lo del posible nombre. Aunque el llamamiento no debe ser únicamente al sector privado; y es que desde hace un par de años la administración europea retiene a todos los olivareros cinco céntimos de euro por tonelada de aceite producido, dinero que posteriormente -y junto a otra cantidad que pone la Unión Europea- se destina a la promoción del aceite de oliva español. Si tenemos en cuenta que Jaén produce unas 400.000 toneladas al año, estamos hablando de una importante cantidad que ahora se destina a acciones promocionales de más que dudosa rentabilidad (dígase el concierto de Bob Dylan en Jaén capital, por poner un ejemplo). Por cierto, en toda España se produce un millón de toneladas de aceite de oliva aproximadamente cada año.
Tercero.- Debe recordar Carlos Sánchez que el Real Jaén es actualmente inquilino del Estadio de La Victoria, es decir, la propiedad no es suya, sino que vive de alquiler. Y esa decisión correspondería al dueño, ¿o estoy equivocado?.
En resumen, buena idea para hacer dinerillo, pero mal gestionada, al menos, por ahora.
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